2005-10-03 13:07:12

Sínodo: Intervención del presidente delegado, cardenal Francis Arinze


Lunes, 3 oct (RV).- Intervención del presidente delegado, cardenal Francis Arinze

Discurso completo

Beatísimo Padre:

1. Con espíritu de fe, con agradecimiento a la Divina Providencia por Vuestro Pontificado, en la alegría cristiana, pero también con sentido de responsabilidad, hemos sido convocados aquí por Vuestra Santidad, Sucesor de Pedro y Vicario de Cristo. Esta XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, convocada primero por Vuestro Predecesor, de venerada e inolvidable memoria, el Siervo de Dios Papa Juan Pablo II, convocada de nuevo por Vuestra Santidad no mucho tiempo después de Su elección a la Sede Petrina, nos ofrece la ocasión de reflexionar acerca de un tema que toca el corazón y la vida de la Iglesia: “La Eucaristía: fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia”.

2. No es un secreto que el misterio eucarístico es un tema muy importante para Vuestra Santidad. De hecho, en la primera homilía que Vuestra Santidad pronunció en la mañana siguiente a su elección el 20 de abril de 2005 en la Capilla Sixtina, Usted Santo Padre, entre otras cosas, dijo a los Cardenales y al mundo: “Mi Pontificado inicia, de manera particularmente significativa, mientras la Iglesia vive el Año especial dedicado a la Eucaristía. ¿Cómo no percibir en esta coincidencia providencial un elemento que debe caracterizar el ministerio al que he sido llamado? La Eucaristía, corazón de la vida cristiana y manantial de la misión evangelizadora de la Iglesia, no puede menos de constituir siempre el centro y la fuente del servicio petrino que me ha sido confiado”. (Homilía del 20/04/2005, n. 4, en L’Osservatore Romano 94 (21 de abril de 2005), p. 9).

3. Es muy importante para la iglesia que los representantes del Colegio de los Obispos de toda la Iglesia se reúnan junto al Sucesor de Pedro para orar y reflexionar sobre el gran Misterio de la Fe. Venimos de Iglesias particulares o diócesis como representantes de las Conferencias Episcopales y de las Iglesias Orientales, pero también de la Curia Romana, de la Unión de Superiores Generales, y algunos han sido nombrados por Vuestra Santidad.

Venimos para reflexionar sobre un tema que toca el corazón que late en la vida de la Iglesia. En la santísima Eucaristía, de hecho, como dice el Concilio Vaticano II,”se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo en persona, nuestra Pascua”. La Eucaristía “está en el centro de la vida eclesial” (Eccl. de Euch., 3).

Durante dos años toda la Iglesia ha reflexionado, discutido, meditado y orado en particular modo sobre el Misterio Eucarístico. Conferencias Episcopales, Sínodo de las Iglesias Orientales, diócesis, parroquias, institutos superiores de estudios católicos, seminarios, monasterios, institutos religiosos, asociaciones o movimientos católicos y otros grupos de la Iglesia han promovido iniciativas en ese sentido. He aquí esta noble asamblea que ahora intenta recoger los frutos de estas aportaciones bajo la guía del Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro.

4. Santo Padre, bendíganos. Guíenos. Acompáñenos.

Que la Virgen María, “mujer eucarística” (Cf. Eccl. de Euch., 53) interceda por nosotros.

Que el Espíritu Santo nos dé la luz, la fe, la sabiduría, la caridad pastoral, el coraje evangélico, la alegría del anuncio y la conciencia de nuestra responsabilidad ante Dios, ante la Iglesia y ante el mundo, de cumplir con nuestro deber en estas tres semanas para el bien del pueblo santo de Dios.

Card. Francis Arinze
3 de octubre de 2005








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