2005-09-06 17:35:01

Memoria litúrgica de la beata madre Teresa de Calcuta


Martes, 6 sep (RV).- «De sangre soy albanesa. De ciudadanía, india. En lo referente a la fe, soy una monja católica. Por mi vocación, estoy entregada al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús». Así se definía la beata Madre Teresa de Calcuta, cuya memoria litúrgica se celebró ayer, 5 de septiembre, en recuerdo de ese día de 1997 en que falleció en Calcuta.


Ayer fue un día de nutridas celebraciones en Calcuta. «Un día bellísimo, un momento para renovar nuestro deseo y compromiso de caminar en el amor, llevar la paz a los demás y vivir en armonía en el mundo», reconoció Sor Nirmala Joshi, que sucedió a la Madre Teresa al frente de la congregación que ésta fundó en 1950. El arzobispo emérito de Calcuta, Mons. Henry D’Souza celebró una Eucaristía. «La celebración estuvo muy concurrida y participaron también muchas personas de otras religiones: todos vinieron para rezar a la Madre, observó la superiora general de las Misioneras de la Caridad. «La gente sigue venerándola y hablando de ella y quieren que pronto sea santa».


Para conmemorar el amor y la dedicación de la Madre Teresa hacia los más abandonados, este lunes las Misioneras de la Caridad sirvieron una «comida especial» para los pobres. La iniciativa arrancó el día que Juan Pablo II beatificó a la Madre Teresa, el 19 de octubre de 2003. «Desde entonces -mencionó la religiosa india-, la “comida especial” se sirve cada año en todas las casas de la Orden». De acuerdo con Sor Nirmala, tanto la Madre Teresa como «su querido amigo» Juan Pablo II «son felices en este momento y nos miran desde el paraíso».







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