2005-12-14 15:24:51

Audiencia General: “Dios no nos abandona nunca. Su bondad siempre está con nosotros, incluso en los momentos más difíciles, como en la hora de la muerte”


Miércoles, 14 dic (RV).- Benedicto XVI en su catequesis ha reflexionado sobre el salmo 138. Dios, que no es indiferente al mal, está al lado del hombre para ayudarlo. ''Su mano siempre preparada a coger la nuestra para guiarnos en nuestro camino en la tierra”.

Este miércoles, Benedicto XVI ha celebrado la audiencia general en la Plaza de san Pedro para los peregrinos presentes en Roma, unas 18 mil personas, según cálculos de la prefectura vaticana. Hoy, en su catequesis el Papa ha reflexionado sobre el salmo 138, “Dios lo sabe todo”. En dos etapas distintas, la Liturgia de las Vísperas – cuyos Salmos y Cánticos estamos meditando, ha dicho el Papa – nos propone la lectura de un himno sapiencial de límpida belleza y de fuerte impacto emotivo, como es este Salmo, cuya primera parte, es decir las primeras dos estrofas de la composición exaltan respectivamente la omnisciencia de Dios y su omnipresencia en el espacio y en el tiempo.

“El vigor de las imágenes y de las expresiones tienen como finalidad la celebración del Creador: “Si tanta es la grandeza de las obras creadas – afirma Teodoredo de Ciro, escritor cristiano del siglo V – cuán grande debe ser su Creador”. “La meditación del salmista, ha señalado el Santo Padre, intenta sobre todo penetrar en el Misterio del Dios trascendente, y sin embargo cercano a nosotros. La sustancia del mensaje que él nos ofrece es lineal: Dios sabe todo y está presente junto a su criatura, que no puede estar sin Él. Su presencia, sin embargo, no es de peligro y de control: ciertamente, tiene una mirada severa frente al mal, ante el cual no es indiferente. Pero, el elemento fundamental es el de una presencia salvífica, capaz de abrazar a todo el ser y a toda la historia”.

“La primera estrofa es la celebración de la omnisciencia divina. El conocimiento bíblico supera el puro y simple aprender y entender intelectivo; es una especie de comunión entre conocedor y conocido: el Señor está en intimidad con nosotros, cuando pensamos y cuando actuamos”, ha manifestado el Papa. A la omnipresencia divina, está dedicada la segunda estrofa del Salmo. En él se describe de manera vivida la ilusoria voluntad del hombre de apartarse a aquella presencia. El salmista, ha proseguido diciendo Benedicto XVI, continúa introduciendo también otra realidad en la que estamos inmersos: el tiempo. Incluso la oscuridad, está penetrada por la mirada y por la epifanía del Señor del ser y del tiempo. Su mano está siempre preparada a coger la nuestra para guiarnos en nuestro itinerario terreno. Y, por lo tanto, una cercanía no de juicio que aterroriza, sino de apoyo y de liberación.

“Hemos comenzado con una cita del escritor cristiano Teodoredo de Ciro y finalizamos confiándonos - ha terminado diciendo el Papa-, también a él y a su IV Discurso sobre la Providencia divina. En el versículo sexto el orante exclama: “Estupenda es para mí tu sabiduría, demasiado alta, y yo no la comprendo”.

Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la audiencia: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:
El Salmo proclamado hoy es una meditación profunda sobre la trascendencia de Dios, y también de su cercanía y preocupación por todos nosotros. Él lo sabe todo, nada se le oculta: cada instante, hasta en lo más íntimo de la vida humana y de la historia, le resulta diáfano. Pero su forma de conocer no es lejana o indiferente, sino que comporta una especie de comunión e interés por cada ser humano. Por eso nada puede esconderse a sus ojos ni oponerse a su presencia salvífica, por más que a veces el hombre trate de ocultarse o se crea ignorado de Dios. Por el contrario, su mano está siempre dispuesta a tomar la nuestra para guiarnos en nuestro itinerario terreno.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española que han participado en esta audiencia. En este tiempo de Adviento, os invito a todos a prepararos con recogimiento interior para la celebración gozosa de la Navidad.
Muchas gracias por vuestra visita.

Como siempre al final de la audiencia el Papa, tras haber saludado en varias lenguas, se ha dirigido a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. La memoria de hoy de San Juan de la Cruz nos invita, a dirigir la mirada del corazón al misterio escondido en Jesucristo, recordándonos que, quién verdaderamente desea la sabiduría divina, desea ante todo entrar en el significado profundo de la cruz. Con estos sentimientos preparémonos a la Navidad, ya tan cercana.







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