Sínodo: quinta Congregación General del Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía
Miércoles, 5 oct (RV).- Esta tarde, se celebró la quinta Congregación General del
Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía. Nos informa el P. Pedro Rodríguez, Responsable
de la Sección de Lengua Española y Enviado Especial de Radio Vaticano.
Quinta congregación
general (miércoles, 5 de octubre de 2005 - por la tarde)
A las 16:30 de hoy,
miércoles 5 de octubre de 2005, con la oración Actiones nostras qæsumus Domine aspirando
præveni et adiuvando prosequere ut cuncta nostra oratio et operatio a te sempre incipiat
et per te coepta finiatur (Te rogamos, Señor, que inspires nuestras acciones, y las
continúes con tu ayuda, a fin de que todo cuanto oremos y obremos proceda siempre
de Ti y por Ti lo concluyamos), presidida por el Santo Padre, ha tenido lugar la Quinta
Congregación General, para la continuación de las intervenciones de los Padres Sinodales
en el Aula sobre el tema sinodal La Eucaristía: fuente y cumbre de la vida y de la
misión de la Iglesia. Presidente Delegado de turno S.Em.R. Card. Telesphore Placidus
TOPPO, Arzobispo de Ranchi (India).
Lista de los moderadores y relatores de
los círculos menores
Al comienzo de la Quinta Congregación General, el Secretario
General del Sínodo de los Obispos ha leído la Lista de los Moderadores y Relatores
de los Círculos menores, elegidos en la primera sesión de esta mañana:
Moderadores Anglicus
A S.Em.R. Card. Justin Francis RIGALI, Arzobispo de Philadelphia
Anglicus
B S.Em.R. Card. Cormac MURPHY-O'CONNOR, Arzobispo de Westminster, Presidente de
la Conferencia Episcopal
Anglicus C S.Em.R. Card. Peter Kodwo Appiah TURKSON,
Arzobispo de Cape Coast
Gallicus A S.E.R. Mons. Jean-Pierre RICARD, Arzobispo
de Bordeaux, Presidente de la Conferencia Episcopal
Gallicus B S.E.R. Mons.
Franc RODÉ, C.M., Arzobispo Emérito de Ljubljana, Prefecto de la Congregación para
los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica
Gallicus
C S.E.R. Mons. Jean-Louis BRUGUÈS, O.P., Obispo de Angers
Germanicus S.E.R.
Mons. Amédée GRAB, O.S.B., Obispo de Chur, Presidente de la Conferencia Episcopal
Suiza, Presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (C.C.E.E.)
Hispanicus
A S.Em.R. Card. Darío CASTRILLÓN HOYOS, Prefecto de la Congregación para el Clero
Hispanicus
B S.Em.R. Card. Jorge Mario BERGOGLIO, S.I., Arzobispo de Buenos Aires, Vice Presidente
de la Conferencia Episcopal
Hispanicus C S.Em.R. Card. Francisco Javier
ERRÁZURIZ OSSA, de los Padres de Schönstatt, Arzobispo de Santiago de Chile, Presidente
del Consejo Episcopal Latinoamericano (C.E.L.AM.)
Italicus A
S.Em.R.
Card. Renato Raffaele MARTINO, Presidente del Pontificio Consejo para la Justicia
y la Paz
Italicus B S.Em.R. Card. Geraldo Majella AGNELO, Arzobispo de São
Salvador da Bahía, Presidente de la Conferencia Episcopal
Relatores Anglicus
A S.E.R. Mons. Diarmuid MARTIN, Arzobispo de Dublín
Anglicus B S.E.R.
Mons. Donald William WUERL, Obispo de Pittsburgh
Anglicus C S.E.R. Mons.
Seán Baptist BRADY, Arzobispo de Armagh, Presidente de la Conferencia Episcopal
Gallicus
A S.E.R. Mons. Alain HAREL, Obispo titular de Forconio Vicario Apostólico de Rodrigues
Gallicus
B S.E.R. Mons. Robert LE GALL, O.S.B., Obispo de Mende
Gallicus C S.E.R.
Mons. Paul-André DUROCHER, Obispo de Alexandria-Cornwall
Germanicus S.E.R.
Mons. Gerhard Ludwig MÜLLER, Obispo de Regensburg
Hispanicus A S.E.R. Mons.
José María ARANCIBIA, Arzobispo de Mendoza
Hispanicus B S.E.R. Mons. Alberto
GIRALDO JARAMILLO, P.S.S., Arzobispo de Medellín
Hispanicus C S.E.R. Mons.
Juan Francisco SARASTI JARAMILLO, C.I.M., Arzobispo de Cali
Italicus A S.E.R.
