2006-03-15 15:57:24

Cultura y humanismo


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Miércoles, 15 mar – “¡Queridos jóvenes universitarios reunidos en Madrid y Salamanca! Que la Virgen María os ayude a dar testimonio del amor de Dios entre vuestros amigos y compañeros”.

Con estas palabras Benedicto XVI saludaba a todos los jóvenes universitarios españoles que participaron en la Vigilia del pasado sábado 11 de marzo en conexión vía satélite desde Madrid y Salamanca.

Se ponía así punto y final al convenio “Cooperación universitaria Europa-África” con el rezo del Rosario en un encuentro de oración y espiritualidad entre los universitarios y el Papa en ocasión de la IV Jornada Europea de Universitarios que se ha conmemorado en torno al tema “El humanismo cristiano, camino para una nueva cooperación entre Europa y África. El encuentro del sábado en el Aula Pablo VI sirvió “como una ocasión propicia para rezar a la Virgen Santa para que el Evangelio abra nuevas vías de cooperación entre los dos continentes”, como señaló Benedicto XVI en el Ángelus del primer domingo de Cuaresma.

Reflexionar junto a los jóvenes sobre la necesidad de una cooperación más eficaz entre Europa y África ha sido un modo de dar a conocer las problemáticas existentes en nuestro mundo de hoy, y para hacerlo los jóvenes reflexionaron sobre el magisterio de la Encíclica “Deus Caritas est”, leyendo partes del texto y comentándolos.

De Suiza a Costa de Marfil, de Nigeria a Rusia, de Kenia a España, nueve países estuvieron presentes en conexión vía satélite con Roma, siendo notoria la presencia de españoles, ya que desde Madrid –acompañados por su Arzobispo, cardenal Rouco Varela- y Salamanca –junto a su obispo diocesano, monseñor Carlos López, Gran Canciller de la Universidad Pontificia- miles de jóvenes asistieron a la clausura de este importante acontecimiento.

Uno de los momentos más significativos fue, sin duda, el ingreso de la Cruz de los jóvenes. “Acogeremos la Cruz peregrina proveniente de Colonia –dijo el Obispo de Roma- y recordaremos con corazón agradecido, a casi un año de su muerte, a mi querido predecesor Juan Pablo II”. El mismo Pontífice que con mucho cariño celebraba esa Vigilia del Rosario con los jóvenes.

Benedicto XVI recordó a todos los jóvenes que dicha Vigilia es una forma de crear puentes de fraternidad entre los jóvenes universitarios de Europa, extendiéndose hasta el continente africano con el fin de que crezca la comunión entre las nuevas generaciones y se difunda la civilización del amor”. Y éste ha sido precisamente el espíritu del convenio Cooperación universitaria Europa-África, un espíritu de comunión que llevó al Papa a entregar de forma simbólica a todos los jóvenes su Encíclica “Deus Caristas est” con el deseo de que “la verdad fundamental de la fe cristiana –Dios es amor- ilumine el camino de cada uno de vosotros y se irradie a través de vuestro testimonio a vuestros compañeros de estudio”.

La amplia participación de jóvenes, las reflexiones, los comentarios, las respuestas y las problemáticas por ellos planteadas unen a la Iglesia con quienes son su futuro, estos jóvenes europeos y africanos que se han detenido a reflexionar sobre el humanismo en nuestros días, una reflexión ardua que, a pesar de la dificultad, ha tenido sus frutos, la unión. Ese puente que señalaba Benedicto XVI es un puente de esperanza y de comunicación entre continentes, entre jóvenes del mundo. Los mismos jóvenes que participarán junto al Santo Padre en la XXI Jornada Mundial de la Juventud, que celebraremos el próximo Domingo de Ramos bajo el tema: Lámpara para mis pasos es tú palabra, luz en mi camino”.

En preparación para el Domingo de Ramos, la Cruz peregrina de los jóvenes proveniente de Colonia, llega hasta nosotros para que gracias a una actitud de entendimiento y diálogo, nos unamos todos en solidaridad fraterna.







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