Santa Sede-ONU: incrementar el acceso de las mujeres a los recursos productivos
Viernes, 14 oct (RV).- El papel de la mujer, todavía muy desfavorecida en el mundo,
y la importancia de la información en la vida de todas las sociedades democráticas.
Han sido los temas de las dos intervenciones del arzobispo Celestino Migliore, Observador
permanente de la Santa Sede ante la ONU, en la Asamblea general que se está celebrando
en Nueva York.
El prelado ha denunciado todas las formas de violencia contra
la mujer, tanto la domestica como las nocivas prácticas tradicionales, que violan
los derechos humanos y la dignidad, y que por desgracia continúan perpetuándose también
en la sociedad de hoy. “En algunos países –ha dicho Mons. Migliore- se continúa asesinando
a las recién nacidas y abortando fetos femeninos. Y a menudo la mujer no se considera
como una persona con los mismos derechos que los demás, sino como un objeto para explotar,
y la demostración es el incremento del tráfico de mujeres y jóvenes y las distintas
formas de prostitución”.
En el campo económico además las mujeres representan
el 60 por ciento de los 550 millones de trabajadores pobres. De aquí nace la necesidad
– según la Santa Sede- de incrementar el acceso y el control de las mujeres a los
recursos productivos y al capital. En este contexto el prelado ha citado las positivas
experiencias de distintas organizaciones católicas que han puesto en marcha programas
de micro créditos para las mujeres en Camboya, Bosnia-Herzegovina, América Latina
y el Caribe.
El otro tema afrontado por el observador permanente ha sido la
libertad de comunicación, base fundamental de cualquier democracia e institución “un
derecho de todos” que “no debería depender de la riqueza, la educación o el poder
político”. Para mons. Migliore “las nuevas tecnologías pueden jugar un papel muy importante
en favor de los pobres, pero éstos deben también ser partícipes, capaces de promover
su punto de vista en las decisiones que les incumben.
De forma concreta la
Santa Sede ha recomendado la necesidad de proteger a los más vulnerables, niños y
jóvenes, del incremento de los contenidos que exaltan la violencia, la intolerancia
y pornografía. “Es necesario desarrollar la capacidad de discernimiento de las informaciones
recibidas, dada la enorme marea de información disponible. Y este proceso solo se
puede llevar a cabo si existe una reconocida jerarquía de valores”.