Mons. Francesco CACUCCI, Arzobispo de Bari-Bitonto
Italicus B S.E.R. Mons.
Renato CORTI, Obispo de Novara Intervenciones en el aula (continuación)
En
esta Quinta Congregación General han intervenido los siguientes Padres: - S. B.
R. Grégoire III LAHAM, B.S., Patriarca de Antioquia de los Griegos-Melkitos, Jefe
del Sínodo de la Iglesia Greco-Melkita Católica (SIRIA) - S. Em. R. Mons. José
María ARANCIBIA, Arzobispo de Mendoza (ARGENTINA) - S. Em. R. Mons. José Mario
RUIZ NAVAS, Arzobispo de Portoviejo (ECUADOR) - S. Em. R. Mons. Yannis SPITERIS,
O.F.M. Cap., Arzobispo de Corfù, Zante y Cefalonia, Administrador Apostólico "ad nutum
Sanctæ Sedis" Thessaloniki (GRECIA) - S. Em. R. Mons. Juan Francisco SARASTI JARAMILLO,
C.I.M., Arzobispo de Cali (COLOMBIA) - S. Em. R. Mons. Patrick Daniel KOROMA, Obispo
de Kenema (SIERRA LEONA) - S. Em. R. Mons. Gabriel PEÑATE RODRÍGUEZ, Vicario Apostólico
de Izabal, Obispo titular de Succuba (GUATEMALA) - S. Em. R. Mons. Stanisław RYŁKO,
Arzobispo titular de Novica, Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos (CIUDAD
DEL VATICANO) - S. Em. R. Mons. Jean-Noël DIOUF, Obispo de Tambacounda (SENEGAL) -
S. Em. R. Mons. Pierre TRÂN ÐINH TU, Obispo de Phú Cuong (VIETNAM) - S. Em. R.
Mons. Ricardo BLÁZQUEZ PÉREZ, Obispo de Bilbao, Presidente de la Conferencia Episcopal
(ESPAÑA) - S. Em. R. Mons. Juda Thaddaeus RUWA'ICHI, O.F.M. Cap., Obispo de Mbulu
(TANZANIA) - S. Em. R. Mons. Joseph POWATHIL, Arzobispo de Changanacherry de los
Siro-Malabareses (INDIA)
Facilitamos a continuación los resúmenes de las intervenciones:
-
S. B. R. Grégoire III LAHAM, B.S., Patriarca de Antioquia de los Greco-Melkitas, Jefe
del Sínodo de la Iglesia Greco-Melkita Católica (SIRIA)
Eucaristía y Economía
de la salvación Querría recorrer el Instrumentum Laboris para demostrar la importancia
de la relación entre la Eucaristía y la Economía de la salvación, tema muy querido
en el Oriente cristiano. Los Sacramentos -que la tradición oriental llama los Misterios-
son aspectos distintos del gran Sacramento del Misterio de Dios, que ha querido asumir
forma de hombre y elevar a los hombres a su imagen divina. Así, la Eucaristía es el
Sacramento de los Sacramentos y el misterio de los misterios.
Por medio de
ella cada cristiano se convierte en hombre pascual. La Iglesia, celebrando la Eucaristía,
se convierte ella misma en una presencia pascual de Cristo en el mundo.
A propósito
de ello, querría insistir en el sentido no sólo teológico de los Tres Sacramentos
de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. No se trata sólo
de una relación teológica, como la que presenta el capítulo sobre la relación entre
la Eucaristía y los otros Sacramentos (págs. 14-16), sino también de una relación
bíblica que tiene su punto de partida en el concepto de economía de la salvación:
el Padre creó, el Hijo salvó y donó el Sacramento de la Eucaristía (Lc 22, 19: “Haced
esto en recuerdo mío”) y el Espíritu vivifica.
Eucaristía y Economía, o plan
de la salvación (nº 28 a nº 30)
La mistagogia eucarística es la del año litúrgico
condensada y se manifiesta en tres aspectos: 1) la Liturgia de la Palabra, que es
la Teofanía y corresponde a las fiestas de la Natividad, del Bautismo y del Kerigma;
2) la Liturgia de la Anáfora, que corresponde a la Pasión, a la Muerte en la Cruz
y a la Resurrección; 3) la Liturgia de la Comunión, que corresponde a Pentecostés,
a la Divinización (Theosis).
La oración de la Anáfora de San Juan Crisóstomo
nos recuerda que Cristo “realizó plenamente toda la economía que la Providencia del
Padre había planeado sobre nosotros”. De la mesa de la Eucaristía a la mesa de
los hermanos pobres (nº 79)
Los diferentes aspectos de la economía de la salvación
son dimensiones fundamentales que vivimos en la Eucaristía, que se convierten en los
elementos de la vida de un cristiano en el mundo.
