2005-12-01 16:08:18

Audiencia a la Comisión Teológica Internacional: el trabajo del teólogo debe desarrollase en comunión con el Magisterio vivo de la Iglesia y bajo su autoridad


Jueves, 1 dic (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana en audiencia a la Comisión Teológica Internacional, cuyos temas actuales de estudio, son el del destino de los niños que han muerto sin recibir el bautismo, el tema de la ley moral natural y el estatuto y método de la teología católica.

La Comisión Teológica Internacional está reunida en estos días en sesión plenaria para proseguir los trabajos del séptimo quinquenio de la Comisión iniciados el año pasado, presididos precisamente por el entonces cardenal Ratzinger.

El Papa ha tratado, en su discurso, los temas actuales de estudio, como es el del destino de los niños que han muerto sin recibir el bautismo en el contexto de la voluntad salvífica universal de Dios, de la mediación única de Jesucristo y de la sacramentalidad de la Iglesia, y el tema de la ley moral natural. El Santo Padre ha subrayado la importancia especial de este último argumento para comprender el fundamento de los derechos radicados en la naturaleza de la persona, y como tales, derivados de la voluntad misma de Dios creador.

“Anteriores a cualquier ley positiva de los Estados, ha dicho el Pontífice refiriéndose a los derechos radicados en la naturaleza de la persona, son universales, inviolables e inalienables, y deben ser reconocidos por todos como tales, especialmente por las autoridades civiles, llamadas a promoverlos y garantizar que se respeten. A pesar de que la cultura actual parezca haber perdido el concepto de ‘naturaleza humana’, permanece el hecho de que los derechos humanos no son comprensibles sin presuponer que el hombre, en su misma esencia, es portador de valores y normas que redescubrir y reafirmar; unos valores y normas que nunca se deben inventar o imponer de forma subjetiva y arbitraria.

En este contexto, Benedicto XVI ha subrayado la gran importancia del diálogo con el mundo laico. “Debe subrayarse que la negación de un fundamento ontológico de los valores esenciales de la vida humana termina inevitablemente en el positivismo y hace depender el derecho de las corrientes de pensamiento dominante en una sociedad, pervirtiendo de esta forma al derecho en un instrumento del poder en vez de subordinar el poder al derecho”.

En cuanto al tercer tema analizado por la Comisión: el estatuto y el método de la teología católica, Benedicto XVI ha subrayado que “la teología nace de la obediencia al impulso de la verdad y del amor que siempre desea conocer mejor a quien se ama... Conocemos a Dios por que Él, en su infinita bondad, se ha dado a conocer, sobre todo en su Hijo Unigénito que se ha hecho hombre por nosotros, ha muerto y resucitado para nuestra salvación”.

El Papa ha indicado que la revelación de Cristo es, por lo tanto, el principio normativo fundamental para la teología. El trabajo del teólogo, por consiguiente debe desarrollase en comunión con el Magisterio vivo de la Iglesia y bajo su autoridad. Considerar la teología un asunto privado del teólogo es desconocer su naturaleza. Sólo al interno de la comunidad eclesial, en la comunión con los legítimos pastores de la Iglesia, tiene sentido el trabajo teológico que exige por supuesto la eficacia científica, pero sobre todo el espíritu de fe y de humildad de quien sabe que el Dios vivo y verdadero, objeto de su reflexión, traspasa infinitamente las capacidades humanas.







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