La unidad entre los discípulos de Cristo debe ser un objetivo primordial. Mensaje
del Pontífice al IX Simposio Intercristiano de Asís
Lunes 5 sep (RV).- «La búsqueda de la unidad visible plena entre todos los discípulos
de Cristo se percibe como particularmente urgente en nuestro tiempo y, por ello, se
siente la necesidad de una espiritualidad más profunda y de un amor recíproco cada
vez mayor». Benedicto XVI reitera esta urgencia en un mensaje enviado a los participantes
en el IX Simposio Intercristiano, que se inauguró ayer en Asís y que finalizará el
próximo miércoles.
«Realizar la comunión plena de los cristianos debe ser un
objetivo para todos aquellos que profesan la fe en la Iglesia una, santa, católica
y apostólica», reitera una vez más Benedicto XVI, poniendo de relieve la importancia
de los encuentros ecuménicos para destacar lo que nos une, esclarecer las diferencias
y superar las incomprensiones. En este sentido el Pontífice recuerda también que «los
institutos de enseñanza teológica pueden desarrollar un papel fundamental para la
formación de las nuevas generaciones y ofrecer un renovado testimonio cristiano en
el mundo de hoy».
Tras expresar su alegría por la celebración de este simposio,
en la ciudadela de Asís - «oasis y llamamiento a la paz» - el Papa saluda a los promotores
del mismo encuentro, el Instituto Franciscano de Espiritualidad de la Pontificia Universidad
Antonianum y la Facultad Teológica de la Universidad Aristotile de Tesalónica. Y,
haciendo hincapié en que esta iniciativa, que nació en 1992, «constituye una feliz
ocasión de intercambio fraterno, para reflexionar y profundizar en temas importantes
del patrimonio de fe común, analizando las implicaciones que éste conlleva en la vida
cristiana», Benedicto XVI destaca el tema de la cita de este año, «La Eucaristía en
la tradición oriental y occidental, con especial referencia al diálogo ecuménico». Tema
«muy significativo para la vida de los cristianos y para la restauración de la comunión
plena entre todos los discípulos de Cristo». En este contexto, el Papa ha citado el
Decreto del Concilio Vaticano II sobre el Ecumenismo, Unitatis Redintegratio, «con
cuánto amor los cristianos orientales celebran el culto litúrgico, sobre todo la celebración
eucarística, fuente de la vida de la Iglesia y prenda de la gloria futura». Recordando
asimismo que, por su sucesión apostólica, el sacerdocio y la Eucaristía, ellos «se
unen a nosotros con vínculos estrechísimos» (UR 15) Con la certeza de que «el
diálogo y el debate en la verdad y en la caridad», que se desarrollará durante este
Simposio, «hará emerger, ciertamente, la fe común junto con aquellos aspectos teológicos
y litúrgicos peculiares de Oriente y de Occidente que con complementares y dinámicos
para la edificación del Pueblo de Dios y que constituyen una riqueza para la Iglesia»,
el Santo Padre señala que «la ausencia de la comunión plena no permite, lamentablemente,
la concelebración que, para los unos y para los otros, es signo de aquella unidad
plena a la cual todos estamos llamados. Pero, en todo caso, será un llamado a intensificar
la oración, el estudio y el diálogo con el fin de resolver las divergencias que aún
permanecen».