Santa Sede: triste sorpresa por el ‘olvido’ del gobierno israelí de 26 años de condenas
de Juan Pablo II del terrorismo en Tierra Santa
Viernes, 29 jul (RV).- “Las afirmaciones contrarias a la verdad histórica solo pueden
beneficiar a quien pretende fomentar la animadversión y el enfrentamiento”. Es la
respuesta de la Santa Sede, en una nota de la oficina de prensa, ante las declaraciones
israelíes que la acusan junto a Juan Pablo II de no haber condenado, en el pasado,
los ataques terroristas contra los ciudadanos del estado de Israel.
Vaticano considera indefendibles las acusaciones capciosas dirigidas contra Benedicto
XVI por el ministro de exteriores de Israel por no haber aludido al ataque terrorista
de Netanya del 12 de julio tras la oración del Ángelus del 24 de julio. La oficina
de prensa de la Santa Sede respondía anoche de esta forma a la segunda acusación por
parte israelí que, ante la insostenible afirmación ha desviado la atención en esta
ocasión hacia los silencios de Juan Pablo II en anteriores atentados contra Israel,
“inventándose además –se lee en la declaración- que el gobierno judío habría protestado
repetidamente ante la Santa Sede”.
En una contundente respuesta a las acusaciones israelíes de los silencios del Papa
Woytila, la declaración publica un anexo con 21 intervenciones distintas de Juan Pablo
II condenando la violencia contra la población civil y en favor del derecho del estado
de Israel a vivir en seguridad y en paz. A estas concretas intervenciones de condena
hay que añadir los mensajes Urbi et Orbi, los distintos discursos a la Curia romana,
las catequesis y los encuentros con las delegaciones judías en los que reiteradamente
deploró con firmeza el terrorismo contra los habitantes de Tierra Santa.
También recordando los inalienables derechos del pueblo palestino, Juan Pablo II repetidamente
condenó y consideró inadmisibles, con palabras inequívocas, los métodos violentos
y métodos terroristas perpetrados contra la población civil israelí, que durante años
han impedido la puesta en práctica de iniciativas de paz.
La Santa Sede se manifiesta tristemente sorprendida de que, durante 26 años, haya
pasado inobservada la voz de Juan Pablo II que tantas veces se alzó con fuerza y pasión
en relación a la dramática situación de Tierra Santa, condenando cualquier acto terrorista.
“Las afirmaciones contrarias a la verdad histórica – afirma la declaración- solo pueden
beneficiar a quien pretende fomentar la animadversión y el enfrentamiento, y ciertamente
no contribuye a mejorar la situación”.
☻ La Santa Sede subraya también que no siempre ha podido hacer pública una condena
inmediatamente después de cada atentado en Israel, entre otras cosas porque en ocasiones
"venían seguidos de inmediatas reacciones israelíes, no siempre compatibles con las
normas del derecho internacional. Habría sido por tanto imposible condenar las primeras
y dejar pasar en silencio las segundas". De la misma forma que "el gobierno israelí,
comprensiblemente, no deja que otros le dicten lo que debe decir, tampoco la Santa
Sede puede aceptar recibir lecciones y directivas de ninguna otra autoridad acerca
de la orientación y contenidos de sus propias declaraciones".