La película sobre Juan Pablo II constituye una confirmación ulterior del amor de la
gente por el Papa Wojtyla y su gran deseo de recordarle, volverle a ver y sentirle
cerca
Viernes, 18 nov (RV).- “El vínculo afectivo y espiritual de Juan Pablo II con muchísimas
personas, que se estableció durante los días de su agonía y de su muerte, no se ha
interrumpido. No ha desaparecido, porque es un vínculo entre almas: entre la gran
alma del Papa y la de innumerables creyentes; entre su corazón de padre y los corazones
de innumerables hombres y mujeres de buena voluntad, que en él reconocieron al amigo,
el defensor del hombre, de la verdad, de la justicia, de la libertad, de la paz”.
Con
estas palabras Benedicto XVI elogiaba ayer por la tarde la figura de su predecesor,
tras la visión del preestreno mundial de la película sobre Juan Pablo II. El Santo
Padre manifestó su convencimiento de que esta película constituye una confirmación
ulterior del amor de la gente por el Papa Wojtyla y su gran deseo de recordarle, volverle
a ver y sentirle cerca.
“Más allá de los aspectos superficiales y emotivos
de tal fenómeno –subrayó el Pontífice- subsiste una íntima dimensión espiritual, que
constatamos cada día en el Vaticano, contemplando la hilera de peregrinos que se acercan
a rezar o incluso a rendir un rápido homenaje a su tumba en las Grutas Vaticanas.
El guión de esta película, rodada en Polonia e Italia, parte del atentado
en la Plaza de san Pedro, y tras una amplia retrospectiva sobre los años en Polonia,
prosigue con el largo pontificado. Para Benedicto XVI esta película, en el actual
contexto mediático, ofrece un importante servicio, conjugando las exigencias de la
divulgación con las de la profundización.