Ángelus: extenso y emocionado recuerdo de Benedicto XVI a su amado predecesor, Juan
Pablo II, que “ha dejado una huella profunda en la historia de la Iglesia y de la
humanidad”
Domingo, 2 abr (RV).- Benedicto XVI ha dedicado hoy en el Ángelus un extenso y emocionado
recuerdo a su amado predecesor, quien “el dos de abril del año pasado estaba viviendo
las últimas horas de su peregrinación terrena, una peregrinación de fe, de amor y
de esperanza, que ha dejado una huella profunda en la historia de la Iglesia y de
la humanidad”.
El Santo Padre ha manifestado también su conmoción por el bárbaro
asesinato del pequeño Tommaso, secuestrado el pasado 2 de marzo. Anoche uno de los
secuestradores confesaba el asesinato del niño de dieciocho meses, muerto con un golpe
de pala para que dejara de llorar.
Ante miles de files de distintas nacionalidades
que abarrotaban la Plaza de San Pedro, el Santo Padre ha recordado la agonía y muerte
de Juan Pablo II que constituyeron “casi una prolongación del Triduo Pascual”. El
Papa ha evocado las imágenes del último Vía Crucis, y cómo el día de Pascua impartió
con el gesto de la mano la bendición Urbi et Orbi no pudiendo pronunciarla con palabras.
“No olvidaremos nunca esta bendición. Fue la bendición más sufrida y conmovedora que
nos dejó como extremo testimonio de su voluntad de cumplir el ministerio hasta el
final. Juan Pablo II murió como había vivido, animado por el indómito valor de la
fe, abandonándose a Dios y confiándose a María Santísima. Esta tarde lo recordaremos
con una vigilia de oración mariana en la Plaza de san Pedro, donde mañana por la tarde
celebraré la Santa Misa”.
Benedicto XVI, que ha sido interrumpido en numerosas
ocasiones por los aplausos de los fieles, ha subrayado la inmensa herencia que nos
ha dejado “este gran Papa que llevó a la Iglesia al tercer milenio”. Pero sobre todo
ha querido resaltar el mensaje fundamental de su largísimo Pontificado que se resume
en las palabras con las que se dirigió a los fieles el día de su elección: “Abrid
de par en par las puertas a Cristo”.
“Este llamamiento - ha continuado el Papa
– lo encarnó Juan Pablo II con todo su ser y toda su misión de Sucesor de Pedro, especialmente
con su extraordinario programa de viajes apostólicos. Visitando los países de todo
el mundo, encontrándose con las masas, las comunidades eclesiales, los gobernantes,
los jefes religiosos y las distintas realidades sociales. Anunció siempre a Cristo,
proponiéndolo a todos, como había hecho el Concilio Vaticano II, como respuesta a
las esperanzas del hombre, esperanzas de libertad, de justicia, de paz. Cristo es
el Redentor del hombre –le gustaba repetir- el único auténtico Salvador de cada persona
y de todo el genero humano”.
“En los últimos años el Señor fue despojándole
gradualmente de todo, para asimilarlo plenamente a Él. Y cuando no pudo viajar más,
ni siquiera caminar ni hablar, su gesto, su anuncio se redujo a lo esencial: a la
donación de sí mismo hasta el final. Su muerte fue el cumplimiento de un testimonio
coherente de fe que emocionó a tantos hombres de buena voluntad. Juan Pablo II nos
dejó un sábado, un día dedicado particularmente a María, a quien pedimos ahora que
nos ayude para valorar todo lo que nos ha donado y enseñado este gran Pontífice”.
Finalizada
la oración mariana del Ángelus, Benedicto XVI ha recordado la cita a las 9 de la noche
para recordar al Siervo de Dios Juan Pablo II, con el rezo del Santo Rosario que él
mismo presidirá.
Otra cita para recordar a Juan Pablo II será el encuentro
de jóvenes, especialmente de Roma y el Lazio, que tendrá lugar el próximo jueves 6
de abril por la tarde en la Plaza de san Pedro, como preparación de la vigésimo primera
Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en todas las diócesis del mundo el
Domingo de Ramos.
En sus saludos en distintas lenguas, Benedicto XVI ha recordado
también a Juan Pablo II. Dirigiéndose a los fieles polacos en la Plaza de san Pedro
y los reunidos en el Santuario de Cracovia, en conexión directa a través de la radio
y la televisión, se ha podido constatar la numerosa presencia de los compatriotas
de Juan Pablo II. También hoy el Santo Padre ha tenido palabras en español para los
peregrinos de lengua española.
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española, especialmente a los llegados de
Bilbao, Logroño y Olite, así como a la comunidad emigrante latinoamericana presente
en Roma. Que la intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, bajo cuya protección
puso su vida y pontificado nuestro querido y recordado Juan Pablo II, nos prepare
a vivir intensamente esta última semana de cuaresma, haciendo de nuestras comunidades
recintos de verdad y caridad, de paz y esperanza para todos. ¡Feliz domingo!
En
este día especial Benedicto XVI ha invitado a todos a adherir a la iniciativa del
Patriarca de Babilonia de los Caldeos y los obispos iraquíes en favor de la paz y
la concordia en Irak y el mundo entero. Su Beatitud Emanuel III Delly y los prelados
de Irak han hecho un llamamiento a los fieles, a los creyentes y a los hombres de
buena voluntad para que el 3 y el 4 de abril se unan en oración y ayuno para pedir
a Dios el don de la paz y la concordia en Irak y el mundo entero. Por su parte Benedicto
XVI ha invitado a todos a adherirse a esta iniciativa de nuestros hermanos de ese
martirizado país.
Y también hoy el Santo Padre ha manifestado su conmoción
por el bárbaro asesinato del pequeño Tommaso, secuestrado el pasado 2 de marzo por
dos individuos que, al parecer, tenían la intención de pedir un rescate de un millón
de euros al padre, Paolo Onofri, director de una sucursal de la caja postal. Anoche
uno de los secuestradores confesaba el asesinato del niño de dieciocho meses, muerto
con un golpe de pala para que dejara de llorar poco después haber sido secuestrado.