El Papa recuerda el ejemplo de santidad de don Andrea en su visita al Seminario Romano
Mayor
Domingo, 26 feb (RV).- Benedicto XVI visitó ayer por la tarde el Pontificio Seminario
Romano Mayor en ocasión de la fiesta de su Patrona, Nuestra Señora de la Confianza,
siguiendo una tradición muy querida por Juan Pablo II. En su discurso a los seminaristas,
el Santo Padre recordó el ejemplo de santidad de don Andrea Santoro, el sacerdote
italiano asesinado el pasado 5 de febrero mientras rezaba en su parroquia en el norte
de Turquía. “Invoco a la Madre de Redentor –dijo el Papa- para que obtenga también
para vosotros el don de la santidad”.
El Seminario Romano Mayor es uno de los
lugares más importantes de la Diócesis, como recordó Benedicto XVI, ya que se sitúa
en Letrán, junto a la Iglesia de San Juan. El Obispo de Roma quiso encontrarse con
todos los seminaristas “en el lugar en el que oran, estudian y viven en fraternidad,
preparándose para un futuro ministerio pastoral” el día de la fiesta de su Patrona.
“Es
significativo que la Virgen María, Madre de los sacerdotes, sea venerada por todos
vosotros con el singular título de Nuestra Señora de la Confianza -señaló el Papa-
Esto hace pensar a un doble significado: a la confianza de los Seminaristas, que con
su ayuda cumplen su camino de respuesta a Cristo que les ha llamado; y a la confianza
de la Iglesia de Roma, y especialmente de su Obispo, que invoca la protección de María,
Madre de cada vocación”.
Benedicto XVI puso de relieve también la belleza de
que junto a la Virgen Madre de la Confianza ayer se venerara también a su esposo,
san José, a quien monseñor Marco Frisina se ha inspirado este año en su Oratorio.
“Le agradezco por su delicadeza -dijo el Pontífice- habiendo elegido honorar a mi
santo Patrón, y me congratulo por esta composición, mientras agradezco de corazón
a todos los miembros de la Orquesta”.
El Oratorio al que hizo referencia el
Papa ha sido titulado de forma significativa “Sombra del Padre”, este nombre “me ofrece
la ocasión de subrayar como el ejemplo de san José, ‘hombre justo’, plenamente responsable
frente a Dios y a María –exhortó el Pontífice- constituya para todos un aliento en
el camino hacia el sacerdocio”.
Asimismo Benedicto XVI dio un consejo a los
Seminaristas: “Os puedo asegurar, queridos Seminaristas, que cuanto más avancéis,
con la gracia de Dios, en la vida del sacerdocio, más experimentaréis cuanto sea rico
de frutos espirituales hacer referencia a san José e invocar su apoyo en el cotidiano
desempeño del propio deber”.
Por último el Pontífice invitó a quienes forman
el Seminario Romano Mayor a aprender y repetir la vocación “Mater mea, fiducia mea”
que Benedicto XV definió como su formula distintiva. “Rezo para que estas palabras
queden impresas en el corazón de cada uno de vosotros, y os acompañen siempre durante
vuestra vida y vuestro ministerio sacerdotal –concluyó el Papa- de este modo podréis
difundir entorno a vosotros, donde quiera que estéis, el perfume de la confianza en
María, que es la confianza en el amor providente y fiel de Dios. Os aseguro que cada
día estaréis presentes en mi oración, ya que constituís la esperanza de la Iglesia
de Roma”.