Regina Coeli: Benedicto XVI confia a María las necesidades de la Iglesia y del mundo
entero, en estos momentos caracterizados por no pocas sombras, y exhorta a reafirmar
con vigor la resurrección de Cristo en cualquier época
Domingo, 30 abr (RV).- Benedicto XVI ha confiado hoy a María las necesidades de la
Iglesia y del mundo entero, especialmente en estos momentos caracterizados por no
pocas sombras. Durante la oración del Regina Coeli el Santo Padre ha invocado también
la intercesión de San José a quien mañana recordaremos de forma particular en la fiesta
del trabajo.
El Pontífice ha hablado hoy de los días posteriores a la resurrección
del Señor, de cómo los apóstoles permanecieron juntos confortados por la presencia
de María y tras la Ascensión perseveraron junto a Ella en espera orante de Pentecostés.
“La Virgen -ha recordado el Papa- fue para ellos madre y maestra, un papel que sigue
ejerciendo en los cristianos de todos los tiempos”.
“Cada año, en el tiempo
pascual, revivimos más intensamente esta experiencia, y quizá por ello la tradición
popular ha consagrado a María el mes de mayo, que normalmente coincide entre Pascua
y Pentecostés. Este mes que comenzamos mañana, nos es especialmente útil para redescubrir
la función materna que Ella desarrolla en nuestras vidas, para que siempre seamos
dóciles discípulos de Cristo y valerosos testigos del Señor resucitado”.
En
el tiempo pascual la liturgia nos ofrece múltiples estímulos para reforzar nuestra
fe en Cristo resucitado. En este tercer Domingo de Pascua, Benedicto XVI a través
del evangelio de Lucas ha invitado a vencer la incredulidad y a creer en la resurrección
de Cristo, “porque sus discípulos están llamados a ser testimonios precisamente de
este acontecimiento extraordinario”.
“La resurrección de Cristo es el dato
central del cristianismo, una verdad fundamental que hay que reafirmar con vigor en
cualquier época, porque negarla como se ha intentado hacer y se continúa haciendo
o transformarla en un acontecimiento puramente espiritual, es envanecer nuestra propia
fe”.
Finalizado el rezo del Regina Coeli, el Santo Padre se ha dirigido a los
fieles en la Plaza de San Pedro en distintos idiomas. Este ha sido su saludo en español.
Saludo
a los peregrinos de lengua española, especialmente a los fieles de Alicante, de Toledo,
de Orense, de Llanes y a los venezolanos. Saludo de modo particular a los miembros
de la Hermandad del Señor de los Milagros, así como a los peruanos presentes aquí
con su venerada imagen. Hoy quiero recordar también a todos los fieles del Perú que
a través de la radio y la televisión se unen a esta oración mariana. Que la celebración
del IV Centenario de la muerte de Santo Toribio Mogrovejo, os ayude a seguir su ejemplo
fomentando la comunión entre todas las comunidades eclesiales y ser, así, testigos
santos y valientes del Evangelio. ¡Muchas felicidades!