San Juan Crisóstomo, en su
50 Homilía sobre San Mateo, dice así: “El Misterio de la Eucaristía es el misterio
del hermano, y el juicio será sobre el modo cómo unimos el misterio de Cristo presente
en la Santa Eucaristía y su sacramento presente en los hermanos ” (cfr. sobre san
Mateo 25, 31-46). En el siglo IV, Narsete de Siria nos dice: “La santidad sin tu hermano
hombre no es santidad, ya que tú no puedes entrar solo en el Reino”.
Eucaristía
y la misión evangelizadora (nº 82 y nº 88)
En la página 81, sería útil mencionar
el papel de la “Iglesia de los Árabes” que el libro del Padre Jean Corbon, publicado
bajo ese título, dio a conocer en Occidente. Efectivamente, en la situación actual,
después del 11 de septiembre de 2001, con la guerra contra Iraq, con el conflicto
palestino-israelí, con el crecimiento del fundamentalismo islámico y la extensión
del fenómeno del terrorismo, es muy importante recordar a los cristianos árabes su
papel en la Iglesia “de los árabes”, en el contexto del Islam, con quienes han sido
históricamente solidarios (“Iglesia del Islam”). Esta mención ayudaría a infundir
valor a los cristianos en el mundo árabe y en los países islámicos, y sería recibida
muy positivamente en este mundo y en estos países. Supondría, además, un corolario
a la fórmula litúrgica “Ite, missa est”.
Por lo que se refiere al tema de “La
Eucaristía y la paz” (pág.75), sería conveniente mencionar Jerusalén y Palestina,
patria espiritual de todos los cristianos: decir una palabra a favor de la paz en
la Ciudad Santa y en Tierra Santa, clave de la paz en Oriente Próximo y en el mundo
entero, y aquí, para nosotros, cristianos del mundo árabe, es de máxima importancia
para preservar la presencia cristiana en el mundo árabe. [Texto original: francés]
-
S. Em. R. Mons. José María ARANCIBIA, Arzobispo de Mendoza (ARGENTINA)
Puesto
que sinceramente se han reconocido muchas sombras en la Eucaristía celebrada por la
Iglesia, conviene destacar también algunas luces. Así la misma oscuridad puede ser
mejor ponderada, y se abren en la esperanza caminos de reflexión.
Entre nosotros,
el Concilio Vaticano II y la reforma litúrgica han sido recibidos con entusiasmo.
Como un verdadero paso de Dios para la renovación de la Iglesia, y del servicio que
presta al mundo. Los sacerdotes, escasos en número y grandes en abnegación, celebran
cada domingo en pueblos o barrios distantes, en celebraciones muy concurridas y participadas.
Se esfuerzan por preparar mejor las homilías. Atienden lo mejor que pueden a las confesiones,
sin llegar a cuantos lo requieren.
En comunidades alejadas donde sólo llegan
cada tanto, se valen de diáconos y ministros de la Palabra, para que el pueblo viva
el día del Señor. Además, es valiosa la creciente participación de diáconos, acólitos
y laicos, en la preparación y la celebración de la Eucaristía, y en la adoración.
Los
fieles concurren a Misa no sólo para cumplir el precepto, sino porque desean encontrarse
en 'comunidad, con el Señor, con Su Palabra, con Su cuerpo y Sangre como alimento.
Cada vez más se predica y se espera, que la Eucaristía provoque un cambio en la vida
personal, familiar y social. En una cultura secularista, y ante el desafío de las
sectas, los católicos siguen confiando en la Eucaristía como un tesoro incomparable.
Es
reconocida la necesidad de renovar e incrementar la catequesis para los sacramentos.
Más todavía, mantenemos la ilusión y el compromiso de avanzar hacia un "itinerario
catequístico permanente", que comprenda todas las edades y condiciones de la vida.
Se vuelve a considerar importante la belleza y el decoro de todo lo referente a la
Eucaristía, aunque debamos procurarlo desde nuestra pobreza. [Texto original: español]
-
S. Em. R. Mons. José Mario RUIZ NAVAS, Arzobispo de Portoviejo (ECUADOR)
En
Ecuador, como en algunos países, hay que afrontar tres realidades: -Numerosos
bautizados desean recibir los Sacramentos sin la catequesis presacramental, para muchos
la única ocasión de conocer y amar a Jesús. -Algunos Sacerdotes recurren a una
inapropiada lectura de la afirmación de que los Sacramentos son "ex opere operato"
instrumentos de Gracia. - Algunos educadores consideran las clases obligatorias
de teórica instrucción religiosa escolar como catequesis.
