Audiencia a la Comisión Teológica Internacional: el trabajo del teólogo debe desarrollase
en comunión con el Magisterio vivo de la Iglesia y bajo su autoridad
Jueves, 1 dic (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana en audiencia a la Comisión
Teológica Internacional, cuyos temas actuales de estudio, son el del destino de los
niños que han muerto sin recibir el bautismo, el tema de la ley moral natural y el
estatuto y método de la teología católica.
La Comisión Teológica Internacional
está reunida en estos días en sesión plenaria para proseguir los trabajos del séptimo
quinquenio de la Comisión iniciados el año pasado, presididos precisamente por el
entonces cardenal Ratzinger.
El Papa ha tratado, en su discurso, los temas
actuales de estudio, como es el del destino de los niños que han muerto sin recibir
el bautismo en el contexto de la voluntad salvífica universal de Dios, de la mediación
única de Jesucristo y de la sacramentalidad de la Iglesia, y el tema de la ley moral
natural. El Santo Padre ha subrayado la importancia especial de este último argumento
para comprender el fundamento de los derechos radicados en la naturaleza de la persona,
y como tales, derivados de la voluntad misma de Dios creador.
“Anteriores
a cualquier ley positiva de los Estados, ha dicho el Pontífice refiriéndose a los
derechos radicados en la naturaleza de la persona, son universales, inviolables e
inalienables, y deben ser reconocidos por todos como tales, especialmente por las
autoridades civiles, llamadas a promoverlos y garantizar que se respeten. A pesar
de que la cultura actual parezca haber perdido el concepto de ‘naturaleza humana’,
permanece el hecho de que los derechos humanos no son comprensibles sin presuponer
que el hombre, en su misma esencia, es portador de valores y normas que redescubrir
y reafirmar; unos valores y normas que nunca se deben inventar o imponer de forma
subjetiva y arbitraria.
En este contexto, Benedicto XVI ha subrayado la gran
importancia del diálogo con el mundo laico. “Debe subrayarse que la negación de un
fundamento ontológico de los valores esenciales de la vida humana termina inevitablemente
en el positivismo y hace depender el derecho de las corrientes de pensamiento dominante
en una sociedad, pervirtiendo de esta forma al derecho en un instrumento del poder
en vez de subordinar el poder al derecho”.
En cuanto al tercer tema analizado
por la Comisión: el estatuto y el método de la teología católica, Benedicto XVI ha
subrayado que “la teología nace de la obediencia al impulso de la verdad y del amor
que siempre desea conocer mejor a quien se ama... Conocemos a Dios por que Él, en
su infinita bondad, se ha dado a conocer, sobre todo en su Hijo Unigénito que se ha
hecho hombre por nosotros, ha muerto y resucitado para nuestra salvación”.
El
Papa ha indicado que la revelación de Cristo es, por lo tanto, el principio normativo
fundamental para la teología. El trabajo del teólogo, por consiguiente debe desarrollase
en comunión con el Magisterio vivo de la Iglesia y bajo su autoridad. Considerar la
teología un asunto privado del teólogo es desconocer su naturaleza. Sólo al interno
de la comunidad eclesial, en la comunión con los legítimos pastores de la Iglesia,
tiene sentido el trabajo teológico que exige por supuesto la eficacia científica,
pero sobre todo el espíritu de fe y de humildad de quien sabe que el Dios vivo y verdadero,
objeto de su reflexión, traspasa infinitamente las capacidades humanas.