2005-08-30 09:42:22

“Defiende sus derechos” campaña del Día Mundial del Comercio Justo


Martes, 30 ago (RV).- El Día Mundial del Comercio Justo de 2005, inició su campaña: “Defiende sus derechos” para apoyar al comercio justo en su rechazo a la explotación laboral infantil. Cada 14 de mayo hasta 2007 la red europea de 2.500 tiendas de comercio justo, nos recordarán que cada vez hay más niños, sobre todo en los países del sur, que tienen que trabajar para ayudar a sus familias a subsistir y, que muchos de ellos realizan trabajos extremadamente peligrosos en condiciones perjudiciales que ponen en peligro su salud, su educación, su desarrollo personal y social y a menudo incluso sus vidas.

Actualmente hay 246 millones de niños trabajando en el mundo, 73 millones tienen menos de 10 años y 180 millones trabajan en condiciones extremadamente peligrosas. En este grupo encontramos a los niños mineros, utilizados por su pequeña talla en túneles estrechos, donde deben pasar varias horas al día para extraer los minerales, sin ventilación alguna y expuestos al polvo y al calor, con los consiguientes problemas respiratorios que ello acarrea.

La Organización Internacional del trabajo denunció esta penosa realidad en el mes de junio y en esa perspectiva, representantes de gobiernos, trabajadores y empleadores, reunidos en Ginebra con ocasión de la Conferencia anual de la OIT, han firmado un acuerdo que los compromete a eliminar ese tipo de trabajo infantil, y destinada a devolver una vida normal en el plazo de cinco a diez años a ese millón de niños mineros.

La atención que se ha decidido prestar a los niños involucrados en actividades mineras se debe a que generalmente son los que están expuestos a los riesgos más graves, y además se trata de una meta realista ya que los niños en ese sector son relativamente pocos con respecto a los 245 millones de niños trabajadores de todo el mundo.

Pero la minería infantil es sólo una gota en el inmenso y escandaloso panorama de la explotación laboral de los niños en el mundo. Precisamente a principios de junio fueron liberados 450 niños esclavizados en fábricas de Bombay, otra cifra irrelevante en un país en el que más de 60 millones de menores trabajan a tiempo completo. En esta ocasión la mayoría de los menores, de entre 6 y 14 años de edad, eran obligados a trabajar en condiciones inhumanas entre 10 y 15 horas al día en pequeñas empresas de bordado, cuero y alimentación, a cambio de salarios míseros, y muchos de ellos eran también torturados por sus patrones.

Para combatir seriamente este infierno con el que conviven millones de niños los gobiernos locales deben empezar a asumir la responsabilidad de los productos que compran, porque el comercio tradicional hasta ahora sólo ha acentuado las diferencias entre los países ricos y los pobres. En el extremo opuesto, el comercio justo propugna unas relaciones justas, garantiza la igualdad entre hombres y mujeres, que no haya explotación infantil, que los salarios sean dignos y se respete el medio ambiente.

Y si queremos contribuir a terminar con esta permanente injusticia debemos demostrar a los productores del Sur que aceptamos pagar un precio justo por su trabajo para que sus hijos no tengan que trabajar. Las 2.500 tiendas de comercio justo europeas ofrecen la posibilidad de hacer algo concreto en este sentido y como reza su campaña, también nosotros defenderemos los derechos de millones de niños.







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