El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica es un vademécum que permite a todos
-creyentes y no creyentes- abrazar con una mirada todo el panorama de la fe católica
Martes, 28 jun (RV).- Benedicto XVI ha entregado esta mañana el Compendio del Catecismo
de la Iglesia Católica a la Iglesia universal y las personas de buena voluntad, que
deseen conocer «las insondables riquezas del misterio salvífico de Jesucristo. Que
María Santísima y los Santos Apóstoles Pedro y Pablo sostengan con su intercesión
este anhelo por el bien de la Iglesia y de la humanidad».
Benedicto XVI ha entregado a la Iglesia universal el Compendio del Catecismo de la
Iglesia Católica, que - como había auspiciado su venerado Predecesor, el siervo de
Dios Juan Pablo II – contiene, de forma concisa, todos los elementos esenciales y
fundamentales de la fe. Un vademécum que consiente a todos - creyentes y no creyentes
- abrazar con una mirada todo el panorama de la fe católica.
Cuarenta años después de la clausura del Concilio Vaticano II, en la solemne celebración
de la Hora Sexta - que ha presidido esta mañana en la Sala Clementina del Palacio
Apostólico - el Papa ha expresado infinita gratitud a Dios, nuestro Padre por el
inmenso tesoro de esperanza y de gloria que nos ha regalado en su Hijo Jesús: «El
Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, que hoy tengo la gran alegría de presentar
a la Iglesia y al mundo, en esta Celebración orante, puede y debe constituir un instrumento
privilegiado para hacernos crecer en el conocimiento y en la acogida dichosa de este
don divino».
La fecha de hoy, 28 de junio de 2005, víspera de la Solemnidad de los Santos Pedro
y Pablo, sella también el Motu Proprio para la aprobación y publicación del Compendio
del Catecismo de la Iglesia Católica, que lleva la firma de Benedicto XVI, en el «año
primero» de su Pontificado.
En su discurso, agradeciendo a Dios el haber dado a la Iglesia el Catecismo, promulgado
en 1992 por Juan Pablo II, que nombró presidente de la Comisión especial encargada
de redactar el Compendio presentado hoy, al entonces cardenal Ratzinger, Benedicto
XVI ha hecho hincapié en su anhelo de entregar este Compendio no sólo a todos los
miembros del Pueblo de Dios: «Por medio de vosotros - venerables hermanos cardenales,
obispos, sacerdotes, catequistas y fieles laicos – deseo entregar idealmente este
Compendio también a todas las personas de buena voluntad que deseen conocer las insondables
riquezas del misterio salvífico de Jesucristo».
«Por cierto, no se trata, de un nuevo Catecismo - que por lo tanto mantiene intacta
toda su autoridad e importancia y que podrá encontrar en esta síntesis un precioso
impulso para que pueda ser conocido mejor y utilizado como instrumento fundamental
de educación y de fe», ha reiterado asimismo el Papa, haciendo hincapié luego en que
«este Compendio es un renovado anuncio del Evangelio hoy», pues presenta la «fe de
la Iglesia en Jesucristo».
Siguiendo la estructura cuatripartita del Catecismo, el Compendio presenta, en efecto
a «Cristo profesado como Unigénito del Padre, como perfecto Revelador de la verdad
de Dios y como definitivo Salvador del mundo; Cristo celebrado en los sacramentos,
como fuente y sostén de la vida de la Iglesia; Cristo escuchado y seguido en la obediencia
de sus mandamientos, como manantial de existencia nueva en la caridad y en la concordia;
Cristo imitado en la oración como modelo y maestro de nuestra conducta orante en relación
con el Padre».
Empleando una forma dialógica – en un «diálogo ideal entre maestro y discípulo», en
el texto del Compendio, al comienzo de cada parte o sección, se han insertado además
imágenes que ilustran el contenido doctrinal. De forma que «imagen y palabra se iluminan
entre sí». Puesto que, con su belleza, también las imágenes sagradas, son anuncio
evangélico del esplendor de la verdad católica. Esas mismas imágenes se encuentran
también en las distintas traducciones del Compendio, ayudando a identificar en la
variedad de las lenguas la «única fe profesada por cada fiel en la multiplicidad de
los contextos eclesiales y culturales».
Y, como ha señalado Benedicto XVI, al final del texto presentado hoy se encuentra
un ‘apéndice’, con algunas oraciones comunes para la Iglesia universal y fórmulas
catequísticas de la fe católica. Invitando a reencontrar un modo común de orar, individual
y comunitariamente, en cada una de las traducciones del Compendio, la mayor parte
de las oraciones se presentarán también en latín. En este contexto, el Papa ha insistido
en la importancia de la lengua latina
«Precisamente, en la multiplicidad de las lenguas y de las culturas, el latín - que
durante tantos siglos ha sido vehículo e instrumento de la cultura cristiana - garantiza
no sólo la continuidad con nuestras raíces, sino que sigue siendo más importante que
nunca su relevancia para reforzar los lazos de la unidad de la fe en la comunión
de la Iglesia». Tras agradecer a todos los que durante más de dos años han trabajado
en la redacción de este Compendio, Benedicto XVI ha reiterado su anhelo de que este
don divino impulse la misión evangelizadora de la Iglesia: «Que este compendio, fruto
de fatiga, pero, sobre todo, don de Dios a la Iglesia en este tercer milenio, dé nuevo
impulso a la evangelización y a la catequesis, de la que dependen – como dice el Catecismo
- no sólo la extensión geográfica y el aumento numérico, sino también, y más aún,
el crecimiento interior de la Iglesia y su correspondencia con el plan divino. Que
María Santísima y los Santos Apóstoles Pedro y Pablo sostengan con su intercesión
este anhelo por el bien de la Iglesia y de la humanidad».