Inicia la Causa de Beatificación y Canonización de Juan Pablo II
Martes, 28 jun (RV).- A las 7 de la tarde de este martes, Víspera de la solemnidad
de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, tuvo lugar en Basílica romana de San Juan de
Letrán, la sesión de apertura de la investigación diocesana sobre la vida, virtudes
y fama de santidad del Siervo de Dios Juan Pablo II (Karol Wojtyla).
Durante
la celebración, el Cardenal Camillo Ruini pronunció una reflexión, en la que comenzó
recordando que el pasado 13 de mayo, día de la Virgen de Fátima, al término de su
primer discurso al clero romano, el Santo Padre Benedicto XVI anunció en esa misma
Basílica que había dispensado de los cinco años de espera que deben transcurrir tras
la muerte del Siervo de Dios Juan Pablo II y que, por tanto, la Causa de Beatificación
podía comenzar inmediatamente.
Con la certeza de interpretar un sentimiento
unánime, el Purpurado le expresó a Benedicto XVI “la gratitud de las Diócesis de Roma
y de Cracovia, y del mundo entero por esta decisión, con la que acogió la instancia
de un gran número de Cardenales, que se hicieron intérpretes de la coral y ferviente
súplica que se elevó desde el pueblo de Dios en los días inolvidables de la muerte
y las exequias de Juan Pablo II”.
Y tras decir que cualquier palabra que pudiera
agregar para ilustrar la figura de Juan Pablo II podría parecer superflua, “siendo
tan grande y universal su conocimiento y tan profunda y unánime la convicción de su
santidad”, el Vicario para la Diócesis de Roma recordó la vida de Karol Wojtyla y
su extraordinario Pontificado.
El Tribunal diocesano de Roma se encargará de
la primera fase del proceso, que comprende el análisis de la vida y de los escritos
del Siervo de Dios, y la audiencia a los testigos. Si el veredicto es positivo, el
sumario pasará a la Congregación para las Causas de los Santos, donde tras un nuevo
examen del material relativo a la Causa, se analizarán con la ayuda de médicos y expertos
los favores extraordinarios que podrían ser milagros. Tras la certificación de un
milagro, el Papa puede disponer la Beatificación.