2005-12-03 14:25:07

Intensa emoción en la Audiencia de Benedicto XVI al segundo grupo de obispos de Polonia en visita ad limina


Sábado, 3 dic (RV).- En un encuentro de intensa emoción, Benedicto XVI ha recibido este mediodía al segundo grupo de obispos de Polonia que han cumplido su visita “ad limina apostolorum”. Evocando a lo largo de todo su discurso al Siervo de Dios Juan Pablo II, el Papa ha profundizado en el tema de la nueva evangelización, cuyo primer responsable es el Obispo. Exhortando a los Pastores a atesorar el gran patrimonio que ha dejado su predecesor, el Pontífice los ha invitado también a seguir el modelo de Karol Wojtyla y su sentido de responsabilidad para con la Iglesia y los creyentes encomendados al cuidado de los Obispos: “Durante su primera peregrinación a Polonia, Juan Pablo II dijo: Desde la cruz en Nowa Huta comenzó la nueva evangelización: la evangelización del segundo Milenio. Esta Iglesia lo testimonia y lo confirma. Ella surgió de una fe viva y conciente y debe seguir sirviendo a la fe. La evangelización del nuevo milenio debe referirse a la doctrina del Concilio Vaticano II. Debe ser, como enseña este Concilio, obra común de los obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, obra de los padres y de los jóvenes”.

Tras recordar que “los primeros colaboradores del Obispo en la realización de sus tareas son los presbíteros”, Benedicto XVI ha destacado la importancia de la formación en lo seminarios. Preparación que debe abarcar “la preparación intelectual de los futuros sacerdotes”, así como “su formación espiritual y emotiva”. El Papa ha señalado la oportunidad de tener en cuenta la solicitud presentada en el sínodo de los Obispos de 199, para que en los seminarios se cuente con un número mayor de padres espirituales, “bien preparados para desarrollar la exigente tarea de formar el espíritu y verificar la disponibilidad afectiva de los seminaristas para asumir las tareas sacerdotales”.

En este contexto, recordando que “recientemente ha sido publicado el documento de la Congregación para la Educación Católica, concerniente a la admisión de los candidatos a las Órdenes sagradas”, Benedicto XVI ha recomendado que se ponga en acto lo que indica dicha Instrucción. También ha aconsejado el Papa que la formación sacerdotal debe ser constante y no debe quedar sólo en la formación intelectual y espiritual de los seminarios. Sin olvidar la importante responsabilidad de los Obispos, su cercanía paterna para con los sacerdotes, también en los casos de crisis vocacional o cuando sea necesaria una admonición.

Agradeciendo al Señor por la gran riqueza de vocaciones que concede a Polonia, en especial en el sur del país, el Pontífice ha invitado a los prelados polacos a tener en cuenta las enormes necesidades de la Iglesia universal impulsando el servicio misionero.

Después de reflexionar también sobre el importante papel y sobre la diversidad de carismas y servicios de las órdenes religiosas y de los miembros de institutos laicos de vida consagrada – “gran riqueza de la Iglesia”, que el Obispo debe cuidar, Benedicto XVI ha reflexionado en especial sobre la misión de los laicos, insistiendo en lo que señalaba Juan Pablo II: “En tiempos en los que –como escribió Juan Pablo II– ‘la cultura europea da la impresión de una ‘apostasía silenciosa’ por parte del hombre saciado y harto que vive como si Dios no existiera’ (Ecclesia in Europa), la Iglesia no cesa de anunciar al mundo que Jesucristo es su esperanza. En esta obra el papel de los laicos es insustituible. Su testimonio de fe es particularmente elocuente y eficaz, porque se cumple en la realidad cotidiana y en ámbitos a los que un sacerdote accede con dificultad”.

Al igual que su predecesor, el Papa ha hecho hincapié en la tarea específica de los laicos de participar en la vida pública y en la política. “La Iglesia no se identifica con partido alguno, con ninguna comunidad política, y tampoco con ningún sistema político”, ha insistido Benedicto XVI recordando que los laicos comprometidos en la vida política deben “dar un valiente y claro testimonio de los valores cristianos, que debe ser afirmados y defendidos en caso de que se vean amenazados”. Responsabilidad que debe ejercer los laicos públicamente, tanto en los debates de carácter político como en los medios de comunicación. En este momento de su discurso el Papa ha recordado que «una de las tareas importantes, derivadas del proceso de integración europea, es el valiente testimonio de los polacos en el anhelo de conservar su identidad católica y nacional”.

Ha sido éste un encuentro lleno de emoción, que vibró en particular cuando Mons. Estanislao Dziwisz -actual arzobispo de Cracovia y durante largos años secretario de Juan Pablo II- dirigió unas palabras de homenaje a Benedicto XVI, invitándolo a Polonia, en nombre de todos los polacos y en especial de parte de los jóvenes, con el anhelo de que puedan recibirle en Cracovia.

Un homenaje cargado de gratitud, entre otras cosas, por haber abreviado los tiempos del comienzo del proceso de beatificación del amado Papa fallecido. Palabras con las que el prelado manifestó la profunda estima y gratitud de los todos los polacos al sucesor del Papa Wojtyla, por su “discreta, competente y fiel colaboración durante todo su pontificado”. Por sus sabios consejos tanto en las difíciles cuestiones teológicas como en las de la vida cotidiana de la Iglesia universal. Por su cercanía en los últimos días de agonía... y por su testimonio como Decano del Colegio Cardenalicio en los funerales...








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