“No podemos ignorar que la división vuelve mucho menos eficaz la predicación del Evangelio”.
Benedicto XVI recibe a una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
Jueves, 30 jun (RV).- “El llamamiento ecuménico es una apremiante invitación a reconstruir
la unidad entre todos los cristianos, gravemente dañada; no podemos ignorar que la
división vuelve mucho menos eficaz la santísima causa de la predicación del Evangelio
a toda criatura”. Con estas palabras Benedicto XVI ha subrayado además que la unidad
no significa ni absorción ni fusión sino respeto de la multiforme plenitud de la Iglesia.
Esta mañana, Benedicto XVI ha recibido por primera vez tras el inicio de su Pontificado
a la delegación que cada año envía Su Santidad Bartolomé I, Patriarca Ecuménico de
Constantinopla, para la fiesta de los santos patronos de la Iglesia de Roma.
La visita de hoy y la que la Iglesia de Roma devolverá dentro de unos meses dan testimonio
de que en Jesucristo la fe obra a través de la caridad. “Y la experiencia del diálogo
de la caridad – como ha recordado el Pontífice-, inaugurada por Pablo VI y el Patriarca
Atenágoras en el Monte de los Olivos, no ha sido en vano”, porque han sido numerosos
y significativos los gestos realizados en este sentido y que han marcado el camino
de las últimas décadas. “Un camino –ha dicho el Papa- que ha visto crecer la esperanza
de un sólido diálogo de la verdad y de un proceso de clarificación teológica e histórica,
que ya ha producido apreciables frutos.
Tras advertir la necesidad de unir las fuerzas y no ahorrar las energías, para que
el diálogo teológico inicial, comenzado en 1980 entre la Iglesia católica y las ortodoxas
se reanude con renovadas fuerzas, el Papa ha expresado su grato reconocimiento a los
esfuerzos que está llevando a cabo Bartolomé I para reactivar los trabajos de la comisión
mixta internacional católico-ortodoxa. De igual forma el Papa ha asegurado su apoyo
en éste ámbito porque “la investigación teológica, que debe afrontar cuestiones complejas
y encontrar soluciones que no sean restrictivas, es un compromiso muy serio del que
no podemos desvincularnos”.
En otro momento de su discurso el Santo Padre ha retomado el Concilio Vaticano II
para recordar el tesoro que aún posee Oriente y cómo Occidente ha perdido muchas cosas
de él; los dogmas fundamentales de la fe cristiana que han sido definidos por los
Concilios ecuménicos celebrados en Oriente; y sobre todo cómo el Concilio Vaticano
II exhortó a no olvidar cuantos sufrimientos ha padecido Oriente para conservar la
fe.