El embajador de Ecuador ante la Santa Sede analiza el mensaje de Año Nuevo del Papa
Lunes, 2 ene (RV).- Que el 2006 sea para todos un año de prosperidad y de paz, deseaba
el domingo 1 de enero de 2006 Benedicto XVI, esperanza que dirigió asimismo a los
miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, que participaron en
la celebración litúrgica de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, que coincide
también con la Jornada Mundial de la Paz.
El Papa hizo hincapié en su Mensaje
para esta Jornada, “en la verdad, la paz”. Documento en el que rinde “un homenaje
agradecido” a sus amados Predecesores, “los grandes Pontífices Pablo VI y Juan Pablo
II, inspirados artífices de paz”, que supieron leer en los numerosos acontecimientos
históricos que marcaron sus respectivos Pontificados “la intervención providencial
de Dios, que nunca olvida la suerte del género humano”. Hemos tenido ante nuestros
micrófonos al embajador de Ecuador ante la Santa Sede, Francisco Salazar Alvarado,
que nos habla, precisamente, sobre el Mensaje de Benedicto XVI y los de sus Predecesores:
“¡Es más necesario
que nunca trabajar juntos por la paz! Es necesario un impulso de valentía y de confianza
en Dios y en el hombre para la elección de recorrer el camino de la paz. Y ello, de
parte de todos: individuos y pueblos. Organizaciones internacionales y potencias mundiales”,
enfatizaba también ayer Benedicto XVI, reiterando la exhortación de su Mensaje para
la Jornada Mundial de la Paz 2006:
El embajador
de Ecuador ante la Santa Sede recuerda asimismo las asechanzas contra la convivencia
pacífica entre los pueblos del mundo, que señala Benedicto XVI. Como las situaciones
de injusticia y de violencia que siguen oprimiendo diversas zonas de la Tierra y las
que se presentan como nuevas y más insidiosas amenazas contra la paz – el terrorismo,
el nihilismo y el fundamentalismo fanático: