La Pontificia Academia de Ciencias Sociales denuncia la opresión y la explotación
de numerosos niños y niñas en el mundo
Jueves, 4 may (RV).- «Ninguna sociedad y ninguna cultura pueden permitir que la juventud
desaparezca, porque con ella desaparecerían también las esperanzas y los nobles ideales
de cada nación». Con estas palabras, la presidenta de la Pontificia Academia de Ciencias
Sociales concluyó, el martes, la conferencia de prensa con la que se clausuró la XII
Sesión Plenaria que ha celebrado esta Institución, en el Vaticano, desde el pasado
28 de abril.
La plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales ha
denunciado la opresión y la explotación de numerosos niños y niñas en todo el mundo;
reflexionando también sobre el denominado «invierno demográfico» y sobre el vacío
espiritual que «impide el arraigo de ideales profundos». Además, se puso de relieve
que el siglo XX ha sido el «siglo de los niños», por el gran número de tratados internacionales
encaminados a proteger a la juventud, con el anhelo de que estos documentos sirvan
como verdaderos instrumentos adecuados para proteger a los menores.
La profesora
Mary Ann Glendon, que preside la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, recordó
el tema del encuentro de este año, «¿Juventud que desaparece? Solidaridad con los
niños y los jóvenes en una época turbulenta». Y explicó que forma parte de un proyecto
de la misma Academia - fundada por el Papa Juan Pablo II - que examina las vastas
implicaciones de los cambios demográficos de las últimas décadas, con el fin abrir
nuevas posibilidad para el magisterio social de la Iglesia, que hasta ahora no había
analizado de forma tan explícita la situación de los jóvenes, como en cambio ha venido
haciendo en lo que respecta a las realidades del trabajo, las mujeres o los pobres.