Benedicto XVI recibe a los “sediari”, a quienes agradece la diligencia, cortesía y
discreción de su servicio a la Iglesia y al Sucesor de Pedro
Viernes, 13 ene(RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana en la tradicional audiencia
para el intercambio de felicitaciones de principios de año al personal de orden y
servicio que atiende cotidianamente al Santo Padre en su ministerio pastoral, especialmente
cuando recibe a personalidades y a distintos grupos en audiencias privadas o también
en las celebraciones pontificias. Una ocasión para el Papa para expresar su agradecimiento
a los “sediari” y agradecerles su diligencia, cortesía y discreción. Características
que deben distinguir la tarea de quienes trabajan en el Vaticano y manifiestan su
amor por la Iglesia y el Sucesor de Pedro.
Pero más allá de los aspectos transitorios,
el Santo Padre ha destacado el valor de la relación que une a los sediari con la Sede
de Pedro. “Un trabajo que se incluye en un contexto donde todo debe hablar a todos
de la Iglesia de Cristo, y debe hacerlo de manera coherente imitando a Áquel que no
ha venido para ser servido sino para servir y dar la propia vida por los demás”. En
esta óptica, ha señalado el Papa, van vistas las recientes reformas efectuadas por
los Pontífices predecesores, en particular por el papa Pablo VI que ha simplificado
muchos aspectos del ceremonial, para dar mayor sobriedad y tono adecuado al mensaje
cristiano y a las exigencias de los tiempos.
Haciendo historia sobre el
origen de los sediari, de los que se tienen noticia ya en el siglo XIV, Benedicto
XVI ha dicho que si bien las atribuciones de este personal de servicio han ido cambiando
y adaptándose a las necesidades de los tiempos, permanece y se ha consolidado su papel
al servicio de la Iglesia de Roma y a su Obispo, siempre dedicado, como dice su nombre,
a la Sede de Pedro.
Antes de impartirles su bendición apostólica, el Santo
Padre ha formulado votos para que puedan ser siempre, en el Vaticano como en la casa,
en la parroquia y en todo ambiente, personas serviciales y atentas al prójimo. Puesto
que así ofrecerán una enseñanza valiosa a sus hijos y nietos, que aprenderán que estar
al servicio de la Santa Sede comporta, ante todo, una mentalidad y un estilo de vida
cristiano. Por último, en el clima familiar de este encuentro con los sediari y sus
familiares, Benedicto XVI les ha asegurado una oración especial por sus intenciones
y por las de sus seres queridos, invocando sobre todos ellos la protección maternal
de María Santísima y de san Pedro.