Alarma de la FAO ante el problema de la desertificación en África
Jueves, 13 abr (RV).- La desertificación es la degradación de las tierras áridas,
semiáridas y zonas sub húmedas secas, causada principalmente por variaciones climáticas
Y actividades humanas tales como el cultivo y el pastoreo excesivo, la deforestación
y la falta de riego. La desertificación no se refiere a la expansión de los desiertos
existentes, sino que sucede porque los ecosistemas de las tierras áridas, que cubren
una tercera parte del total de la tierra, son extremadamente vulnerables a la sobreexplotación
y a un uso inapropiado de la tierra.
Según el Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente, la desertificación amenaza a la cuarta parte de las tierras
del planeta, así como a 250 millones de personas y el sustento de más de 1.000 millones
de habitantes de 100 países a causa de la disminución de la productividad agrícola
y ganadera. Estas personas se incluyen en muchos de los países más pobres, los más
marginados y los ciudadanos políticamente más débiles. Nuestro ecosistema, la tierra
que se nos cedió para que la cuidáramos y fuera nuestro sustento, lo estamos exterminando
poco a poco. Los países más ricos consumen tres veces más que los pobres los recursos
que la tierra nos ofrece, esta es la situación por la que atraviesa África, la zona
del mundo más castigada por la desertificación mundial. El ritmo de pérdida neta
de bosques en África es el segundo mayor del mundo, al tiempo que el continente africano
es el que sufre más incendios forestales en el planeta, según informó la FAO con motivo
de la reunión en Maputo, Mozambique, de la Comisión Forestal y de la Flora y Fauna
Silvestres para África (29 de marzo al 1 de abril). En conjunto, África experimentó
una pérdida neta de bosques de más de 4 millones de hectáreas anuales en los últimos
cinco años, según la FAO. Ello se debió principalmente a la conversión de superficies
forestales en terrenos agrícolas.
Los incendios forestales constituyen otro
motivo de preocupación, según la agencia de la ONU. África posee el récord mundial
debido a la tradición de utilizar el fuego para desbrozar los bosques y destinar el
terreno a pastos o usos agrícolas. La frecuencia de incendios es particularmente alta
en el norte de Angola, la región meridional de la República Democrática del Congo,
el sur de Sudán y la República Centroafricana.
Pero a pesar de las dificultades,
África ha hecho progresos en términos de mejorar su política y programas forestales.
Según la FAO más de la mitad de los países africanos ha establecido nuevas políticas
y legislaciones forestales en los últimos quince años, y dos tercios cuentan en la
actualidad con programas de gestión forestal a nivel nacional.
Pero el cumplimiento
y la aplicación de estas medidas continúan siendo escasos, debido principalmente a
la falta de fondos y la debilidad de las instituciones nacionales. La población de
África depende de los bosques en muy diversos aspectos, y los recursos forestales
continúan desempeñando un papel importante para la subsistencia y la mitigación de
la pobreza. La ONU se ha ocupado de este problema y ha elaborado la "Convención
Internacional de lucha contra la desertificación en los países afectados por sequía
o grave o desertificación, en particular en África", que cuenta con 172 Estados partes.
Esta Convención tiene como objetivo principal el promover una acción efectiva a través
programas locales innovadores y cooperación internacional de apoyo, estableciendo
las pautas para luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de la sequía,
a través del mejoramiento de la productividad del suelo, su rehabilitación y la conservación
y ordenación de los recursos de las tierras y los recursos hídricos.
La Convención
reconoce que la batalla para proteger las tierras áridas será muy larga, ya que las
causas de la desertificación son muchas y complejas, por lo que se tendrán que hacer
cambios reales y difíciles, tanto a nivel internacional como local.