2005-11-19 16:15:29

Finaliza el Congreso de SIGNIS con un llamamiento a un cambio fundamental en la orientación de la comunicación mediática


Viernes, 11 nov (RV).- El presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales fue portador de la bendición del Papa a los participantes en el Congreso Mundial de la asociación católica para la comunicación, SIGNIS, que se clausura este viernes en la ciudad francesa de Lyón. En su intervención, el arzobispo John Foley hizo hincapié en el mensaje de Benedicto XVI para la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones 2006, que el Pontífice dedica al tema «Los Medios: red de comunicación, comunión y cooperación».

Mons. Foley destacó la gran labor que realiza esta asociación mundial que cuenta con miembros en 140 países y que está profundizando, desde el pasado 4 de noviembre, en la importancia de los medios al servicio de una cultura de paz. Los participantes en este Congreso de Lyón han hecho pública una Declaración con un llamamiento «a un cambio fundamental en la orientación de la comunicación mediática, que debe centrarse en nuestra capacidad de vivir los unos con los otros, si queremos contribuir a la construcción de un mundo en paz, respeto y solidaridad».

Destacando que «al inicio de este siglo XXI es urgente construir una cultura de paz, para responder a las esperanzas expresadas por los pueblos del mundo, confrontados a violencias por la ausencia de un respeto a la dignidad humana», la Declaración de Lyón señala que «tal ausencia tiene varias causas: el hambre, las injusticias estructurales, el nacionalismo, los conflictos étnicos - religiosos, el terrorismo y las guerras».

Tras recordar que la paz no es solamente la ausencia de conflicto y que la misma la paz es una manera de resolver los conflictos, «no por el derecho del más fuerte, sino por la fuerza del derecho y la negociación», SIGNIS pone de relieve la responsabilidad de los medios de comunicación en su papel de contribuir a la comprensión mutua, a la solidaridad y al diálogo entre las culturas y las religiones, negándose a fomentar la violencia y el odio.

En un mundo cada vez más plural y multicultural, la Declaración de Lyón exhorta al compromiso en la promoción de una cultura de paz, trabajando conjuntamente con todos los comunicadores de buena voluntad. El documento invita asimismo a mantener las exigencias éticas de atención a la dignidad de las personas, así como a desarrollar la independencia de los medios en situaciones de conflicto.

Como profesionales de los medios y como cristianos, los miembros de esta asociación católica mundial para la comunicación se comprometen a «posibilitar la voz a los que no son escuchados y presentar los rostros de quienes son olvidados». Reconociendo que estos compromisos requieren valentía, y recordando «a todos aquellos profesionales que soportan represión y violencia, por las que muchos ya han perdido la vida», el documento señala que el Congreso de Lyón quiere ser también y es una manera de honrar su sacrificio.







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