El vendaval de secularismo,
en algunas comunidades cristianas de Europa con hondas raíces de Evangelio, pasará
como pasa un invierno, probablemente prolongado. Llegará, Dios mediante, una nueva
primavera, porque tienen hondas raíces en el Evangelio.
La evangelización en
mi país tiene vivas expresiones de piedad cristiana, que respetamos; pero las raíces
de la evangelización no son profundas. Urge ahondarlas, antes de que el vendaval secularizador
llegue a nuestros países.
En la escena de Emaús descubrimos a dos caminantes
y a un forastero, a dos discípulos y al Maestro. Los discípulos no están ante un desconocido;
se encuentran delante de su Maestro.
El reconocimiento presupone un conocimiento
anterior y una relación profunda. Solamente en el caminar con Jesús se podrá reconocer
al Maestro de Nazaret, en su nueva condición de resucitado, presente en la Eucaristía,
donde se deja reconocer al "partir el pan": Lucas (24,13-35) no habla de unos discípulos
que tienen la experiencia de "conocer", sino de reconocer a Jesús en la Fracción del
pan.
Lo reconocen porque son discípulos; a su vez el reconocimiento en la fracción
del pan convierte a los discípulos en evangelizadores: el pan partido y compartido
los mueve a ponerse en el camino que conduce a Jerusalén, símbolo del a donde se debe
ir para narrar y para confirmar la experiencia de fe.
El discipulado, en cuanto
conocimiento y reconocimiento, va unido a una relación interpersonal; ésta se da normalmente
en pequeñas comunidades y movimientos; difícilmente se da en la muchedumbre y menos
en la masa. El Papa Paulo VI bendijo y aclaró la identidad de las pequeñas comunidades
cristianas, aporte de la Iglesia en América Latina (E.N.58) Y el Papa Juan Pablo II
las propone como una fuerza evangelizadora (R.M. 51)
La pastoral sobre la Eucaristía
debe ser el culmen y no puede ser separada, de una pastoral de Nueva Evangelización
que fundamente la vivencia de la fe.
En mi país, como en otros países de América
Latina, los catequistas colaboran sin remuneración económica, pero necesitan mayor
formación y acompañamiento. En las Parroquias, servidas por equipos, integrados también
por Religiosas, se realizan mejor la formación de los catequistas y el acompañamiento
de niños y jóvenes al encuentro con Jesucristo.
Párrocos y Religiosas se sentirán
alentados y confirmados con una bendición del Papa. [Texto original: español]
-
S. Em. R. Mons. Yannis SPITERIS, O.F.M. Cap., Arzobispo de Corfù, Zante y Cefalonia,
Administrador Apostólico "ad nutum Sanctæ Sedis" Thessaloniki (GRECIA)
Ahora
ya es un axioma consolidado tanto en el magisterio como en la teología el «influjo
causal de la Eucaristía en el origen mismo de la Iglesia». Y es verdad: la Eucaristía
hace la Iglesia, pero no en el sentido cronológico y lógico, sino en el sentido de
que la Eucaristía permite a la Iglesia existir y vivir de modo sacramental y experiencial
como Cuerpo verdadero de Cristo. La dimensión comunitaria y eclesial de la Eucaristía
constituye, así pues, la quintaesencia del misterio eucarístico; sin embargo, tengo
la impresión de que esta realidad eucarística es la más ignorada y la menos comprendida
por nuestros fieles, por lo menos en la práctica. Se tiene la sensación de que, en
la visión eucarística de nuestros fieles, ha prevalecido una práctica individualista,
piadosa e intimista de la Eucaristía, en detrimento de su aspecto predominantemente
comunional y eclesial. En la práctica existe la tendencia inconsciente a dividir a
Cristo Cabeza de su Cuerpo, y se quiere comunicar con «Jesús» sin comunicar con Cristo
total, Cabeza y miembros. Así se cae, una vez más, en el legalismo: el domingo se
convierte en un «precepto» ritual que hay que cumplir y no una verdadera y propia
vida que se comparte en la comunión y en el amor. La afirmación «la Eucaristía hace
la Iglesia» significa que cada celebración eucarística debe trasformar dinámicamente
a cada vez más a los creyentes en «comunidades eclesiales» vivas, modelarles cada
vez más en un organismo viviente, en el Cuerpo vivo de Cristo. Para recuperar el aspecto
eclesial de la Eucaristía habría, además, que volver a descubrir la dimensión neumatológica.
