El Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud se une al Día Mundial del SIDA
Martes, 29 nov (RV).- También este año, el Pontificio Consejo para la Pastoral de
la Salud se une a la campaña mundial contra el SIDA a fin de que a este mal planetario,
que acarrea una crisis global, se responda con una acción al mismo tiempo global y
coral. Con ocasión de la Jornada Mundial contra el SIDA, que se celebrará el próximo
uno de diciembre, el presidente del dicasterio vaticano para la pastoral sanitaria
dirige un mensaje a las instituciones y organizaciones nacionales e internacionales
y en particular a Naciones Unidas, recordando el lema de este año, “Detengamos el
SIDA. Mantengamos la promesa”.
El cardenal Javier Lozano Barragán destaca
que esta Jornada Mundial quiere hacer un llamamiento a todos, en especial a los que
tienen cargos de responsabilidad, impulsándolos a un renovado y consciente compromiso
con el fin de prevenir en forma duradera la difusión de esta pandemia y a asistir
a los enfermos, especialmente en los países pobres, delimitando y cambiando de rumbo
a la tendencia al crecimiento de la difusión del contagio.
Tras destacar la
preocupante situación epidemiológica de esta enfermedad que sigue sembrando muerte
en todos los países del mundo, el Mensaje señala que el mejor cuidado es la prevención
y recuerda que la Iglesia católica sigue dando su aporte tanto en la prevención como
en la asistencia a los enfermos y a sus familias en el plano médico-asistencial, social,
espiritual y pastoral. El 26,7% de los centros para el cuidado del SIDA en el mundo
son católicos. Son numerosos los proyectos y los programas de formación, prevención
y asistencia, cuidado y seguimiento pastoral a favor de los enfermos, que las iglesias
locales, los institutos religiosos y las asociaciones laicales llevan adelante con
amor, sentido de responsabilidad y espíritu de caridad.
Concretamente, de
acuerdo con las informaciones que han llegado de las diferentes Iglesias locales e
instituciones católicas en el mundo, las acciones que se realizan en el campo del
SIDA abarcan la promoción de campañas de sensibilización, programas de prevención
y educación sanitaria, sostén a los huérfanos, distribución de medicamentos y alimentos,
asistencia domiciliaria, institución de hospitales, centros, comunidades terapéuticas
que concentran su obra en el cuidado y en la asistencia a los enfermos de SIDA, en
la colaboración con los gobiernos, en la atención en las cárceles, mediante cursos
de catequesis, elaboración de sistemas de ayuda a través de Internet, e institución
de grupos de apoyo a los que sufren.
El Card. Lozano Barragán recuerda también
que el Papa Juan Pablo II instituyó el 12 de setiembre de 2004 la Fundación “El Buen
Samaritano”, confiada al Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, y confirmada
por el Papa Benedicto XVI, para llevar, gracias a las donaciones que se reciben, una
ayuda económica a los enfermos más necesitados del mundo, en particular a las víctimas
del SIDA. En este primer año de actividad de la Fundación, se han enviado a las Iglesias
locales en América, Asia, África y Europa importantes ayudas financieras para la compra
de medicamentos.
En el mismo mensaje el purpurado presenta algunas sugerencias
de líneas de acción a los que están comprometidos, en varios niveles, en la lucha
contra el virus del SIDA. A las comunidades cristianas a fin de que continúen promoviendo
la estabilidad de la familia y la educación de sus hijos en el recto entendimiento
de la actividad sexual, como don de Dios para una entrega amorosamente plena y fecunda.
A los Gobiernos a fin de que promuevan la salud integral de la población y favorezcan
la atención a los enfermos de SIDA, basándose en los principios de responsabilidad,
solidaridad, justicia y equidad.
El llamamiento se dirige también a las industrias
farmacéuticas a fin de que faciliten el acceso económico a las medicinas antiretrovirales
para curar el VIH/SIDA y a las que son necesarias para curar las infecciones oportunistas.
A los hombres de ciencia y a los agentes sanitarios, a fin de que renueven la solidaridad
en sí, haciendo todo lo posible para hacer progresar la investigación biomédica sobre
el VIH/SIDA con el fin de encontrar nuevos y eficaces medicamentos capaces de detener
el fenómeno. A los medios de comunicación a fin de que proporcionen a las poblaciones
una información transparente, correcta y verdadera sobre el fenómeno y sobre los métodos
de prevención, sin instrumentalizaciones.
El documento concluye con las palabras
del Papa Benedicto XVI dirigidas a los Obispos de África del Sur en Visita “Ad Limina”,
el 10 de junio de 2005: “Hermanos Obispos, comparto vuestra profunda preocupación
por la devastación causada por el virus del SIDA y por las enfermedades vinculadas
con él. Ruego en particular por las viudas, por los huérfanos, por las madres jóvenes,
y por las personas cuya vida se despedaza debido a esta cruel epidemia. Os exhorto
a proseguir vuestros esfuerzos para combatir este virus que no sólo causa la muerte,
sino amenaza seriamente la estabilidad económica y social del continente”.