2005-10-01 18:09:34

El Pontífice muestra su aprecio por el congreso de Lucca para rescatar la memoria espiritual del siglo XX


Sabado, 1 oct (RV).- Benedicto XVI manifiesta su aprecio por una iniciativa dirigida a rescatar la memoria espiritual del siglo apenas concluido cuajado de páginas tristes de historia, pero también impregnado de maravillosos testimonios de despertar espiritual y carismático en cada ámbito del conocimiento y de la actividad humana. Con estas palabras se dirige el Pontífice al arzobispo de la ciudad italiana de Lucca donde está teniendo lugar del 30 de septiembre al 2 de octubre el Congreso Internacional ‘Los signos del Espíritu en el siglo XX. Una relectura histórica: el relato de los testimonios’.

El cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, en nombre del Santo Padre ha enviado un mensaje al arzobispo de Lucca, monseñor Benvenuto Italo Castellani, con motivo de este Congreso promovido y organizado por el coordinador nacional de la Renovación del Espíritu Santo, Salvatore Martínez, la superiora general de las Congregaciones de las Oblatas del Espíritu Santo, sor Gemma Girolami, la fundadora del Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich y el fundador de la Comunidad de San Egidio, Andrea Riccardi.

Precisamente en Lucca nació la Beata Madre Elena Guerra fundadora del Instituto de las Oblatas del Espíritu Santo que al comienzo del siglo XX pidió a León XIII consagrar el mundo al Espíritu Santo. Consagración que este Papa realizó el 9 de enero de 1901.

El cardenal secretario de Estado en nombre del Papa recuerda asimismo el contenido de la audiencia que Benedicto XVI dirigió a los representantes del Congreso. Precisamente en el corazón del siglo XX, se lee en el mensaje, se encuentra el Concilio Ecuménico Vaticano II principal evento eclesial del siglo, inspirado y guiado por el Espíritu Santo. Para la conclusión del gran jubileo del 2000 el venerado Papa, Juan Pablo II lo indicó como la gran gracia de la que la iglesia se ha beneficiado en el siglo XX y como “brújula segura para orientarse en el camino del siglo que se abre”.

La Pentecostés “conciliar, percibida con toda su fuerza no ha dejado nunca de soplar benéficamente en el mundo entero. Ante una humanidad preocupada y consternada ante los grandes desafíos de la época moderna el Concilio Ecuménico Vaticano II ha lanzado una valiosa invitación a la esperanza, una invitación basada sobre la presencia viva de Cristo muerto y resucitado y no en ideologías o utopías. Sólo Él es el Redentor del hombre, el Señor de la historia, capaz de satisfacer las esperanzas más profundas del corazón humano. Sólo Cristo es la verdad que ilumina la existencia del hombre, desenmascarando los peligros y las insidias que le amenazan y que revalorizando todos los recursos positivos.

La Iglesia, finaliza diciendo en su mensaje Benedicto XVI, avanza en el tiempo e, inspirándose en María Santísima, custodia la sabia memoria del misterio de Cristo en el cambiante sucederse de los eventos de la historia, para servir y acelerar la plena instauración del Reino de Dios.







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