2005-11-30 15:46:30

“¡Paremos el sida! Educar para la vida”, mensaje del Día Mundial de la lucha contra el sida


Miércoles, 30 nov (RV).- “¡Paremos el SIDA! Educar para la vida” éste el lema de este año para el Día Mundial contra el SIDA que se celebra cada año el 1 de diciembre en todo el mundo. A través de esta afirmación se quiere evidenciar la trascendencia del papel de los docentes en la contención de la pandemia de este virus mediante la concertación de intensos esfuerzos de prevención en los centros escolares.

La preocupación ante la pandemia del SIDA llega a todos los sectores, y en especial la Iglesia se ha sensibilizado desde el inicio de esta enfermedad con quienes la padecen. Precisamente Benedicto XVI en su discurso a los obispos de Sudáfrica, Botswana, Suazilandia, Namibia y Lesotho en visita “Ad Limina” –el pasado 10 de junio- compartió con ellos “la profunda preocupación por la devastación causada por el sida y las enfermedades relacionadas con él”. En este sentido el Obispo de Roma exhortó su oración a Dios “especialmente por las viudas, los huérfanos, las jóvenes madres y todos aquellos cuyas vidas han quedado destrozadas por esta cruel epidemia”. De ahí que pidiera a los obispos africanos que continuaran sus esfuerzos “por combatir este virus, que no sólo mata, sino que también pone seriamente en peligro la estabilidad social y económica del continente”. Y es que, la Iglesia católica, como recordó el Pontífice, “ha estado siempre a la vanguardia tanto en la prevención como en la curación de esta enfermedad. La doctrina tradicional de la Iglesia ha resultado ser el único método seguro para prevenir la difusión del sida”.

Según una estadística de diciembre de 2001 de la Organización Panamericana de la Salud sobre el sida, se estimó que a fines del año 2001 estaban viviendo 40 millones de personas con este virus en el mundo. La región más afectada es África Subsahariana, donde viven combaten contra el sida un estimado de 28,1 millones de personas. Otra región muy afectada es Asia del sur y sudoriental con 6,1 millones de personas infectadas. En la región de las Américas están viviendo 2,7 millones de personas con el virus: 940,000 en América del norte, 420,000 en el Caribe y 1,4 millones en América Latina.

En el año 2001 se estimó que tres millones de personas habían fallecido a causa del sida. La región más afectada en muertes por causa del sida es Africa subsahariana, con 2,3 millones de muertes en el año 2001. En Asia del sur y sudoriental 400,000 personas han fallecido por causa del sida, mientras que en América Latina en el año 2001 unas 80.000 personas murieron siempre a causa de esta pandemia.

En niños y adolescentes menores de 15 años se estima que había 580.000 muertes debido al sida en el año 2001. En cuanto a los casos nuevos, se calcula que cinco millones de adultos y niños se han infectado en el año 2001: 3,4 millones en Africa subsahariana y 800.000 en Asia del sur y sudoriental.

En la región de las Américas se cuenta con 235.000 nuevos casos en el año 2001: 45.000 en América del norte, 60.000 en el Caribe y 130.000 en América Latina. En el año 2001 se han infectado casi 14.000 nuevos casos diariamente, de los cuales el 95% era en países en desarrollo, 2000 eran menores de 15 años, el 47% eran mujeres y más del 50% tenía entre 15 y 24 años. Además hay que tener en cuenta que cada día unas 520 personas se infectan con el VIH en América Latina e el Caribe. Una cifra más, el número de personas que fallecieron por el sida desde el principio de la epidemia está estimado a 24 millones de personas. En este sentido la preocupación del predecesor de Benedicto XVI, Juan Pablo II, resuena hoy con especial énfasis. Juan Pablo II con motivo de la XXVI sesión especial de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el sida señaló dos problemas que le preocupaban particularmente y que preocupan a la humanidad en especial: la transmisión del sida de madres a hijos; y el acceso de los enfermos a los cuidados médicos.

En relación al primer punto, Juan Pablo II señalaba el dolor que éste hecho le provocaba, ya que mientras que en los países desarrollados, gracias a terapias adecuadas, se ha logrado reducir notablemente el número de niños que nacen con el virus, en los países en vías de desarrollo, particularmente en África, son muy numerosos los que nacen infectados, y esto constituye un gran sufrimiento para las familias y la comunidad. A este problema el Papa añadía el “sombrío desamparo de los huérfanos de padres muertos a causa del sida, nos encontramos ante una situación que no puede dejar impasible a la comunidad internacional”, exhortaba Juan Pablo II.

El segundo problema al que hacía referencia, es el del acceso de los enfermos de sida a los cuidados médicos y, dentro de lo posible, a las terapias antirretrovirales. “Sabemos –señalaba el Pontífice- que los precios de estos medicamentos son excesivos, a veces incluso exorbitantes, comparados con las posibilidades de los ciudadanos de los países más pobres. La cuestión abarca diversos aspectos económicos y jurídicos, entre los cuales algunas interpretaciones del derecho a la propiedad intelectual”.

A este propósito, Juan Pablo II recordó lo que subrayó el concilio Vaticano II y que él mencionó en la encíclica Centesimus annus sobre el tema del destino universal de los bienes de la tierra: "La propiedad privada, por su misma naturaleza, tiene también una índole social, cuyo fundamento reside en el destino común de los bienes" (Gaudium et spes, 71; Centesimus annus, 30). Con el mensaje final de Juan Pablo II les dejamos para que reflexionen el próximo 1 de diciembre, Día Mundial de la lucha contra el sida.








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