Audiencia general: el Papa señala la tradición apostólica como un tema de gran relieve
en la vida de la Iglesia
Miércoles, 3 may (RV).- Benedicto XVI ha vuelto a insistir hoy en su catequesis de
la Audiencia General en la plaza de san Pedro, ante más de 60 mil peregrinos, sobre
la Tradición apostólica. Un tema de gran relieve -ha señalado el Papa- para la vida
de la Iglesia. El Concilio Vaticano II ha revelado a este respecto que la Tradición
es apostólica sobre todo en sus orígenes: Dios con suma benignidad, dispuso que todo
lo que había revelado para la salvación de todos los hombres, permaneciese para siempre
íntegramente y fuera trasmitido a todas las generaciones.
Por eso Cristo Señor,
en el cual encuentra cumplimiento toda la revelación de Dios, ordenó a los Apóstoles
que predicaran a todas las gentes, comunicándoles los dones divinos, el Evangelio
como fuente de toda verdad y de toda regla moral. Y junto a los doce Apóstoles, añade
el Concilio, colaboraron “hombres cercanos a ellos, que bajo la inspiración del Espíritu
Santo, escribieron el anuncio de la salvación.
La comunidad nacida del anuncio
evangélico se reconoce a su vez portadora de la palabra de los “primeros” que estuvieron
con Cristo. Y por eso la comunidad cristiana se siente comprometida a transmitir también
a los otros la “buena nueva” de la presencia actual del Señor y de su misterio pascual,
operante en el Espíritu. Lo muestra con eficacia el antiguo testimonio de fe cristiana
que asegura que: “los Apóstoles afirmaron la fe en Jesucristo y establecieron iglesias
en Judea e inmediatamente después, esparcidos por el mundo, anunciaron la misma doctrina
y la misma fe a las naciones.
El Concilio Vaticano II comenta que todo lo que
fue transmitido por los Apóstoles contribuye a la conducta santa y al incremento de
la fe del Pueblo de Dios. Así la Iglesia, en su doctrina, en su vida, en su culto,
perpetúa y transmite a todas las generaciones aquello que ella es y todo aquello en
lo que ella cree. La Tradición es, pues, el Evangelio vivo, anunciado por los Apóstoles
en su integridad, en base a la plenitud de su experiencia única e irrepetible. La
Tradición por tanto es la historia del Espíritu que obra en la historia de la Iglesia
a través de la mediación de los Apóstoles y sus sucesores.
Este ha sido el
resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los fieles presentes
en la Audiencia General.
Queridos
hermanos y hermanas: Dios dispuso que lo revelado para la salvación fuera
transmitido íntegramente a todas las generaciones. Por eso, Cristo envió a los Apóstoles
a predicar fielmente la buena nueva del Reino a todos los hombres, continuando así
la llamada y la misión iniciada por Él. Con el número doce se expresa no sólo la continuidad
de las doce tribus de Israel, sino también el destino universal de su ministerio apostólico. La
comunidad cristiana, nacida del anuncio evangélico de aquellos primeros que estuvieron
con el Señor, se siente, al mismo tiempo, impulsada a transmitir a los demás esta
presencia divina. La Tradición es, pues, el Evangelio vivo, anunciado en su integridad
por los Apóstoles, y como la historia del Espíritu que actúa en la historia de la
Iglesia por medio de ellos y de sus sucesores. Gracias al ministerio apostólico, Cristo
mismo llega hasta quien es llamado a la fe, superando la distancia de los siglos y
ofreciéndose, vivo y operante, en el hoy de la Iglesia y del mundo.
Saludo
cordialmente a los visitantes de lengua española, de modo particular a la Guardia
Real del Rey de España, a la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro, a los Abogados del
Estado, a la promoción de Guardiamarinas y demás grupos españoles. Saludo también
a los peregrinos de México, al grupo de Guatemala y a los demás visitantes latinoamericanos.
Agradezcamos al Señor que a través de la Tradición apostólica ha llegado íntegro hasta
nosotros el mensaje de la salvación. Muchas gracias por vuestra atención.
Entre
la gran multitud de fieles que se encontraba esta mañana en la plaza de San pedro,
miles de ellos provenían de Polonia. Benedicto XVI ha querido darles las gracias por
su presencia emplazándoles para dentro de tres semanas, cuando realizará su primer
viaje papal a Polonia. “Confío los preparativos de mi próximo viaje -ha dicho- a vuestras
oraciones y os bendigo de corazón”. Hoy es un día especialmente solemne para la Iglesia
en Polonia en el que se celebra el 350 aniversario de la solemnidad de la Madre de
Dios, Reina de Polonia. Y al mismo tiempo la nación polaca conmemora la ratificación
de la Constitución del Tres de Mayo. Relacionada con ella tiene grandes esperanzas
para el futuro en la renovación de la vida política y social.
Después de saludar
en distintas lenguas a los peregrinos y antes de hacer un largo paseo en coche por
el medio de la plaza, Benedicto XVI, como es habitual, ha dirigido unas palabras a
los jóvenes, enfermos y recién casados. Hemos a penas iniciado el mes de mayo, particularmente
dedicado a la Virgen María y a su escuela os exhorto, queridos jóvenes, para que cada
día aprendáis de Ella a cumplir la voluntad de Dios. Contemplando la Madre de Cristo
crucificado, vosotros queridos enfermos, acoged el valor salvífico de la cruz, a pesar
del sacrificio. Y confío también a vosotros, queridos recién casados, la protección
materna de la Santa Virgen para que podáis crear en vuestras familias el clima de
oración y de amor de la casa de Nazareth.