Ángelus: “Dejémonos ‘contagiar’ por el silencio de san José, lo necesitamos sobre
todo en un mundo demasiado ruidoso”
Domingo, 18 dic (RV).- Benedicto XVI ha presidido esta mañana el rezo mariano del
Ángelus en la plaza de san Pedro ante cientos de fieles que han acudido al Vaticano
en estos últimos días de Adviento, durante los cuales, contemplamos de forma especial
a la Virgen María y a san José. El Santo Padre ha querido recordar hoy de forma particular
la figura de éste último, que viene presentada por el evangelista san Lucas como “hombre
de la casa de David” (Lc 1,27).
Asimismo san Mateo, como ha recordado el Pontífice,
subraya la importancia del papel de san José como padre putativo de Jesús, por lo
que el Niño, pasa a formar parte de la descendencia directa de David. Pero obviamente,
no podemos reducir el papel de José a éste mero aspecto legal, Benedicto XVI ha explicado
así el papel del padre de Jesús: “Él es el modelo del hombre ‘justo’ (Mt 1,19), que
en perfecta sintonía con su esposa, acoge al Hijo de Dios hecho hombre y vigila su
crecimiento humano. Por este motivo, en los días que preceden a la Navidad, es oportuno
establecer una especie de diálogo espiritual con san José, para que él nos ayude a
vivir con plenitud este gran misterio de la fe”.
Benedicto XVI ha querido también
poner de relieve un aspecto de san José, que ya Juan Pablo II –que era muy devoto
del santo- había señalado en su Exhortación apostólica Redemptoris Custos, “Custodio
del Redentor”, se trata del silencio. “Su silencio estaba impregnado de la contemplación
del misterio de Dios –ha explicado el Santo Padre- en actitud de total disponibilidad
a los deseos divinos”.
En este sentido el Pontífice ha señalado que “el silencio
de san José no manifiesta un vacío interior, sino que, por el contrario, se trata
de la plenitud de la fe que él lleva en su corazón y que le guía en su pensamiento
y en toda acción que realiza. Un silencio gracias al cual san José, al unísono con
María, custodia la Palabra de Dios conocida a través de las Sagradas Escrituras”.
Éste
silencio se tiene que entender como “oración constante”, como “oración de bendición
del Señor, de adoración a su santa voluntad y de confianza sin reservas a su providencia”.
En este sentido Benedicto XVI ha señalado que “no se exagera si se piensa que justo
del ‘padre’ José, Jesús tomó –en el plano humano- esa robusta interioridad que es
el presupuesto de la auténtica justicia, la ‘justicia superior’, que Él después enseñaría
a sus discípulos” (Mt 5,20).
“¡Dejémonos ‘contagiar’ por el silencio de san
José! –ha exclamado el Pontífice- Lo necesitamos, en un mundo a menudo demasiado ruidoso
que no favorece el recogimiento y la escucha de la voz de Dios. En este tiempo de
preparación a la Navidad, cultivamos el recogimiento interior, para acoger y custodiar
a Jesús en nuestra vida”.
Y tras el rezo mariano del Ángelus y el responso
por los fieles difuntos, Benedicto XVI ha saludado en varias lenguas a todos los presentes
en la plaza de san Pedro, éstas han sido sus palabras en español: “Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española aquí presentes y a cuantos siguen el rezo del
Ángelus a través de la radio y la televisión. Que la cercanía de la Navidad os ayude,
-siguiendo la actitud y el ejemplo de María, a renovar vuestro compromiso cristiano
y entrega, y a mantener viva vuestra esperanza. ¡Feliz Domingo de Adviento!”.