“Agricultura y diálogo de culturas” tema del Día Mundial de la Alimentación 2005
Jueves, 25 ago (RV).- "Agricultura y diálogo de culturas" es el lema elegido para
el Día Mundial de la Alimentación en este año, según ha anunciado el organismo de
Naciones Unidas encargado de la Alimentación y la Agricultura, FAO. El Día Mundial
de la Alimentación se celebra anualmente para conmemorar la fecha en la que la FAO
se fundó en 1945. Este año la celebración tendrá lugar el domingo 16 de octubre en
la sede de la FAO en Roma. El lema de este año recuerda la contribución de diferentes
culturas a la agricultura mundial y argumenta que un debate intercultural sincero
es una condición previa para progresar en la lucha contra el hambre y la degradación
medioambiental.
A través de la historia, el intercambio de cultivos y especies
ganaderas entre las diferentes culturas ha revolucionado los hábitos alimentarios
y reducido la pobreza. Por ejemplo, la patata, que es un cultivo rápido y de coste
reducido, se introdujo en Europa del Norte desde América del Sur en el Siglo XVI y
ayudó a millones de personas a liberarse del yugo del hambre, como nos lo explica
José Esquinas Alcázar, Secretario de la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación
y la Agricultura.
En este sentido
el predecesor de Benedicto XVI, Juan Pablo II, en el mensaje lanzado el pasado año
para celebrar el Día de la Alimentación recordó que “el mandato del Creador dirigido
a la humanidad para que domine la tierra y use de sus frutos (cf. Gn 1,28),
considerado a la luz de la virtud de la solidaridad, conlleva el respeto por el proyecto
de la creación misma, mediante una acción humana que no suponga desafíos al orden
de la naturaleza y sus leyes con tal de alcanzar siempre nuevos horizontes, sino que
al contrario preserve los recursos garantizando su continuidad y también su uso por
parte de las generaciones sucesivas”.
Y es que en la agricultura, el diálogo
intercultural se sigue promoviendo hoy a través de encuentros y negociaciones comerciales,
y cada vez que un experto de una cultura comparte algo nuevo con otro, ya sea en el
laboratorio o sobre el terreno. La FAO estima que 852 millones de personas en todo
el mundo siguen padeciendo hambre. En este sentido, cobra vital importancia cumplir
con los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, para poder garantizar una gestión
sostenible del medio ambiente.
En este sentido el Papa Wojtyla recordaba que
“desde muchas partes se subraya la urgencia de replantear el esquema seguido hasta
ahora para tutelar los inmensos e insustituibles recursos del planeta, procurando
un desarrollo no sólo sostenible, sino también y sobre todo solidario. La solidaridad,
entendida correctamente como modelo de unidad capaz de inspirar la acción de los individuos,
de los gobiernos, de los organismos e instituciones internacionales y de todos los
miembros de la sociedad civil, trabaja por un justo crecimiento de los pueblos y de
las naciones, y tiene como objetivo el bien de todos y de cada uno (cf. Enc. Sollicitudo
rei sociales, 40). Esta solidaridad, pues, superando también actitudes egoístas en
relación con el orden de la creación y sus frutos, tutela los diferentes ecosistemas
y sus recursos, a las personas que viven en ellos y sus derechos fundamentales a nivel
individual y comunitario. Bien fundamentada en esta referencia a la persona humana,
a su naturaleza y a sus exigencias, la solidaridad es capaz de consolidar proyectos,
normas, estrategias y acciones plenamente sostenibles”.