Ángelus: En la Jornada Mundial del emigrante y el refugiado, el Papa exhorta a vencer
cualquier forma de discriminación, de injusticia y de desprecio del ser humano
Domingo, 15 ene (RV).- “Buscar y encontrar a Jesús, indicación fundamental para el
nuevo año, que queremos sea un tiempo en el que renovemos nuestro camino espiritual
con Él, en la felicidad de buscarlo y encontrarlo incesantemente”. Esta ha sido la
recomendación de Benedicto XVI durante el rezo mariano del Ángelus.
A pesar
del frío, numerosos han sido los fieles que esta mañana han asistido al Ángelus presidido
por Benedicto XVI en la plaza de san Pedro. En su alocución previa al rezo mariano,
el Santo Padre ha recordado el tema de la Liturgia de hoy, extraído del Evangelio
de san Juan, donde se presenta el primer encuentro entre Jesús y algunos de los que
se convertirían en sus apóstoles, retomando de este modo la celebración del pasado
domingo del Bautismo del Señor.
Se trata del episodio en el que Jesús preguntó
a dos de sus discípulos sobre qué es lo que estaban buscando, a lo que ellos le respondieron
preguntándole dónde vivía, a lo que Jesús respondió “venid y veréis”, invitándoles
a seguirle y a estar un poco con Él. Ellos se quedaron tan impresionados de las pocas
horas pasadas con el Señor que uno de ellos contó lo acaecido afirmando: “Hemos encontrado
al Mesías”. “Buscar y encontrar, estas son las dos palabras más significativas”, ha
señalado el Papa.
“Podemos extraer de la página evangélica de hoy estos dos
verbos y deducir una indicación fundamental para el nuevo año, que queremos sea un
tiempo en el que renovemos nuestro camino espiritual con Jesús, en la felicidad de
buscarlo y encontrarlo incesantemente”.
De hecho, “la felicidad verdadera está
en la relación de encontrarnos con Él”, ha explicado el Obispo de Roma, “en conocerle
y amarle gracias a la tensión entre la mente y el cuerpo”. “Ser discípulos de Cristo:
esto le es suficiente al cristianismo”, ha subrayado Benedicto XVI.
“La amistad
con el Maestro asegura al alma, paz profunda y serenidad, incluso en los momentos
oscuros y en las pruebas más arduas. Cuando la fe se encuentra en noches oscuras,
en las que no se ‘escucha’ y no se ‘ve’ la presencia de Dios, la amistad de Jesús
garantiza que en realidad nada puede separarnos nunca de su amor” (cfr Rm 8,39).
“Buscar
y encontrar a Cristo, manantial inagotable de verdad y de vida –ha proseguido explicando
el Papa, señalando que- la palabra de Dios nos invita a retomar, al inicio de un nuevo
año, este camino de fe que no acaba nunca”. “Maestro, dónde vives”, preguntamos también
nosotros a Jesús, a lo que Él nos responde “venid y veréis”.
“Para el creyente
es siempre una búsqueda incesante y un nuevo descubrimiento, porque Cristo es el mismo
ayer, hoy y siempre, pero nosotros, el mundo, la historia, nunca somos los mismos,
y Él se nos acerca para donarnos su comunión y la plenitud de vida”.
Y tras
el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos Benedicto XVI ha
recordado la celebración de hoy de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado
señalando que “las migraciones constituyen un fenómeno muy difundido en el mundo actual:
son ‘un signo de los tiempos’”.
“Si por un lado, se afirma el respeto de las
diversidades étnicas y culturales, por otro lado permanecen las dificultades de acogida
e integración -ha puesto de relieve el Pontífice- La Iglesia invita a acoger lo positivo
que éste signo de los tiempos trae consigo, venciendo cualquier forma de discriminación,
de injusticia y de desprecio de la persona humana, porque todo hombre es imagen de
Dios”.
Asimismo el Pontífice ha recordado la celebración de la Jornada de la
Escuela Católica que hoy conmemora la diócesis de Roma, saludando a todos sus representantes
e instándoles a “proseguir en el empeño de una educación integral, que se esfuerce
en unir la calidad de la instrucción y la concepción cristiana del hombre y de la
sociedad”.
Por último Benedicto XVI ha saludado a todos los fieles presentes
en la plaza de san Pedro. Éstas han sido sus palabras en español:
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana.
Queridos hermanos: siguiendo el ejemplo de la Virgen María, que la meditación asidua
de la Palabra de Dios os impulse a vivir vuestra vocación cristiana con espíritu de
servicio y docilidad a la voluntad del Señor. ¡Feliz domingo!