Es el Espíritu Santo quien cumple el milagro de la transustanciación, y es Él quien
hace que «todos nosotros nos convirtamos en una sola cosa en Cristo». Sin el Espíritu
Santo no hay Eucaristía así como tampoco se produce la Encarnación. No se debe olvidar
que el Espíritu conduce a Cristo hasta el hombre y Cristo, a su vez, conduce al Espíritu,
según la ley general de la economía de la salvación: allí donde está el Espíritu,
está Cristo, y allí donde está Cristo está el Espíritu. En este contexto neumatológico
debe situarse el debate sobre la epiclesis eucarística, realidad tan viva en las anáforas
eucarísticas orientales. Si queremos verdaderamente «respirar con dos pulmones» es
necesario que la teología católica recupere plenamente el aspecto neumatológico de
la Eucaristía, algo que no han hecho, por ejemplo, los dos documentos preparatorios
de este Sínodo. [Texto original: italiano]
- S. Em. R. Mons. Juan Francisco
SARASTI JARAMILLO, C.I.M., Arzobispo de Cali (COLOMBIA)
La Eucaristía es respuesta
a los signos negativos de la cultura contemporánea. En primer lugar, frente a la cultura
o anti-cultura de la muerte que trafica con armas, que construye sistemas masivos
de destrucción, que legitima el aborto, que autoriza la investigación con embriones
humanos, Jesús se define y se nos da como "Pan de vida".
En segundo lugar,
nuestra cultura está marcada por el odio y el terrorismo: once de septiembre, once
de marzo, metro de Londres...La Eucaristía es la posibilidad permanente de reconciliación
con Dios y con los hermanos y la invitación a reconciliarnos entre nosotros antes
de ofrecer el culto al Señor; de ahí que sea tan sentido en muchas comunidades el
"rito de la paz" renovado en la reforma litúrgica.
Otro rasgo contemporáneo
es el positivismo científico y el relativismo; pero en la Eucaristía se reafirma la
realidad del "misterio" y la validez del creer y del amar como vías del conocimiento;
con la fe eucarística, sustentada en la tradición eclesial basada en las palabras
del Señor, accedemos a certezas auténticas aunque imperfectas. Finalmente, ante la
soledad y la desesperanza que acechan al hombre de hoy, la Eucaristía nos brinda -
como a los discípulos de Emaús - una compañía profunda y una promesa de vida eterna
que nos llena de esperanza definitiva. [Texto original: español]
- S.
Em. R. Mons. Patrick Daniel KOROMA, Obispo de Kenema (SIERRA LEONA)
Hablo en
nombre de la Conferencia episcopal Interterritorial de Sierra Leona y Gambia. Haré
referencia al artículo nº 6, sobre la Eucaristía en diferentes contextos de la Iglesia.
1.
La situación: la asistencia a Misa recibe una gran ayuda con la incorporación a la
misma de gestos, lenguas, cantos, instrumentos musicales, etc., locales. Algunas parroquias
de las áreas urbanas poseen capillas eucarísticas y practican liturgias devocionales
los primeros jueves y los primeros viernes de cada mes.
2. Problema: menos
del 20 % de los que asisten a la Misa del domingo recibe la Comunión, y en su mayoría
son niños, jóvenes y ancianos a causa del Sacramento del Matrimonio. Hay muchas
comunidades que no tienen sacerdotes que celebren la Misa.
3. La respuesta:
se necesita una catequesis constante que a lo largo de los años produzca un fuerte
impacto [Texto original: inglés]
- S. Em. R. Mons. Gabriel PEÑATE RODRÍGUEZ,
Vicario Apostólico de Izabal, Obispo titular de Succuba (GUATEMALA)
NUESTRA
FE EN LA EUCARISTÍA La Iglesia, que peregrina en Guatemala, es consciente que la
Eucaristía es el don mas grande que la Iglesia ha recibido de Dios, porque contiene
la presencia del mismo Jesucristo nuestro Señor. Por eso proclama su fe en este
Sacramento cada vez que lo celebra en la Santa Misa y le tributa su máxima adoración
al Señor en las coloridas procesiones del Corpus, en las horas santas de los jueves
y en las visitas que los fieles hacen personalmente a Jesús en el Sagrario. Se
trata de una tradición fielmente trasmitida de generación en generación y que con
fidelidad nos comprometemos a seguir celebrando y trasmitiendo hasta que el Señor
vuelva.
EUCARISTÍA Y ECOLOGÍA (I L 3) Guatemala es un país amenazado
por la explotación minera. Se han concedido muchas licencias en este campo a empresas
de países desarrollados que no garantizan el cuidado del medioambiente, que no respetan
los derechos de las comunidades indígenas y que no es justa la distribución de las
ganancias de las que apenas dejan el uno por ciento en concepto de regalías.
Por
eso sentimos un aliento para la postura de la Iglesia de Guatemala con la afirmación
del Instrumentum Laboris que en el No. 3 dice que: "La Eucaristía, al ser la cumbre
a la cual tiende la creación entera, es también respuesta a la preocupación del mundo
contemporáneo por el equilibrio ecológico.
