2005-07-04 15:19:43

El Papa exhorta a llevar el mensaje de Cristo a la familia y a una sociedad que sufre divisiones y fracturas. Audiencia a una peregrinación de la archidiócesis de Madrid


Lunes, 4 jul (RV).- «Llevar la luz del mensaje de Cristo sobre el sentido de la vida, de la familia y de la sociedad», que sufre divisiones y fracturas, haciendo llegar a todos - también a los que lo ignoran o rechazan - el Amor generoso e incondicional, que Dios Padre mostró en Jesucristo. Esta ha sido la exhortación de Benedicto XVI al recibir esta mañana a la Peregrinación de la Archidiócesis de Madrid, encabezada por su Arzobispo, Cardenal Antonio María Rouco Varela.

Expresando su más cordial bienvenida a los más de mil seiscientos peregrinos madrileños que han viajado a Roma, «como signo de comunión con el Sucesor de Pedro y, por tanto, con la Iglesia universal» - en acción de gracias tras la clausura del tercer Sínodo Diocesano de Madrid - el Papa ha destacado el tema y objetivo de este encuentro eclesial, «La transmisión de la fe, vivida y realizada en la comunión de la Iglesia».

Tras hacer hincapié en que la experiencia sinodal - clausurada en la solemnidad de Pentecostés de este Año dedicado a la Eucaristía - ha servido para que la comunidad eclesial de Madrid tome conciencia de ser «familia en la fe», y «comunidad católica», que quiere decir «depositaria de un mensaje con vocación universal, destinado a todo ser humano», el Santo Padre se ha referido al nuevo ardor misionero que el Espíritu Santo ha infundido en ella. Una intensa solicitud por las inquietudes y esperanzas, sufrimientos y dificultades de todos. Benedicto XVI ha puesto de relieve la importancia de ser portadores de la luz del Evangelio en una sociedad sedienta de auténticos valores humanos y que sufre tantas divisiones y fracturas: «Habéis sido enviados para “dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista” (Lc 4, 18). En una sociedad sedienta de auténticos valores humanos y que sufre tantas divisiones y fracturas, la comunidad de los creyentes ha de ser portadora de la luz del Evangelio, con la certeza de que la caridad es ante todo comunicación de la verdad».

Con este fin, de impulsar la comunicación de la verdad, ha señalado asimismo Benedicto XVI, la Iglesia en Madrid quiere estar presente en todos los campos de la vida cotidiana, y también a través de los medios de comunicación social: «Es un aspecto importante porque el Espíritu nos impulsa a hacer llegar a cada hombre y cada mujer el Amor que Dios Padre mostró en Jesucristo. Este amor es solícito, generoso, incondicional, y se ofrece no sólo a los que escuchan al mensajero, sino también a los que lo ignoran o rechazan».

En este contexto, el Papa ha recordado que cada uno de los fieles «tiene que sentirse llamado para ir, como enviado de Cristo, en busca de quienes se han alejado de la comunidad, como aquellos discípulos de Emaús que habían cedido al desencanto (cf. Lc 24,13-35):«Hay que ir hasta los confines de la sociedad para llevar a todos la luz del mensaje de Cristo sobre el sentido de la vida, de la familia y de la sociedad, llegando a las personas que viven en el desierto del abandono y de la pobreza, y amándoles con el Amor de Cristo Resucitado. En todo apostolado, y en el anuncio del Evangelio, como dice San Pablo, “si no tengo amor, nada soy” (1 Cor 13,2)».

El Pontífice ha alentado a los peregrinos madrileños a perseverar en la oración, con una intensa vida sacramental, profundizando en el conocimiento personal de Cristo y caminando hacia la santidad, el “alto grado de vida cristiana”, como decía el querido Juan Pablo II. Y ha deseado que María santísima obtenga como don para todos los miembros de la archidiócesis de Madrid la fidelidad total a Cristo y a su Iglesia, y que ella os guíe siempre en vuestro camino post sinodal.

Discurso completo del Santo Padre RealAudioMP3
Queridos hermanos y hermanas:

