Escuchar el programa Viernes, 24 feb(RV).-
Hoy hablaremos de la expresión de los sentimientos, un tema que quizás les parezca
extraño, pero no sólo es muy importante, sino que además es mucho más común de lo
que parece, pues la mayoría de las veces no reconocemos el sentimiento que hay detrás
de un comportamiento determinado.
Muchas veces lo que hacemos es una descripción
de la manifestación física, pero no de lo que sentimos realmente. Y sin duda la expresión
de lo que sentimos repercute no sólo en nuestra salud mental y física, sino además
en las relaciones que establecemos, de todo orden. Bienvenidos a estas reflexiones
en familia.
Cuando manifestamos una conducta y podemos darle un nombre,
reconocemos una sensación, un sentimiento. Por ejemplo: no tengo hambre, prefiero
quedarme en casa que salir, prefiero estar sola, etc. todas estas expresiones nos
dan a entender que esa persona no está de humor; y decimos entonces que está triste.
Podemos
observar un niño tirar los juguetes o patear una puerta y ante esas manifestaciones
podemos decir que está enojado. El reconocimiento de "el sentimiento" ayuda a la persona
a poder indagar por qué se siente de esa manera, qué le causa esa tristeza o esa alegría
o esa frustración.
Al expresar los sentimientos y sensaciones podemos
entonces darle un matiz diferente incluso a los comportamientos con que los expresamos.
En la mayoría de los casos vemos que cuando no podemos diferenciar lo que pasa, tampoco
sabemos la causa ni cómo lograr buscar una solución, pues no hay manifestaciones expresas.
Cuando
logramos saber cómo nos sentimos, entonces buscamos el por qué y luego las situaciones
van tomando forma y se puede llegar a una solución de lo que nos lleva a sentirnos
de tal o cual manera, o en muchos casos, podemos buscar ayuda si es necesario.
A
través de los sentimientos podemos expresarnos, relacionarnos, contactarnos con los
demás, crear comunidad. Por eso desde pequeños, podemos enseñarle a los niños a darle
nombre a lo que sienten. Así también podrán expresarnos mejor con palabras y no con
conductas a veces no deseadas, la situación por la cual están pasando o aquello que
siente, y sus padres entonces podrán ayudarles de una forma más efectiva.
La
expresión de los sentimientos es producto no sólo de la necesidad de cada ser humano
de expresarse y mostrar lo que siente, sino que además son expresiones moldeadas por
la cultura y las normas sociales. Por eso muchas veces los sentimientos se reprimen,
o se expresan de formas diversas. Los sentimientos de dolor ante la muerte, las expresiones
de alegría, de afecto son diferentes de una cultura a otra, incluso entre generaciones
y grupos étnicos diversos.
Pero lo que si es común a todos los pueblos es
la necesidad de expresarse, porque esa es realmente una necesidad humana que va desde
los sentimientos individuales y los colectivos, los personales y los públicos. Esa
necesidad humana de expresarnos es lo que ha dado pie a las manifestaciones artísticas
y culturales, a las formas literarias.
No cabe duda que al reconocer los sentimientos,
nos damos permiso a sentirnos de determinadas formas; entendemos que como seres humanos
es normal que sintamos rabia, tristeza, alegría, melancolía, frustración, etc. Lo
importante es cómo manifestamos ese sentimiento y saber controlar nuestra conducta
para evitar luego mayores consecuencias o herir los sentimientos de las personas que
nos rodean. La expresión es importante para nuestra comunicación.