También nosotros esperamos que el
pan, que se convierte en el cuerpo del Señor, y el vino que se convierte en su sangre
sean fruto de una tierra fértil, pura e incontaminada. [Texto original: español]
-
S. Em. R. Mons. Stanisław RYŁKO, Arzobispo titular de Novica, Presidente del Pontificio
Consejo para los Laicos (CIUDAD DEL VATICANO)
El extendido proceso de secularización
y la difusión de la indiferencia religiosa y de un "extraño olvido de Dios" - como
lo llama el Santo Padre Benedicto XVI - provocan entre muchos bautizados de nuestros
tiempo un preocupante debilitamiento, si no la pérdida, de la propia identidad cristiana.
En esta situación, uno de los desafíos más urgentes que la Iglesia debe afrontar es
el de una adecuada iniciación cristiana postbautismal, capaz de originar comunidades
cristianas que vivan la fe en profundidad. En nuestros días se necesita urgentemente
una catequesis para adultos que sepa comunicar a los fieles los cimientos mismos de
la fe (kerygma!) y que, siguiendo el ejemplo de la catequesis patrística, posea una
fuerte impronta mistagógica (CIT. Jean Daniélou, La catequesis en los primeros siglos,
Ed. Monte Carmelo, 1998, ed. Italiana: Elle DiCi, Turín 1982). La identidad cristiana
tiene carácter verdaderamente sacramental, porque brota de los tres sacramentos que
hacen nacer y crecer a un cristiano: el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía,
que es la cumbre de la vida cristiana y el momento en el cual el cristiano es él mismo
al máximo grado. La celebración eucarística constituye un lugar privilegiado donde
se construye la plena, madura y coherente identidad cristiana de los fieles laicos.
Porque precisamente en la Eucaristía un cristiano laico lleva a cabo plenamente su
participación en la triple misión que Cristo le confió: sacerdotal, profética y real.
La misión sacerdotal: en la Eucaristía el cristiano descubre su vocación doxológica,
es decir, descubre que toda su vida, en todas sus dimensiones, tiene que convertirse
en un culto espiritual y un sacrificio espiritual unido al de Cristo. La misión profética:
la Eucaristía abre a la misión, es decir, al testimonio cristiano en el mundo y al
anuncio de la palabra de Dios hasta los confines de la tierra. Y finalmente, la misión
real: la Eucaristía es una fuente inagotable de la que - en la vita del cristiano
- nace la fuerza para transformar el mundo según el Evangelio. Como nos ha recordado
el Santo Padre en Colonia; la verdadera revolución que cambia el mundo parte propio
de la Eucaristía: «Este es el acto central de transformación, el único capaz de renovar
verdaderamente el mundo: la violencia se transforma en amor y, por tanto, la muerte
en vida /.../ Es ésta, para usar una imagen para nosotros bien conocida, “la fisión
nuclear llevada en lo más íntimo del ser -la victoria del amor sobre el odio, la victoria
del amor sobre la muerte. Solamente esa íntima explosión del bien que vence el mal
puede suscitar después la cadena de transformaciones que poco a poco cambiarán el
mundo" (Discurso, 21 de agosto de 2005).
De este modo, la Eucaristía se
convierte no sólo en el corazón que late en la Iglesia, sino también en el mundo.
Por
eso, una espiritualidad laical auténtica no puede ser sino una espiritualidad eucarística. [Texto
original: italiano]
- S. Em. R. Mons. Jean-Noël DIOUF, Obispo de Tambacounda
(SENEGAL)
La Eucaristía es misterio de luz y de vida. En efecto, ¿hay algo
más grande y preciado para un africano que el don de la vida?
En el capítulo
7 del Evangelio de san Lucas, Jesús resucita al hijo de la viuda en Naím, restituyéndolo
a su madre y a su comunidad. Se puede establecer un paralelo entre el África-madre
y la viuda. Los hijos de su entrañas son todos africanos que tienen que enfrentarse
al subdesarrollo y al mal desarrollo. Sin embargo, la compasión de Cristo Señor hacia
la viuda-África se ha manifestado gracias a la ayuda de los misioneros de todas las
congregaciones que han llevado el Evangelio y la Eucaristía.
Es verdad que,
ante la inmensa aspiración de esta África por renacer a una vida nueva, todavía se
levantan muchos obstáculos y sombras amenazadoras.
