Benedicto XVI visitó el Hospital Infantil “Bambino Gesù”, de Roma, donde saludó y
tuvo palabras de afecto para todos los niños hospitalizados
Viernes, 30 sep (RV).- Por primera vez en su Pontificado, el Papa Benedicto XVI ha
visitado hoy un hospital y ha elegido, como él mismo ha dicho, “El Bambino Gesù (El
Niño Jesús)”, un hospital pediátrico, por dos motivos principales.
En primer
lugar, porque este Instituto pertenece a la Santa Sede y es seguido con solicitud
por el Secretario de Estado, Cardenal Angelo Sodano. “Pasando por algunas divisiones
del hospital y viendo a tantos pequeños que sufren -ha dicho el Santo Padre- he pensado
espontáneamente en Jesús, que amaba tiernamente a los niños y quería que se acercaran
a Él”. Y como Jesús, también la Iglesia, ha señalado el Papa, manifiesta una especial
predilección por la infancia, especialmente cuando se trata de menores que sufren.
“Y el segundo motivo por el cual he venido entre vosotros, ha afirmado Su Santidad,
es para testimoniar también yo el amor de Jesús por los niños, un amor que brota espontáneamente
del corazón y que el espíritu cristiano acrecienta y refuerza. En cada persona que
sufre, y aún más si es pequeña e indefensa, está Jesús, que nos acoge y espera nuestro
amor”.
Luego, el Papa ha resaltado el trabajo cotidiano que se realiza en este
hospital infantil: la acogida, la hospitalización, los cuidados solícitos a los pequeños
pacientes. Todo esto requiere una gran disponibilidad, una constante búsqueda y multiplicación
de los recursos existentes; además requiere atención, espíritu de sacrificio, paciencia
y amor desinteresado, para que también los padres puedan encontrar aquí un lugar donde
se respire esperanza y serenidad incluso en los momentos de más aprensión. Hablando
de la “calidad de los cuidados reservados al enfermo”, Benedicto XVI ha dicho que
no sólo hay que reservar un tratamiento excelente en el aspecto sanitario al enfermo,
sino que es muy importante asegurarle también la calidad en el “aspecto humano”.
“Vosotros
intentáis dar una familia a los enfermos y a sus acompañantes, y esto requiere la
contribución de todos: de los dirigentes, de los médicos, de los enfermeros, y de
todo el personal sanitario en las distintas secciones, así como de las numerosas y
beneméritas organizaciones de voluntarios, que cotidianamente ofrecen su precioso
servicio”, ha dicho el Pontífice, quien ha señalado que este estilo, que debería distinguir
a todos los hospitales, de manera especial debe distinguir a los centros sanitarios
que se inspiran en los principios evangélicos, pues “para los niños no hay que escatimar
ningún recurso” y “en todo proyecto y programa ha de predominar siempre el bien del
niño enfermo”.
El Papa ha agradecido a todo el personal del “Bambino Gesù”
la colaboración que dedican a los pacientes, “una obra de alto valor humano que representa
también un apostolado eficaz”, y ha manifestado que rezaba por ellos, sabiendo que
no es fácil realizar esta misión y que resultaría mas fácil si, dedicando las energías
a cada uno de los pequeños, reconocían en su rostro el rostro de Jesús. Y dirigiéndose
a los religiosos y religiosas que trabajan en el hospital, el Pontífice les ha dicho
que tomaran de Jesús, “del dulce Médico de los cuerpos y de las almas”, la fuerza
espiritual para confortar y curar a los que están ingresados.
A continuación,
Benedicto XVI ha recordado que el hospital “Bambino Gesù” además de ser una obra de
ayuda de la Santa Sede para los niños enfermos, representa “una avanzadilla de la
acción evangelizadora de la Comunidad Cristiana en la ciudad de Roma”, donde “se puede
ofrecer un testimonio concreto y eficaz del Evangelio en contacto con la humanidad
que sufre; aquí se proclama con hechos la potencia de Cristo, que con su Espíritu
cura y transforma la existencia humana”.