Ángelus: El Papa vuelve a recordar la importancia del sacramento de la Eucaristía
Domingo, 18 sep (RV).- El Papa Benedicto XVI ha vuelto a recordar hoy el sacramento
de la Eucaristía en su alocución antes de la oración mariana del Ángelus que ha dirigido
desde el balcón principal del palacio apostólico de Castelgandolfo. El Santo Padre
ha insistido en dos temas particularmente gratos a su predecesor Juan Pablo II: la
relación entre la santidad, vía y meta del camino de la Iglesia y de todo cristiano,
y la Eucaristía. El pensamiento del Papa ha ido dirigido particularmente a los sacerdotes,
para subrayar que precisamente en la Eucaristía está el secreto de su santificación.
“Gracias
a la Sagrada Ordenación -ha afirmado el Pontífice- el sacerdote recibe el don y el
compromiso de repetir sacramentalmente los gestos y las palabras con los cuales Jesús,
en la Ultima Cena, instituyó el memorial de su Pascua”. “Entre sus manos se renueva
este gran milagro del Amor, del cual los sacerdotes están llamados a convertirse en
fieles testimonios y anunciadores. El presbítero debe, ante todo -ha proseguido el
Papa- adorador y contemplar la Eucaristía, a partir del mismo momento en que la celebra”. Asimismo
el Obispo de Roma ha señalado que “la validez del Sacramento no depende de la Santidad
del celebrante, sino que su eficacia, para él mismo y para los otros, será tanto mayor
cuanto más lo viva con fe profunda, amor ardiente y fervorosos espíritu de oración”.
Después
el Papa ha ilustrado sus palabras con algunos ejemplos de santos ministros del Altar,
que tomaron la fuerza de la imitación de Cristo de la cotidiana intimidad con él en
la celebración y en la adoración eucarística. En este sentido ha recordado a San Juan
Crisóstomo, Patriarca de Constantinopla a finales del siglo IV, definido “boca de
oro” por su extraordinaria elocuencia, pero llamado también “Doctor eucarístico”
por la grandeza y profundidad de su doctrina respecto al Santísimo Sacramento.
Y
haciendo alusión a esta fama ha dicho Benedicto XVI que la “divina liturgia”, que
se celebra en las Iglesias Orientales, lleva precisamente el nombre y el lema de San
Juan Crisóstomo: “basta un hombre lleno de celo para transformar a todo un pueblo”.
A través de esta frase se evidencia, ha subrayado el Santo Padre, cuán eficaz sea
la acción de Cristo a través de sus ministros.
Seguidamente el Santo Padre
ha hablado de la figura de San Pío de Pietrelcina: “que celebrando la Santa Misa revivía
con tal fervor el misterio del Calvario que exaltaba la fe y la devoción de todos
los fieles. Incluso los estigmas que Dios le donó eran expresión profunda de Jesús
Crucificado”. Asimismo, pensando en los sacerdotes enamorados de la Eucaristía, el
Santo Padre finalmente ha hablado de San Juan Maria Vianney, el humilde párroco d’Ars
en los tiempos de la Revolución Francesa, quien con la Santidad de la vida y el celo
pastoral consiguió hacer de aquel pequeño pueblo un modelo de comunidad cristiana
animada por la Palabra de Dios y por los Sacramentos.
Benedicto XVI ha finalizado
su alocución previa al Ángelus dirigiéndose a Maria, y rezando de manera especial
por los sacerdotes de todo el mundo para que sepan obtener de este Año de la Eucaristía,
que ya está llegando a su fin, el fruto de un renovado amor al Sacramento que celebran.
Tras
la oración mariana del Ángelus el Santo Padre ha saludado a todos los fieles y peregrinos
presentes en el Patio del Palacio Apostólico de Castelgandolfo: Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española aquí presentes, así como a los que están unidos
a esta oración mariana a través de la radio o la televisión. Con las palabras del
apóstol Pablo, de la liturgia de este domingo, os exhorto a llevar una vida digna
del Evangelio de Cristo. ¡Feliz día del Señor!