Sin embargo, ya en 1994
los Padres sinodales afirmaron unánimemente: «Cristo ha resucitado. ¡Nosotros venceremos!». [Texto
original: francés]
- S. Em. R. Mons. Pierre TRÂN ÐINH TU, Obispo de Phú
Cuong (VIETNAM)
En relación a los nº 6-8 del Instrumentum Laboris, quisiera
compartir con ustedes algunas experiencias de nuestra iglesia vietnamita. Los católicos
vietnamitas son practicantes. Para ellos, la celebración eucarística tiene una importancia
especial. Va a misa aproximadamente el 80% los domingos, y el 15% entre semana. En
las grandes fiestas como Navidad o Pascua, el número puede alcanzar el 95%.
Si
queremos buscar la causa, podemos encontrarla en la formación catequística y la educación
de la familia.
En este año de la Eucaristía, todas las diócesis han realizado
programas especiales. Se sensibiliza a los fieles para que estudien los documentos
del Magisterio de la Iglesia sobra la Eucaristía. Para las celebraciones, la Conferencia
Episcopal organizó un Congreso eucarístico en el Centro Mariano Nacional de Lavang,
que contó con 500.000 participantes. Todas las diócesis tienen programas especiales.
Se pide a las parroquias que construyan salas de adoración fuera de la iglesia y organicen
adoraciones permanentes durante varias horas al día. Ya hay muchas parroquias
que siguen esa práctica.
El culto eucarístico en Vietnam ha tenido efectos
saludables: la vida religiosa es elevada, las actividades comunitarias son más animadas,
la comunión fraterna es más sensible y la ayuda mutua entre las familias se ha vuelto
más natural y frecuente. En suma, tenemos derecho a esperar que la devoción eucarística
nos dé muchos resultados a nuestro país. [Texto original: francés]
-
S. Em. R. Mons. Ricardo BLÁZQUEZ PÉREZ, Obispo de Bilbao, Presidente de la Conferencia
Episcopal (ESPAÑA)
La Iniciación cristiana incluye la introducción al conocimiento
y la participación en la Eucaristía. Esta catequesis inicial debe proseguir a través
de catequesis ulteriores. Cuando la Iglesia recuerda la obligación moral de participar
en la Eucaristía del domingo, quiere subrayar su necesidad vital, ya que la Eucaristía
es la acción más importante de los cristianos y de toda la comunidad eclesial.
La
historia de la salvación desemboca y se condensa en el sacramento de la Eucaristía.
San Juan de la Cruz, en su canción Aunque es de noche, hace converger la comunicación
de Dios en la creación y en la historia de la salvación en la Eucaristía: Aquesta
eterna fonte está escondida/ en este vivo pan por darnos vida/ aunque es de noche.
Jesús
instituyó la Eucaristía cuando llegó "su hora", es decir, la hora de pasar de este
mundo al Padre; la Eucaristía es, por ello, el sacramento de la Pascua de Jesús, celebrado
por la Iglesia, que abre a los participantes las puertas de la vida eterna. Haciendo
pascua con Jesucristo, pasamos de la esclavitud a la libertad, de las tinieblas a
la luz, de la muerte a la vida, del temor a la esperanza, de la indiferencia hacia
los demás a la compasión de los desamparados, del odio al amor, de la dispersión en
medio del mundo a la comunión en la Iglesia, de la violencia a la paz, de la confusión
a la claridad, de la agitación a la serenidad, del caos a la creación nueva que desborda
en belleza y armonía a la creación primera, del desierto grande y terrible a la tierra
de la promesa que mana leche y miel. Jesucristo es la Pascua de nuestra salvación.
Como
la Eucaristía es la acción central de la Iglesia, se comprende que la Iniciación cristiana
introduzca particularmente en la participación de este sacramento admirable. [Texto
original: español]
- S. Em. R. Mons. Juda Thaddaeus RUWA'ICHI, O.F.M. Cap.,
Obispo de Mbulu (TANZANIA)
El doble reconocimiento que se encuentra en la página
2 de los Lineamenta, que afirma que la Eucaristía es la cumbre de la vida y de la
Iglesia, y que la comunión con el Señor lleva a la santificación y a la divinización,
está fuera de toda discusión. En cierta manera, esta afirmación resume la verdad que,
intrínsecamente, la Santa Eucaristía es un don que salva y santifica, al que debemos
acercarnos con un sentido profundo, con el respeto y el compromiso que requiere lo
SAGRADO.
En cualquier caso, debemos admitir que estas mismas afirmaciones tienen
implicaciones para los fieles individualmente y para la comunidad en su conjunto.
Tales implicaciones exigen una intensa atención pastoral a impulsar, cultivar y consolidar
aquellas disposiciones requeridas para obtener determinados efectos de la Santa Eucaristía.
