Ángelus: El Papa invita a rezar para que el Evangelio abra nuevos caminos a la cooperación
entre los pueblos de Europa y de África y evoca a Juan Pablo II, recordando su próximo
viaje a Polonia
Domingo, 5 mar (RV).- En este primer domingo de Cuaresma, Benedicto XVI ha dirigido
–como es tradicional- el rezo del Ángelus ante los miles de fieles presentes en la
plaza de San Pedro, recordando como esta celebración “estimula a los cristianos a
empeñarse en el camino de preparación a la Pascua”.
En sus saludos en esta
cita mariana dominical, después del rezo del Ángelus, del responso por los difuntos
y de su Bendición Apostólica, Benedicto XVI se ha referido, en especial, al encuentro
de oración que presidirá el próximo sábado, en la Jornada de los universitarios europeos,
y al viaje que realizará a la patria del “gran y amado Papa Juan Pablo II”, Polonia,
el próximo mes de mayo.
“¡Queridos jóvenes, os espero numerosos!”, ha sido
la cordial invitación de Benedicto XVI refiriéndose a la IV Jornada Europea de los
Universitarios, cuyo lema de este año es “El humanismo cristiano, camino hacia una
nueva cooperación entre Europa y África”.
“El próximo sábado 11 de marzo,
a las cinco de la tarde, en el Aula Pablo VI, tendrá lugar una vigilia mariana organizada
por los jóvenes universitarios de Roma –ha exclamado el Papa- En ella, gracias a las
conexiones radiotelevisivas, participarán también numerosos universitarios de otros
países europeos y de África. Será una ocasión propicia para rezarle a la Virgen Santa
para que el Evangelio abra nuevos caminos a la cooperación entre los pueblos de Europa
y de África. Por lo tanto ¡queridos jóvenes, os espero numerosos, el próximo sábado
11 de marzo!”.
Como ha dicho el Papa, en esta cita de oración y espiritualidad
participarán no sólo los universitarios de Roma sino también los africanos y europeos,
que se sumarán al rezo del Santo Rosario con Benedicto XVI. Entre las conexiones previstas
está la de Madrid, con la intervención de su Arzobispo, el Cardenal Rouco Varela.
En
sus saludos a los numerosos polacos que acudieron a rezar con él este domingo, Benedicto
XVI evocó nuevamente a su amado predecesor: “Saludo cordialmente a todos los polacos.
En espera de poder visitar vuestra patria y los lugares del gran y amado Papa Juan
Pablo II, os exhorto a vivir la Cuaresma como tiempo de preparación a la Pascua y
también a nuestro encuentro ya próximo. ¡Qué Dios os Bendiga!”.
Y, refiriéndose,
precisamente, a la importancia del camino cuaresmal, el Santo Padre ha saludado asimismo
a los peregrinos de lengua española: “Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española presentes en el rezo del Ángelus, de modo especial
a los alumnos del colegio “Gredos San Diego” de El Escorial y a los fieles de las
parroquias de Nuestra Señora de la Merced de Burriana y Santísima Trinidad de Castellón.
Os invito a vivir este tiempo cuaresmal, a través del ayuno, oración y limosna, como
un camino de peregrinación interior hacia Jesucristo, que es la fuente de la misericordia.
Os deseo a todos una santa Cuaresma”.
Volviendo a la lengua italiana, Benedicto
XVI ha saludando a una delegación del cortejo histórico Terra Sancti Benedicti, de
la diócesis de Montecassino, que se preparan para la tradicional celebración del Tránsito
de San Benito, el próximo 21 de marzo. “Nuestra fiesta común”, ha dicho sonriendo
el Papa, refiriéndose al Santo Patrono de Europa, que ha inspirado su nombre como
Pontífice.
Y en su alocución previa al rezo mariano del Ángelus, Benedicto
XVI ha señalado como en el Evangelio de hoy se recuerda que Jesús, tras haber sido
bautizado en el río Jordán, movido por el Espíritu Santo que se había posado sobre
Él revelándole como Cristo, se retiró durante cuarenta días al desierto de Judá, donde
superó las tentaciones de Satanás.
De este modo, “siguiendo a su Maestro y
Señor, también los cristianos –ha señalado el Papa- para afrontar junto a Él ‘la lucha
contra el espíritu del mal’, entran espiritualmente en el desierto cuaresmal”. Esta
imagen del desierto es una metáfora muy elocuente de la condición humana, ha explicado
el Obispo de Roma, el Libro del Éxodo narra la experiencia del pueblo de Israel que,
saliendo de Egipto, peregrinó al desierto del Sinaí durante cuarenta años, antes de
alcanzar la tierra prometida.
“Durante ese largo viaje, los judíos experimentaron
toda la fuerza e insistencia del tentador, que les empujaba a perder la confianza
en el Señor y a darse la vuelta, pero al mismo tiempo –ha puesto de relieve Benedicto
XVI- gracias a la mediación de Moisés, aprendieron a escuchar la voz de Dios, que
les llamaba a convertirse en su pueblo santo”.
“Meditando sobre esta página
bíblica, comprendemos que para realizar plenamente la vida en libertad hay que superar
la prueba que la misma libertad comporta, es decir, la tentación –ha puesto de relieve
el Obispo de Roma- Sólo librada de la esclavitud de la mentira y del pecado, la persona
humana, gracias a la obediencia de la fe que lleva a la verdad, encuentra el sentido
pleno de su existencia y alcanza la paz, el amor y la felicidad”
Por todo esto,
la Cuaresma constituye un tiempo favorable para la revisión atenta de la vida en el
recogimiento, en la oración y en la penitencia, ha explicado el Santo Padre, señalando
que hoy dan inicio los Ejercicios Espirituales que, como es tradición, se prolongarán
desde hoy hasta el sábado próximo en el Palacio Apostólico. Estos Ejercicios Espirituales
“me ayudarán a mi y a mis colaboradores de la Curia Romana –ha finalizado el Papa-
a entrar con mayor conciencia en este característico clima cuaresmal”.