Benedicto XVI anima al pueblo del Congo a emprender el camino hacia la democracia
y la paz
Viernes, 27 ene (RV). El Santo Padre ha recibido esta mañana en audiencia a un grupo
de Prelados de la República Democrática del Congo, con motivo de su Visita “ad Limina
Apostolorum”. Benedicto XVI ha animado al pueblo de esta República, tras la tragedia
de la guerra, a que intente ahora el camino difícil hacia la democracia y la paz.
Este ha sido el espíritu que ha animado el encuentro del Pontífice con los Obispos
del país africano. Benedicto XVI les ha manifestado su cercanía espiritual, así como
a los fieles y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la paz y la
seguridad del país.
“En los últimos años –ha recordado el Papa-, vuestro país
ha vivido una serie de conflictos sanguinosos que han dejado profundas cicatrices
en la memorial del pueblo”. En este contexto, ha reconocido el Papa, los Obispos han
tenido la fuerza de “denunciar con mensajes vigorosos” las violencias en curso, pidiendo
a las partes en conflicto “dar prueba de responsabilidad y de ánimo”, para que los
congoleños puedan vivir en paz y con seguridad.
La Conferencia Episcopal, ha
exhortado el Papa, debe por lo tanto continuar vigilando “para acompañar los progresos
en curso”. Y en este momento ha elevado una vibrante invocación al Señor para que
los hombres de buena voluntad “perseveren con la firme esperanza en la edificación
de la paz y la fraternidad”. “Conozco –ha dicho el Papa-, las condiciones difíciles
en las que muchos de vosotros ejercen su tarea misionera y os doy las gracias por
el servicio, muchas veces heroico por el crecimiento espiritual en vuestra comunidad”.
El
Papa ha dedicado una parte de su discurso al discernimiento de las vocaciones sacerdotales
y a la formación de los futuros sacerdotes. El Santo Padre ha dedicado un pasaje al
peligro que representan las sectas que “explotan la credulidad de los fieles” y les
proponen “una falsa imagen del Evangelio así como una moral acomodaticia”. Para defenderse
de estas sectas, les ha advertido Benedicto XVI, es particularmente importante el
papel de las “comunidades eclesiales vivas”, que deben ser comunidades verdaderamente
misioneras y capaces de dar testimonio del Evangelio ante los hombres.
Finalmente,
el Pontífice ha criticado la permanencia de conflictos que inciden negativamente sobre
la unidad del presbiterio. Fenómeno, ha añadido, que favorece “el desarrollo del tribalismo
y de la lucha de poder, nefasta para la edificación del Cuerpo de Cristo y fuente
de confusión para los fieles”.