El arzobispo de Sevilla invita a hacer un uso responsable del agua
Sábado, 3 sep (RV).- España se encuentra inmersa en un panorama de sequía. La última
situación similar se prolongó entre los años 1990 y 1995, periodo en el que las lluvias
entre los meses de octubre y mayo fueron, excepto en 1991-92, incluso superiores a
las que se han registrado este año 2005, según datos del Sistema Español de Información
sobre el Agua. La sequía afecta en España a las regiones del sur, sobre todo a Andalucía
y Murcia. Precisamente desde Sevilla, su arzobispo, el cardenal Carlos Amigo Vallejo,
ha enviado una Carta Pastoral a todos los fieles titulada: “El agua, bendición de
Dios y responsabilidad de todos”.
En la misiva, el purpurado señala que “el
agua es una bendición de Dios y su uso una responsabilidad moral y un capítulo en
el ejercicio de la justicia y de la caridad cristiana”. El arzobispo de Sevilla recuerda
la presencia de la lluvia en las Escrituras, como una de las grandes bendiciones de
Dios: “Escucha, Señor a tu pueblo y envíanos la lluvia” (II Cron 6, 27), “Dios abrirá
para ti los cielos y te dará a su tiempo la lluvia necesaria”. (Dt. 28, 12). “Pero
estas peticiones no se hacen solamente porque se agoten las fuentes de agua -señala
el cardenal Amigo Vallejo- sino porque tenemos fe, y nuestra confianza en Dios nos
lleva a pedir con perseverancia aquello que necesitamos”.
A través de estas
palabras, el arzobispo de Sevilla recuerda a sus fieles que no basta con pedir, sino
que hay que cumplir las responsabilidades que corresponden al ser humano a la hora
de cuidar con esmero los recursos que la naturaleza proporciona, llevando a cabo una
división justa de todos los bienes que nos da la naturaleza y, en particular, del
agua. Y es que para el purpurado no sirve lamentarse, sino que es “más inteligente
y oportuno el cuidar bien de los recursos que se tiene”. En este sentido, evoca el
relato bíblico de los aljibes agrietados que no guardaban el agua, “no echemos la
culpa al cielo, hay que tapar las grietas y restañar fisuras de la falta de responsabilidad
en el cuidado y uso del agua”.
Por este motivo, el cardenal Amigo Vallejo recuerda
la importancia de la educación, a través de campañas que enseñen la responsabilidad
ante un bien tan necesario, calificado por la doctrina social de la Iglesia como uno
de esos derechos humanos con una función social fundada y justificada precisamente
sobre el principio del destino universal de los bienes (SRS 42). "Como don de Dios,
el agua es instrumento vital, imprescindible para la supervivencia, por tanto, un
derecho de todos... El agua, por su misma naturaleza, no puede ser tratada como una
simple mercancía más entre la otras, y su uso debe ser racional y solidario" (Cf.
Compendio de la doctrina social de la Iglesia, nn. 484, 485).
Y es que el hombre
está llamado a cultivar y custodiar el jardín del mundo, con responsabilidad específica
sobre el ambiente de vida, o sea, sobre la creación que Dios puso al servicio de su
dignidad personal, de su vida. “Así habla la Escritura y así nos lo enseña la Iglesia
–finaliza el arzobispo de Sevilla-. Como lluvia se derrame mi doctrina, dice el Señor,
caiga como rocío mi palabra, como blanda lluvia sobre la hierba verde, como aguacero
sobre el césped”. (Dt. 32, 2).