Ángelus: “Invocamos al Omnipotente para que paralice la mano asesina de quienes han
cometido actos terroristas y para que convierta sus corazones”
Domingo, 24 jul (RV).- En el ambiente sereno de los valles alpinos italianos de Les
Combes, en donde Benedicto XVI pasa unos días de reposo, el Papa ha recordado, al
final del rezo mariano del Ángelus, los trágicos momentos que vive la sociedad causados
por el fenómeno del terrorismo. “Estos días de serenidad y de reposo han sido turbados
por las trágicas noticias de execrables atentados terroristas que han causado muerte,
destrucción y sufrimiento en varios países, tales como Egipto, Turquía, Irak y Gran
Bretaña – ha señalado el Obispo de Roma - Mientras confiamos a la Divina Bondad, los
difuntos, los heridos y a sus familiares víctimas de gestos que ofenden a Dios y al
hombre, invocamos al Omnipotente para que paralice la mano asesina de aquellos que,
movidos por el fanatismo y el odio, los han cometido y para que convierta sus corazones
en pensamientos de reconciliación y de paz”.
Previamente, Benedicto XVI durante la alocución previa al Ángelus había recordado
la festividad que mañana celebra la Iglesia, dedicada al Apóstol Santiago, hermano
de Juan, y del que se veneran las reliquias en el célebre santuario de Compostela,
meta de innumerables peregrinos de toda Europa. Seguidamente el Santo Padre ha recordado
la festividad litúrgica de ayer dedicada a Santa Brígida de Suecia, patrona de Europa,
aludiendo asimismo al 11 de julio en el que celebramos a san Benito, otro gran patrono
del “Viejo Continente”. “Recordando a estos santos – ha subrayado el Papa –nos detenemos
para reflexionar sobre la aportación que el cristianismo ha dado y continúa dando
para la construcción de Europa”.
Benedicto XVI para ratificar dicha aportación ha rememorado el peregrinaje que el
Siervo de Dios, Juan Pablo II, realizó en 1982 a Santiago de Compostela, donde cumplió
un solemne “acto europeísta”, en el curso del cual pronunció estas memorables palabras
que el propio Pontífice ha recordado: “Yo Obispo de Roma, y Pastor de la Iglesia Universal,
desde Santiago te dirijo o vieja Europa, un grito lleno de amor: vuelve a ti misma,
sé tu misma. Descubre tus orígenes, reaviva tus raíces, vuelve a vivir aquellos valores
auténticos que han hecho gloriosa tu historia y benéfica tu presencia entre los demás
continentes”.
Juan Pablo II, lanzó en aquella época el proyecto de una Europa consciente de la propia
unidad espiritual apoyada en el fundamento de los valores cristianos. Este mismo tema
se trató de nuevo en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud de 1989 que precisamente
tuvo lugar en Santiago de Compostela. “Os deseo una Europa sin fronteras que no reniegue
de sus raíces cristianas, en las que ha nacido, y que no renuncie al autentico humanismo
del Evangelio de Cristo”. Llegados a este punto Benedicto XVI ha exclamado; “Cuán
actual es este llamamiento a la luz de los recientes acontecimientos del continente
Europeo”.
Por último el Papa ha recordado que antes de un mes será también él peregrino en una
histórica catedral europea, la de Colonia, donde los jóvenes se reunirán para su XX
Jornada Mundial. “Recemos para que las nuevas generaciones saquen su linfa vital de
Cristo, sepan ser en las sociedades europeas fermento de un renovado organismo en
el que la fe y la razón cooperen en un diálogo profundo para la promoción del hombre
y la edificación de la auténtica paz – ha señalado el Papa - Se lo pedimos a Dios
por intercesión de María Santísima que vigila como madre y reina en el camino de todas
las naciones”.
Benedicto XVI tras el rezo del Ángelus ha saludado en varias lenguas, estas han sido
sus palabras en español: “Saludo a los fieles de lengua española. En estas fechas
veraniegas, os invito a reponer las fuerzas del cuerpo y a escuchar con sosiego la
palabra de Dios, acogiéndola en el corazón, como hizo la Virgen María. Feliz domingo”.