“En la Iglesia todas las tareas son importantes, lo indispensable es no perder de
vista el objetivo común, la dedicación a Cristo y a su obra de salvación”
Sábado, 7 ene (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana en audiencia a los ‘Gentiluomini’
de Su Santidad, que desempeñan el servicio de recibimiento en ocasión de las ceremonias
y encuentros oficiales del Papa, acogiendo a jefes de estado, primeros ministros,
embajadores y otras autoridades. Destacando que esta vez no habían acudido acompañando
a altas personalidades políticas, sino a sus esposas y familiares, el Santo Padre
les ha dado su cordial bienvenida, expresando profunda gratitud por el servicio que
prestan.
Servicio de honor que se inserta en la secular tradición de la Casa
Pontificia y que, si en la actualidad se desarrolla con mayor sencillez que en el
pasado, sigue manteniendo el objetivo de servir al Sucesor del Apóstol Pedro. En
la Iglesia, ha subrayado el Papa, todas las tareas y oficios son importantes, también
los que parecen más escondidos: “En la Iglesia todas las tareas son importantes cuando
se coopera en la realización del Reino de Dios –ha señalado el Papa- La barca de Pedro,
para avanzar segura, tiene necesidad de tantos oficios escondidos, que junto con los
más vistosos, contribuyen a regular el desarrollo de la navegación. Lo que es indispensable
es no perder nunca de vista el objetivo común, es decir, la dedicación a Cristo y
a su obra de salvación”.
Al concluir el tiempo navideño, en el que hemos contemplado
constantemente al Salvador venido a la tierra, Benedicto XVI ha hecho hincapié en
que en la sencillez de la Noche Santa, Él nos trajo la riqueza de la comunión con
su misma vida divina. “Él es la luz que nunca se apaga, el centro de nuestra existencia,
y nosotros, como los pastores de Belén y los Magos, llegados de Oriente para adorarlo,
después de haber permanecido en oración ante el pesebre, reanudamos nuestras actividades
cotidianas, llevando en el corazón la alegría de haber experimentado su presencia.
Y, envueltos en este gran Misterio, comenzamos con serenidad y confianza este nuevo
año bajo el signo del amor vivificante de Dios”.
El Papa ha recibido también
esta mañana, en audiencia, al cardenal Crescenzio Sepe, prefecto de la Congregación
para la Evangelización de los Pueblos.