Entre otras cosas, es necesario identificar aquellos factores que erosionan el sentido
y el respeto de lo Sagrado y, por tanto, luchar por la llamada a la santidad que la
Eucaristía, en particular, y los sacramentos, en su conjunto, están destinados a realizar
en nosotros. Los sacerdotes desempeñan un papel esencial a la hora de impulsar y salvaguardar
el sentido de lo sagrado entre los fieles a los que prestan su ministerio. En cualquier
caso, deben cultivarlo asimismo en sus vidas. Al hacer esto hay que controlar las
implicaciones vinculadas a los dos extremos, la negligencia y la escrupulosidad, respectivamente. [Texto
original: inglés]
- S. Em. R. Mons. Joseph POWATHIL, Arzobispo de Changanacherry
de los Siro-Malabareses (INDIA)
La Eucaristía -y toda la liturgia- es el medio
más privilegiado y poderoso a través del cual la Iglesia transmite el depósito de
la fe recibida de los Apóstoles. Las tradiciones transmitidas por la liturgia garantizan,
a través del tiempo, la continuidad y la autenticidad de la fe apostólica. La liturgia,
en especial la Eucaristía, no es sólo la expresión de la fe, sino la verdadera “Epifanía”
de la Iglesia. Los abusos en la liturgia, por tanto, violan el ethos mismo de la vida
cristiana.
Las Iglesias Orientales han sido llamadas “Iglesias litúrgicas”
.debido al gran énfasis que ponen en la celebración eucarística y en toda la liturgia
en general. Para ellas, la liturgia celebra la fe transmitida por los Apóstoles,
la teología explica lo que se celebra y la disciplina protege, como caparazón, lo
que se celebra, se explica y se vive.
La variedad de tradiciones litúrgicas
y, por tanto, de las tradiciones de la fe de la Iglesia, sirve para manifestar la
riqueza del misterio de Cristo y del plan divino de salvación. Por ello, el patrimonio
de todas las Iglesias debe “permanecer completo e íntegro” y las Iglesias deben volver
a estas tradiciones “si se alejaron para seguir las vicisitudes de los tiempos o de
las personas”.
Por desgracia, Las Iglesias Orientales, en distinta medida,
a través de las vicisitudes de la historia, no lograron conservar su valiosa herencia.
En el contexto actual de la globalización y de la estandarización se corre el peligro
de que estas pequeñas Iglesias puedan llegar a perder sus perspectivas.
Deseamos,
por tanto, que el Sucesor de Pedro, que tiene la misión de confirmar a sus hermanos
en la fe, ayude de manera especial a las Iglesias orientales a crecer y a dar un testimonio
más eficaz al mundo con una mayor fidelidad hacia su valiosa herencia. Esto, ciertamente,
reforzará la causa de la unidad de los cristianos y la proclamación del misterio de
Cristo en los tiempos actuales. [Texto original: inglés]
Después siguieron
las intervenciones libres.
En esta Congregación General que se ha concluido
a las 19:00 con el rezo del Angelus Domini, estaban presentes 246 Padres.
Composición
de la comisión para el mensaje
Publicamos a continuación los nombres de los
Miembros de la Comisión para el Mensaje, elegidos durante la Tercera Congregación
de ayer, 4 de octubre, a los que se añadieron los Miembros de nombramiento pontificio:
Presidente S.Em.R.
Card. Marc OUELLET, P.S.S., Arzobispo de Québec (Canadá)
Vicepresidente S.E.R.
Mons. Salvatore FISICHELLA, Obispo titular de Voghenza, Auxiliar de Roma, Rector Magnífico
de la Pontificia Universidad Lateranense (Italia)
Miembros S.B.Em. Card.
Nasrallah Pierre SFEIR, Patriarca de Antioquía de los Maronitas, Jefe del Sínodo de
la Iglesia Maronita (LÍBANO) S.Em.R. Card. Ivan DIAS, Arzobispo de Bombay (India) S.Em.R.
Card. Juan Luis CIPRIANI THORNE, Arzobispo de Lima (Perú) S.Em.R. Card. Cláudio
HUMMES, O.F.M., Arzobispo de São Paulo (Brasil) S.Em.R. Card. George PELL, Arzobispo
de Sydney (Australia) S.Em.R. Card. Walter KASPER, Presidente del Pontificio Consejo
para la Promoción de la Unidad de los Cristianos S.E.R. Mons. Laurent MONSENGWO
PASINYA, Arzobispo de Kisangani, Presidente de la Conferencia Episcopal (República
del Congo) S.E.R. Mons. Djura DŽUDŽAR, Obispo titular de Acrasso, Exarca Apostólico
de Serbia y Montenegro para los católicos de rito bizantino (Serbia y Montenegro) S.E.R.
Mons. Bruno FORTE, Arzobispo de Chieti-Vasto (Italia) Rvdo. P. Peter-Hans KOLVENBACH,
S.I., Prepósito General de la Compañía de Jesús (Países Bajos, U.S.G.)