Finaliza el Congreso de SIGNIS con un llamamiento a un cambio fundamental en la orientación
de la comunicación mediática
Viernes, 11 nov (RV).- El presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones
Sociales fue portador de la bendición del Papa a los participantes en el Congreso
Mundial de la asociación católica para la comunicación, SIGNIS, que se clausura este
viernes en la ciudad francesa de Lyón. En su intervención, el arzobispo John Foley
hizo hincapié en el mensaje de Benedicto XVI para la próxima Jornada Mundial de las
Comunicaciones 2006, que el Pontífice dedica al tema «Los Medios: red de comunicación,
comunión y cooperación».
Mons. Foley destacó la gran labor que realiza esta
asociación mundial que cuenta con miembros en 140 países y que está profundizando,
desde el pasado 4 de noviembre, en la importancia de los medios al servicio de una
cultura de paz. Los participantes en este Congreso de Lyón han hecho pública una Declaración
con un llamamiento «a un cambio fundamental en la orientación de la comunicación mediática,
que debe centrarse en nuestra capacidad de vivir los unos con los otros, si queremos
contribuir a la construcción de un mundo en paz, respeto y solidaridad».
Destacando
que «al inicio de este siglo XXI es urgente construir una cultura de paz, para responder
a las esperanzas expresadas por los pueblos del mundo, confrontados a violencias por
la ausencia de un respeto a la dignidad humana», la Declaración de Lyón señala que
«tal ausencia tiene varias causas: el hambre, las injusticias estructurales, el nacionalismo,
los conflictos étnicos - religiosos, el terrorismo y las guerras».
Tras recordar
que la paz no es solamente la ausencia de conflicto y que la misma la paz es una manera
de resolver los conflictos, «no por el derecho del más fuerte, sino por la fuerza
del derecho y la negociación», SIGNIS pone de relieve la responsabilidad de los medios
de comunicación en su papel de contribuir a la comprensión mutua, a la solidaridad
y al diálogo entre las culturas y las religiones, negándose a fomentar la violencia
y el odio.
En un mundo cada vez más plural y multicultural, la Declaración
de Lyón exhorta al compromiso en la promoción de una cultura de paz, trabajando conjuntamente
con todos los comunicadores de buena voluntad. El documento invita asimismo a mantener
las exigencias éticas de atención a la dignidad de las personas, así como a desarrollar
la independencia de los medios en situaciones de conflicto.
Como profesionales
de los medios y como cristianos, los miembros de esta asociación católica mundial
para la comunicación se comprometen a «posibilitar la voz a los que no son escuchados
y presentar los rostros de quienes son olvidados». Reconociendo que estos compromisos
requieren valentía, y recordando «a todos aquellos profesionales que soportan represión
y violencia, por las que muchos ya han perdido la vida», el documento señala que el
Congreso de Lyón quiere ser también y es una manera de honrar su sacrificio.