ONU: la Santa Sede reitera «la urgencia del control de armas y del desarme, como pilares
fundamentales para construir la paz»
Martes, 4 oct (RV).- La Santa Sede reiteró ante la ONU «la urgencia del control de
armas y del desarme, como pilares fundamentales para construir la paz» y recuerda
que «la humanidad merece vivir liberada de la angustia de la autodestrucción».
En
su intervención ante el Comité para el Desarme y Seguridad de Naciones Unidas, el
Observador Permanente de la Santa ante este organismo lamentó ayer que en el documento
final de la cumbre, celebrada con motivo del 60 aniversario de la ONU, no se mencionen
los pasos específicos que el mundo debe cumplir para alcanzar el desarme general y
la no proliferación de armas de todo tipo.
Tras hacer hincapié en que el mismo
Secretario General de la ONU calificó como una ‘desgracia’ el que no se haya podido
avanzar en el importante tema del desarme, el arzobispo Celestino Migliore destacó,
en especial, la preocupación de los pueblos pobres, que son los más vulnerables y
marginados. En este contexto, el observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones
Unidas hizo hincapié asimismo en que «a pesar de que la Convención para la Supresión
de Actos de Terrorismo Nuclear constituya un paso importante en el camino de la reducción
del riesgo de este grave peligro, sigue siendo deplorable que la Conferencia para
la revisión del Tratado de No-proliferación, del pasado mes de mayo, haya finalizado
sin una decisión substancial».
Aun más, en la actualidad «las armas se están
convirtiendo en un aspecto permanente de las doctrinas militares y en los últimos
dos años hemos asistido a un alarmante aumento del 20 % en los gastos militares».
El arzobispo Celestino Migliore deploró también el descontrol de las armas denominadas
‘ligeras’ y consideradas ‘legales’, que causan la muerte de más de medio millón de
personas al año.
Tras exhortar al Comité para el Desarme a impulsar la «erradicación
local, nacional, regional y global de todo tipo de armas», el representante de la
Santa Sede recordó asimismo que «todos los miembros de la ONU tienen el deber de no
desmayar en el importante trabajo de poner en marcha todos los elementos técnicos,
políticos y legales previstos en la agenda del desarme». «Este deber se vuelve más
relevante aún ante el hecho de que la seguridad de todos depende precisamente del
desarme general», subrayó mons. Migliore destacando luego los beneficios económicos
que nacen del desarme. Beneficios que deberían ser aplicados para el desarrollo integral
de los pueblos.
Tras alentar a los gobiernos a reconocer la importante contribución
de la sociedad civil en favor del desarme, el observador permanente de la Santa Sede
ante la ONU finalizó su intervención recordando que «el pasado año no ha sido un buen
año para el control de las armas, para el desarme y para la no-proliferación». «Pasar
por alto los fracasos no sirve a la causa de la paz», añadió mons. Migliore, señalando
la necesidad de «analizar los errores para asumir las responsabilidades que corresponden
a cada uno».