Os doy mi más cordial bienvenida a este encuentro, en primer lugar al Señor Cardenal Antonio María Rouco Varela, Arzobispo de Madrid, a sus Obispos Auxiliares y demás miembros de la asamblea sinodal, acompañados de tantos fieles laicos que han participado en los grupos de oración y reflexión sobre el gran tema y objetivo del Sínodo: La transmisión de la fe, vivida y realizada en la comunión de la Iglesia.
En la solemnidad de Pentecostés de este Año dedicado a la Eucaristía se ha clausurado el tercer Sínodo Diocesano, que se ha propuesto renovar la fe y la comunión entre los miembros de la Iglesia en Madrid. La comunidad eclesial ha tomado conciencia de ser “familia en la fe”, una familia unida por un vínculo profundo y misterioso que congrega a las más diversas realidades y se convierte, por la presencia de Dios en ella, en signo de unidad para toda la sociedad. Es una comunidad católica, y católica quiere decir precisamente que es una asamblea abierta, depositaria de un mensaje con vocación universal, destinado a todo ser humano. Es una comunidad que armoniza y hace concordes a personas de distintas proveniencias y formas de vida. Y esta comunidad católica peregrina hoy a Roma como signo de comunión con el sucesor de Pedro y, por tanto, con la Iglesia universal.
Como en un nuevo Pentecostés, el Espíritu Santo ha infundido en los corazones un nuevo ardor misionero, una intensa solicitud por quienes hoy viven en vuestra comunidad diocesana; personas con nombres y apellidos, con sus inquietudes y esperanzas, sus sufrimientos y dificultades. A partir de la experiencia sinodal, habéis sido enviados para “dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista” (Lc 4, 18). En una sociedad sedienta de auténticos valores humanos y que sufre tantas divisiones y fracturas, la comunidad de los creyentes ha de ser portadora de la luz del Evangelio, con la certeza de que la caridad es ante todo comunicación de la verdad.
Con este fin, la Iglesia en Madrid quiere estar presente en todos los campos de la vida cotidiana, y también a través de los medios de comunicación social. Es un aspecto importante porque el Espíritu nos impulsa a hacer llegar a cada hombre y cada mujer el Amor que Dios Padre mostró en Jesucristo. Este amor es solícito, generoso, incondicional, y se ofrece no sólo a los que escuchan al mensajero, sino también a los que lo ignoran o rechazan. Cada uno de los fieles tiene que sentirse llamado para ir, como enviado de Cristo, en busca de quienes se han alejado de la comunidad, como aquellos discípulos de Emaús que habían cedido al desencanto (cf. Lc 24,13-35). Hay que ir hasta los confines de la sociedad para llevar a todos la luz del mensaje de Cristo sobre el sentido de la vida, de la familia y de la sociedad, llegando a las personas que viven en el desierto del abandono y de la pobreza, y amándoles con el Amor de Cristo Resucitado. En todo apostolado, y en el anuncio del Evangelio, como dice San Pablo, “si no tengo amor, nada soy” (1 Cor 13,2).
Queridos hermanos y hermanas, siguiendo las pautas del Sínodo, procurad alimentaros espiritualmente con la oración y con una intensa vida sacramental; profundizad en el conocimiento personal de Cristo y caminad con todas vuestras fuerzas hacia la santidad, el “alto grado de vida cristiana”, como decía el querido Juan Pablo II.
Que María santísima obtenga como don para todos los miembros de la archidiócesis de Madrid la fidelidad total a Cristo y a su Iglesia, y que ella os guíe siempre en vuestro camino postsinodal. Por mi parte, os acompaño en la oración, a la vez que con afecto os imparto la Bendición Apostólica, que hago extensiva a toda la comunidad diocesana.
Por su parte el cardenal Arzobispo de Madrid ha afirmado que en su diócesis la Iglesia vive y está joven en el mejor sentido de la expresión pero advierte que en esta hora de España: “No solo se niega la fe sino también la misma razón humana, como se puede ver en la reciente legislación sobre el matrimonio y la familia”.

Al comienzo de la audiencia, el Cardenal Antonio María Rouco Varela ha saludado al Santo Padre en nombre de los congregados. !Os saludamos con todo el afecto filial que los hijos de la Iglesia en Madrid y en España han guardado siempre para el Papa, ha exclamado textualmente el Purpurado español, y mucho más ahora en estos momentos tan difíciles y a la vez tan esperanzadores de nuestra historia!

Seguidamente el Cardenal Rouco ha recordado el Tercer Sínodo Diocesano, y en especial su objetivo e hilo conductor que ha sido “la urgencia de transmitir la fe recibida a los conciudadanos y, singularmente, a las jóvenes generaciones de los madrileños. En Madrid la Iglesia vive y está joven en el mejor sentido de la expresión tal como Vuestra Santidad lo constataba para la Iglesia Universal al inicio de vuestro ministerio Petrino.

Pero, precisamente, por ello, ha enfatizado el Arzobispo de la Capital de España, se siente llamada con una vocación evangelizadora, cuya realización no admite demoras, a sembrar el Evangelio de Jesucristo, el Salvador del hombre, en una sociedad fuertemente tentada por una cultura relativista y unas propuestas de vida radicalmente secularistas, planteadas como “si Dios no existiese” y a espaldas de al historia interior, como si no estuvieran profundamente transidas y marcadas ininterrumpidamente desde los inicios por el Sí a Cristo profesado por incontables generaciones de sus hijos e hijas, ¡de sus familias!, en el seno de la Iglesia Católica, con unos rasgos marianos extraordinariamente entrañables.

A este punto del saludo, el cardenal Arzobispo de Madrid ha afirmado: “No solo se niega la fe sino también la misma razón humana, como se puede ver en la reciente legislación sobre el matrimonio y la familia”.

Y, a continuación el Cardenal Rouco ha recordado al querido e inolvidable Juan Pablo II cuando visitó por ultima vez España, que acostumbraba a llamarla “Tierra de María”. Cuando convocamos el III Sínodo Diocesano de Madrid, ha concluido diciendo el purpurado español, lo hicimos bajo un lema, cifra y síntesis de nuestra oración y de nuestros anhelos espirituales y eclesiales más íntimos, y que decía: en Madrid “alumbra la Esperanza”.

Discurso completo del cardenal Rouco RealAudioMP3







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