Martes, 24 ene (RV).- «Reconocer a Dios en el extranjero». El Padre Pedro Langa, agustino
español, nos acompaña también en este séptimo día de la Semana de oración por la unidad
de los cristianos:
Reconocer
a Dios en el «extranjero». He aquí una de las claves más difíciles del ecumenismo.
Dios es, ante todo, Alguien a quien le importa la suerte de su pueblo y la necesidad
de ser como niños para llegar a su Reino (cf. Mt 18,5). Jesús tiene asegurada su presencia
a quienes guardan su palabra, a los que se reúnen en su nombre, a cuantos sufren por
su causa. Puede que no concordemos aún sobre la Eucaristía, pero nos acomuna en cambio
la seguridad de tenerlo en nuestro corazón cuando damos de comer al hambriento, asistimos
al enfermo, visitamos al preso, vestimos al desnudo, damos limosna al impecune, acogemos
al extranjero. Precisamente el CEI nació en 1948 para canalizar las ansias cristianas
de reconciliación y curación de tantas vidas destrozadas por los horrores de la guerra.
Un servicio, dicho sea de paso, que sigue vigente en este siglo XXI propenso a extranjerizar
al que no piensa igual.
Pero «extranjero» es concepto
que no lo agota la inmigración. Anida también en las relaciones ecuménicas. Jesús
quiere que amemos al prójimo en sus diferencias, en aquello incluso que le hace para
mí un «extranjero» Reconocer ecuménicamente al «extranjero», pues, supone admitir
que también él, aunque tenga otras ideas, sea de otras creencias, pertenece a Cristo,
es Cristo, es mi prójimo (cf. Mt 25,31-46). No hay por qué tenerle miedo, pues. No
es un extraño. Es mi hermano. En la vida de ese hermano y en mi vida, Jesús es Alguien,
Jesús es Jesús, que diría Fray Luis de León. No es el Señor un personaje histórico
que nos haya dejado tirados por el camino, sin esperanza de futuro. No. Gracias al
Espíritu Santo está presente y sigue obrando en el mundo de hoy. De ahí la necesidad
de pedir al buen Padre Dios que nos conceda su presencia pluriforme, y dilate así
nuestro deseo de llegar a una auténtica comunión intereclesial y ser fermento en esta
sociedad contemporánea.