Los obispos asiáticos analizan en Tailandia los desafíos de la comunidad global en
el siglo XXI
Miércoles, 18 ene (RV).- “El testimonio personal, fruto de una vida cristiana adulta,
profunda y madura, tiene que cimentarse en la construcción de una nueva civilización,
en diálogo con las otras religiones y con todos los hombres de buena voluntad para
realizar un humanismo integral y solidario”. Lo afirmaba el presidente del Consejo
Pontificio "Justicia y Paz", cardenal Renato Martino, abriendo el pasado martes en
Pattaya Tailandia, un congreso sobre los desafíos de la comunidad global en el siglo
XXI. Un congreso en el contexto asiático, promovido por los obispos de este continente
para celebrar el 40 aniversario de la Constitución conciliar Gaudium et Spes, sobre
la Iglesia en el mundo contemporáneo.
Tomando como base las enseñanzas del
documento conciliar, el purpurado puso en evidencia las partes que ilustran y que
orientan hacia una mejor comprensión de las exigencias relativas al anuncio del Evangelio
en la sociedad de nuestro tiempo, con particular referencia a los temas cruciales
del desarrollo económico y del trabajo, de la democracia y de la paz. El cardenal
Martino subrayó la importancia que tiene, en la perspectiva de la salvación, la humanización
del mundo y su transformación para consentir al hombre expresar sus potencialidades
creativas además de satisfacer sus fundamentales necesidades.
El presidente
de "Justicia y Paz" afirmó que según el principio del destino universal de los bienes
de la tierra, la justicia social debía plantearse el objetivo de una mayor repartición
de tales bienes entre todos los hombres, en la óptica de la solidaridad planetaria,
que no es una simple solicitación filantrópica o humanitaria, sino una precisa obligación
moral, con el deber de crear estructuras que favorezcan el desarrollo de todos los
pueblos.