Benedicto XVI se despide de Castel Gandolfo agradeciendo la acogida dispensada por
la población y exhorta a impulsar por doquier el amor y la alegría de Cristo
Martes, 27 sep (RV).- El Santo Padre se despidió en la tarde de ayer de la comunidad
religiosa y civil de Castel Gandolfo, que es la localidad de los Castillos romanos,
cercana a la capital italiana, donde se encuentra la residencia pontificia de verano.
Ya
en vísperas de regresar al Vaticano, Benedicto XVI expresó su gratitud a todos aquellos
que, a lo largo de los meses de verano, le han acogido y se han esmerado para asegurarle
una estancia serena. Dirigiéndose a la comunidad cristiana de Castel Gandolfo y a
toda la diócesis de Albano - que en estos días está celebrando su encuentro diocesano
- el Papa ha exhortado a impulsar por doquier el amor y la alegría de Cristo: «Os
deseo a todos que obréis siempre unidos para difundir por doquier el amor y la alegría
de Cristo».
Agradeciendo asimismo la tradicional amabilidad y acogida que los
habitantes de Castel Gandolfo brindan desde siempre a los peregrinos que acuden a
ver al Papa, Benedicto XVI evocó, en especial, la presencia de Juan Pablo II en ese
Palacio Apostólico.
La despedida y gratitud del Santo Padre abarcó también
a los médicos y empleados del Gobernatorato y a los funcionarios y agentes de las
fuerzas de seguridad, tanto de Italia como del Vaticano, así como de la Guardia Suiza,
que le han asegurado a él y sus colaboradores una permanencia tranquila y segura en
esa bella localidad.