Sínodo: Intervención del presidente delegado, cardenal Francis Arinze
Lunes, 3 oct (RV).- Intervención del presidente delegado, cardenal Francis Arinze
Discurso
completo
Beatísimo Padre:
1. Con espíritu de fe, con agradecimiento
a la Divina Providencia por Vuestro Pontificado, en la alegría cristiana, pero también
con sentido de responsabilidad, hemos sido convocados aquí por Vuestra Santidad, Sucesor
de Pedro y Vicario de Cristo. Esta XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los
Obispos, convocada primero por Vuestro Predecesor, de venerada e inolvidable memoria,
el Siervo de Dios Papa Juan Pablo II, convocada de nuevo por Vuestra Santidad no mucho
tiempo después de Su elección a la Sede Petrina, nos ofrece la ocasión de reflexionar
acerca de un tema que toca el corazón y la vida de la Iglesia: “La Eucaristía: fuente
y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia”.
2. No es un secreto que
el misterio eucarístico es un tema muy importante para Vuestra Santidad. De hecho,
en la primera homilía que Vuestra Santidad pronunció en la mañana siguiente a su elección
el 20 de abril de 2005 en la Capilla Sixtina, Usted Santo Padre, entre otras cosas,
dijo a los Cardenales y al mundo: “Mi Pontificado inicia, de manera particularmente
significativa, mientras la Iglesia vive el Año especial dedicado a la Eucaristía.
¿Cómo no percibir en esta coincidencia providencial un elemento que debe caracterizar
el ministerio al que he sido llamado? La Eucaristía, corazón de la vida cristiana
y manantial de la misión evangelizadora de la Iglesia, no puede menos de constituir
siempre el centro y la fuente del servicio petrino que me ha sido confiado”. (Homilía
del 20/04/2005, n. 4, en L’Osservatore Romano 94 (21 de abril de 2005), p. 9).
3.
Es muy importante para la iglesia que los representantes del Colegio de los Obispos
de toda la Iglesia se reúnan junto al Sucesor de Pedro para orar y reflexionar sobre
el gran Misterio de la Fe. Venimos de Iglesias particulares o diócesis como representantes
de las Conferencias Episcopales y de las Iglesias Orientales, pero también de la Curia
Romana, de la Unión de Superiores Generales, y algunos han sido nombrados por Vuestra
Santidad.
Venimos para reflexionar sobre un tema que toca el corazón que late
en la vida de la Iglesia. En la santísima Eucaristía, de hecho, como dice el Concilio
Vaticano II,”se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo en
persona, nuestra Pascua”. La Eucaristía “está en el centro de la vida eclesial” (Eccl.
de Euch., 3).
Durante dos años toda la Iglesia ha reflexionado, discutido,
meditado y orado en particular modo sobre el Misterio Eucarístico. Conferencias Episcopales,
Sínodo de las Iglesias Orientales, diócesis, parroquias, institutos superiores de
estudios católicos, seminarios, monasterios, institutos religiosos, asociaciones o
movimientos católicos y otros grupos de la Iglesia han promovido iniciativas en ese
sentido. He aquí esta noble asamblea que ahora intenta recoger los frutos de estas
aportaciones bajo la guía del Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro.
4. Santo
Padre, bendíganos. Guíenos. Acompáñenos.
Que la Virgen María, “mujer eucarística”
(Cf. Eccl. de Euch., 53) interceda por nosotros.
Que el Espíritu Santo nos
dé la luz, la fe, la sabiduría, la caridad pastoral, el coraje evangélico, la alegría
del anuncio y la conciencia de nuestra responsabilidad ante Dios, ante la Iglesia
y ante el mundo, de cumplir con nuestro deber en estas tres semanas para el bien del
pueblo santo de Dios.