El Papa pide a la revista Civiltà Cattolica un diálogo abierto con la cultura contemporánea,
manteniendo la propia identidad católica, sin ceder al relativismo y a la cultura
cerrada a Dios
Viernes, 17 feb (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana en audiencia en el Vaticano
al Colegio de escritores de la revista Civiltà Cattolica, dirección encomendada a
los jesuitas. El Papa en su discurso ha dicho que “conoce y aprecia el trabajo que
la Revista desarrolla al servicio de la Iglesia desde 1850”, cuando el Beato Pio IX
la “instituyó de manera perpetua dotándola de un estatuto particular en el cual se
establece un vínculo especial con la Santa Sede. A pesar del tumultuoso cambio de
la contingencias históricas este vínculo -ha dicho el Santo Padre- nunca se ha modificado
en los 155 años de vida”.
Un trabajo el de Civiltà Cattolica que ha sido “útil
para el bien de la Iglesia y en el que queda reconocida su fidelidad a las directivas
del Magisterio”. La Revista para continuar siendo fiel a su naturaleza y tarea, ha
afirmado el Pontífice no dejará, por tanto, de renovarse continuamente, “leyendo correctamente
los signos de los tiempos”. En un mundo como el nuestro, donde cada vez más se afirma
la cultura caracterizada por el relativismo individualista y el cientificismo positivista:
ante una cultura cerrada a Dios y a la ley moral, es grande el esfuerzo que los católicos
están llamados a cumplir para desarrollar el diálogo con dicha cultura y abrirla a
los valores perennes de la Trascendencia.
Por otra parte, Benedicto XVI ha
subrayado que “no hay que olvidar que hoy en el mundo hay también muchos signos de
esperanza, fruto de la acción del Espíritu en la historia”. Como, por ejemplo, la
nueva sensibilidad ante los valores religiosos, la renovada atención a la Sagrada
Escritura, el respeto de los derechos humanos, la voluntad de diálogo con las otras
religiones. En este contexto “la fe en Jesús puede ayudar a muchos a comprender el
sentido de la vida y de la aventura humana, ofreciéndoles aquellos puntos de referencia
que a menudo faltan en un mundo tan frenético y desorientado”.
Y llegados a
este punto, el Santo Padre ha hablado de la misión que tiene hoy una revista de cultura
como Civiltà Catolica. Ella debe participar en el debate cultural contemporáneo, para
proponer de manera seria y a la vez divulgativa la verdad de la fe cristiana, de manera
clara y fiel al Magisterio de la Iglesia, y defender sin espíritu polémico la verdad,
a veces deformada por acusaciones sin fundamento a la comunidad eclesial.
Como
faro en el camino que la Civiltà Catolica está llamada a recorrer, el Santo Padre
ha indicado el Concilio Vaticano II. “Las riquezas doctrinales y pastorales que éste
contiene, sobre todo la inspiración de fondo, no han sido todavía asimiladas plenamente
por la comunidad cristiana a pesar de que hayan pasado 40 años de su conclusión. Indudablemente,
el Concilio ha dado a la Iglesia un impulso capaz de renovarla y le ha dado el modo
para que pueda responder de manera adecuada a los problemas que plantea la cultura
contemporánea. Y en este aspecto el Papa ha pedido al Colegio de Escritores que “divulguen
y sostengan la acción de la Iglesia en todos los campos de su misión con un particular
empeño en la difusión de la Doctrina social de la Iglesia”, uno de los temas que
durante estos 155 años la Revista ha tratado con más asiduidad.