El Papa recuerda a los 15 nuevos cardenales su disposición al martirio y les pide
su ayuda para “hacer más veloz el camino ecuménico” en una Iglesia que, valorando
a "pequeños y pobres”, ofrezca el anuncio de la civilización del amor
Viernes, 24 mar (RV).- Benedicto XVI ha presidido esta mañana en la plaza de san Pedro
en el curso de una solemne Liturgia de la Palabra el primer consistorio de su Pontificado
creando 15 nuevos cardenales. Entre los nuevos purpurados se encuentra el arzobispo
de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Cañizares
Llovera. Unos 15 mil fieles y peregrinos han participado en la ceremonia que durado
poco más de una hora y media.
Tras el saludo litúrgico, Benedicto XVI ha leído
la fórmula de creación y ha proclamado solemnemente los nombres de los nuevos cardenales.
En su homilía el Papa ha puesto de relieve que el Consistorio “es un evento que manifiesta
con gran elocuencia la naturaleza universal de la Iglesia, difundida en todos los
rincones del mundo para anunciar a todos la Buena Nueva de Cristo Salvador”.
“Si
es verdad que en el curso de los siglos muchas cosas han cambiado, ha señalado el
Santo Padre, por lo que concierne al Colegio cardenalicio no ha cambiado la sustancia
y la naturaleza esencial de este importante organismo eclesial. Sus antiguas raíces,
-ha afirmado el Pontífice- su desarrollo histórico y su composición hace que sea verdaderamente
algo así como un “Senado”, llamado a cooperar estrechamente con el Sucesor de Pedro
en el cumplimiento de las tareas enlazadas con su universal ministerio apostólico”.
Por
otra parte, -ha dicho Benedicto XVI-, “tarea del Papa es la de hacerse primer servidor
de todos” y esto se funda en la “total y generosa disponibilidad de servir a los demás,
que es el signo distintivo de los que en la Iglesia tienen un puesto de autoridad”,
“porque así ha sido para el Hijo de hombre, el cual no vino “para ser servido, sino
para servir y dar su propia vida en rescate por todos”. Un testimonio de servicio
que se funda sobre la experiencia directa de la conducta de Jesús: de servir hasta
el sacrificio de sí mismo, hasta a la muerte.
Estando más estrechamente ligados
al Sucesor de Pedro, seréis llamados a colaborar con él en el cumplimiento de su
peculiar servicio eclesial, y ello significará para vosotros una participación más
intensa en el misterio de la Cruz, en el compartir los sufrimientos de Cristo.
El
Santo Padre ha resumido el sentido de nueva llamada de los cardenales con el mensaje
central de su primera Encíclica: “Deus caritas est” al que se asocia el color del
indumentario cardenalicio.
La púrpura que vestís sea siempre expresión de
la caridad de Cristo, y que os estimule a un amor apasionado por Cristo., por su Iglesia,
por la humanidad. Tenéis ahora un motivo más para tratar de revivir los mismos sentimientos
que llevaron al Hijo de Dios a derramar su sangre para la expiación de los pecados
de toda la humanidad.
Benedicto XVI ha dicho que cuenta con todo el Colegio
cardenalicio, para anunciar al mundo que Dios es amor, y para hacerlo sobre todo mediante
el testimonio de sincera comunión entra los cristianos. Y que cuenta también con ellos
para conseguir que el principio de la caridad pueda irradiarse y consiga vivificar
a toda la Iglesia.
Cuento con vosotros para que el común esfuerzo de fijar
la mirada en el Corazón abierto de Cristo haga más seguro y libre el camino hacia
la unidad plena de los cristianos. Cuento con vosotros para que, gracias a la atenta
valoración de los pequeños y de los pobres, la Iglesia ofrezca al mundo de forma incisiva
el anuncio y el desafío de la cultura del amor.
Todo esto, ha dicho el Santo
Padre está simbolizado en el color púrpura con el cual venís investidos. Que sea
verdaderamente el símbolo del ardiente amor cristiano que se trasluce en vuestra existencia.
Después de la homilía del Papa el consistorio ha llegado a su momento culminante con
la profesión de fe de los nuevos cardenales delante del pueblo de Dios y el juramento
de fidelidad y obediencia al Pontífice y a sus sucesores.
El cardenal Joseph
Levada, sucesor del cardenal Ratzinger en la guía de la Congregación para la Doctrina
de la Fe, el mismo que ha leído en nombre de todo los nuevos purpurados un discurso
de homenaje a la Papa en el curso de la solemne ceremonia, ha sido también primero
en orden de precedencia que se ha arrodillado ante el Santo Padre, el cual le ha impuesto
la birreta cardenalicia, les ha entregado la bula de creación de cardenales y le ha
asignado el título de una iglesia de Roma, como signo de participación a la solicitud
pastoral del Pontífice en su ciudad.
Después, uno a uno los otros catorce
prelados se han ido acercado al Papa que ha repetido el mismo rito con cada uno de
ellos. El Santo Padre les ha dado el abrazo de paz a los nuevos miembros del Colegio
Cardenalicio quienes, a su vez, han cumplido el mismo gesto entre ellos. El rito ha
concluido con la oración de los fieles, el rezo del Padrenuestro y la bendición final.
Mañana, en una misa solemne, el Papa les entregará a los 15 nuevos miembros
del Colegio Cardenalicio el anillo, que es otro signo del cardenalato. De los 15
cardenales, ocho son europeos, tres asiáticos, dos estadounidenses, un africano y
un latinoamericano. Doce tienen menos de 80 años, por lo que pueden participar en
un eventual cónclave para elegir Papa, y los tres restantes son octogenarios, por
lo que no son electores. A partir de hoy el Colegio Cardenalicio está compuesto por
193 miembros, de 66 países, de ellos 120 electores, al ser menores de 80 años.
El
nuevo cardenal español, Antonio Cañizares Llovera, Arzobispo de Toledo y Primado de
España, en unas declaraciones, tras la ceremonia de esta mañana, resumía de esta manera
su íntima colaboración con el Santo Padre y la misión que se le ha confiado tras recibir
la birreta cardenalicia: