Mensaje al encuentro ecuménico de la Comunidad de Taizé: el Papa recuerda a Juan Pablo
II y al hermano Roger como testimonios inquebrantables en favor del diálogo y la paz
entre los pueblos
Martes, 20 dic (RV).- Que el testimonio inquebrantable de Juan Pablo II y del hermano
Roger, en favor del diálogo y de la paz entre los pueblos, anime a todas las personas
de buena voluntad. Es el deseo de Benedicto XVI en su mensaje a los más de 50 mil
jóvenes de toda Europa que participarán en el 28 encuentro ecuménico de la Comunidad
de Taizé, en Milán.
El Papa Benedicto XVI se une en la oración a los más de
50 mil jóvenes de toda Europa que participarán en el vigésimo octavo encuentro ecuménico
de la Comunidad de Taizé, que tendrá lugar en la ciudad italiana de Milán del 28 de
diciembre al 1 de enero.
En un Mensaje, dirigiéndose a los queridos jóvenes,
que en este tiempo se preparan para vivir una hermosa experiencia eclesial de encuentro
con otros, promovida por la Comunidad de Taizé, Benedicto XVI rinde homenaje al hermano
Roger, «que ha querido estos encuentros para enraizar en los jóvenes cristianos un
espíritu de fraternidad y de paz que se refleje en la vida de cada día».
El
Papa desea que el diálogo entre los participantes en este encuentro de Taizé, provenientes
«de diversos países y de diferentes confesiones cristianas», así como el encuentro
con los cristianos de Milán que les acogen, «permita crear nuevos lazos que serán
también semillas de paz entre todos los hombres». Benedicto XVI expresa su anhelo
de que «el ejemplo del fundador de Taizé y el testimonio inquebrantable del Papa Juan
Pablo II en favor del diálogo y de la paz entre todos los pueblos del mundo» anime
también a estos jóvenes y a todas las personas de buena voluntad a ser artesanos de
paz.
«En un mundo que se ha vuelto frágil por numerosos focos de tensión y
en nuestras sociedades desarrolladas, donde aparecen nuevas formas de violencia que
atañen en particular a los jóvenes», el Papa invita a «testimoniar, con sencillez
y alegría, al Espíritu de la paz gracias al don que el Señor Jesús ha hecho de sí
mismo, una vez por todas, en la Cruz, por el amor de todos. Así pues, como dijo el
apóstol Pablo, ‘Él es nuestra paz’ (Ef 2, 14) y nos invita al perdón, signo de un
amor perfecto».
La Comunidad de Taizé, que organiza este encuentro en el marco
de la «Peregrinación de confianza a través de la Tierra», querida por su fundador
entregará a cada participante una carta inacabada del hermano Roger. La misiva empieza
con las palabras que el mismo fundador de Taizé había empezado a dictar a un hermano,
poco antes de morir.
La tarde de su muerte, el 16 de agosto, el hermano Roger
llamó a otro hermano y le pidió que escribiera estas palabras «en la medida en que
nuestra comunidad pueda crear en la familia humana posibilidades para ensanchar...»
Y se detuvo, porque la fatiga le impedía terminar la frase.... ¿Qué entendía por «ensanchar»?
Probablemente, quería decir: hacer todo lo posible para que sea más perceptible a
cada uno el amor que Dios tiene por todo ser humano sin excepción, por todos los pueblos.
Ahora
la Comunidad que él fundó se propone asumir este desafío, con todos aquellos anhelan
la paz en la Tierra. En las semanas que precedieron a su muerte, el hermano Roger
había comenzado a reflexionar sobre la carta que iba a publicar para el encuentro
de Milán. Y la Comunidad de Taizé ha reunido todo este material y ha publicado una
«Carta inacabada», traducida a 57 lenguas. Meditando esta carta inacabada, en los
encuentros que tendrán lugar en 2006, tanto en Taizé semana tras semana, como otros
lugares del mundo cada uno podrá buscar cómo acabarla en su propia vida.