Audiencia General: el Papa subraya el papel del deporte como instrumento educativo
y vehículo de importantes valores humanos y espirituales
Miércoles, 21 sep (RV).- Un miércoles más Benedicto XVI ha viajado esta mañana de
su residencia en Castelgandolfo al Vaticano para presidir en la plaza de san Pedro
la habitual cita semanal con los fieles. Y una vez más la Audiencia General ha reunido
a miles de personas y peregrinos de todo el mundo, que según la prefectura vaticana
han superado la cifra de 26 mil.
El Santo Padre, tras saludar a los presentes
que lo han acogido calurosamente, ha proseguido el comentario a los Salmos y Cánticos
de la Liturgia de las Horas. Y concretamente ha dedicado la catequesis de hoy a la
segunda parte del Salmo 131, un canto que evoca un evento capital en la historia de
Israel: el traslado del Arca de la Alianza a Jerusalén.
El rey David había
sido el artífice de este traslado, jurando al Señor, en la primera parte del Salmo,
que no se establecería en el palacio antes de encontrar una morada para el arca, “signo
de la presencia de Dios junto a su pueblo”. Y ahora es Dios, en la segunda parte del
Salmo, quien promete a David habitar entre el Pueblo que él mismo ha elegido, siempre
que “sus hijos custodien la alianza”.
A partir de aquí, el Salmo se transforma
en un canto que exalta los magníficos efectos, ya sea del don de Dios, ya sea de la
fidelidad de Israel. Dios vive como un habitante más en Jerusalén, como un ciudadano
entre los otros, pero ofreciendo la potencia de su bendición. El Señor bendice las
cosechas, se preocupa del hambre de los pobres, extiende su protección a los sacerdotes,
“Dios hace que todos los fieles vivan en la dicha y en la confianza”.
Pero,
una vez más, la bendición más intensa está reservada a David y a su descendencia.
El monarca viene representado como un brote que crece vigoroso. Dios ilumina con una
lámpara resplandeciente la descendencia de David, símbolo de vitalidad y de gloria.
Una espléndida corona marcará el triunfo contra sus enemigos, es decir, la victoria
sobre el mal.
“En Jerusalén, en el templo que custodia el Arca y en la dinastía
de David se produce una dúplice presencia del Señor, -ha dicho el Papa- la del espacio
y la de la historia. “El Salmo 131 se convierte en una celebración de Dios Emmanuel
que está con sus criaturas, que vive a su lado, que las beneficia mientras continúen
unidas a él en la verdad y en la justicia”. El centro espiritual de este himno es
ya el preludio de la proclamación del evangelio de San Juan: “El Verbo se hizo carne
y habitó entre nosotros”.
Este ha sido el resumen que de su catequesis ha
hecho el Santo Padre para los fieles de nuestra lengua presentes en la Audiencia General.
Queridos hermanos
y hermanas: La parte del Salmo que hoy meditamos se refiere a la promesa que hace
Dios a David: habitar entre el Pueblo que él mismo ha elegido, bendecirlo, protegerlo
y, sobre todo, hacer surgir de la descendencia de David a su Ungido, el Mesías. El
Salmo/, pues, celebra a Dios, que está junto con sus criaturas siempre que éstas estén
unidas a él en la verdad y la justicia. Es también el preludio de la proclamación
del Evangelista San Juan: «Y la Palabra se hizo carne» (Jn 1, 14). En efecto, la
fe cristiana ve el cumplimiento de la promesa de Dios en Cristo, nacido del seno de
María y de la estirpe de David, que vence definitivamente el mal.
Saludo a
los peregrinos de lengua española, en particular a la peregrinación de Osma-Soria
con su Obispo, a las Misioneras Apostólicas de la Caridad y a los sacerdotes del Colegio
Mexicano en Roma, así como a los demás grupos de España, Argentina, México y otros
países latinoamericanos. Invito a todos a dar gracias a Dios por su maravilloso designio
de llevar al género humano y a cada uno de nosotros hacia Cristo, el Salvador. Muchas
gracias por vuestra atención.
Entre los saludos, el Papa ha dispensado también
uno muy singular a la delegación del Comité ejecutivo de la UEFA y a los numerosos
jóvenes de 16 naciones que participan en un proyecto de fútbol en apoyo de los jóvenes
del Este de Europa. Una ocasión que le ha permitido al Santo Padre hablar de la importancia
del deporte: “El deporte es una disciplina que si se practica respetando las reglas,
se convierte en instrumento educativo y en vehículo de importantes valores humanos
y espirituales. Que esta manifestación reavive el compromiso para que el deporte contribuya
a crear una sociedad construida en el recíproco respeto, la lealtad y la solidaridad
entre todos los pueblos y las culturas”.
Al final de la Audiencia, como es
ya habitual, el Pontífice se ha dirigido a los jóvenes, a los enfermos y a los recién
casados. “Hoy celebramos la fiesta de san Mateo apóstol. “Que su ejemplo os anime
a vivir con coherencia, a vosotros queridos jóvenes, vuestra vocación cristiana; os
ayude a vosotros, queridos enfermos a ofrecer vuestros sufrimientos, en unión a los
de Cristo, por la salvación de la humanidad; y os apoye a vosotros queridos recién
casados en el constante compromiso de fidelidad en el amor y de apertura al don de
la vida”.