2005-06-28 20:15:59

Benedicto XVI exhorta a los miembros de la Obra de Don Orione a continuar trabajando por la paz


Martes, 28 jun (RV).- “Que en el corazón de cada uno crezca cada vez más la voluntad de dar vida a un mundo de paz verdadera y estable”. Esta fue la exhortación del Santo Padre Benedicto XVI en las palabras que le dirigió a los miembros de la Obra fundada por San Luigi Orione esta tarde en el Aula Pablo VI del Vaticano, con ocasión de la Fiesta que organizaron en su honor.

Tras agradecerles por esta “singular fiesta del Papa”, que veía reunidos, como decía San Luigi Orione, “a tantos corazones en torno al corazón del Papa”, Benedicto XVI recordó que esta tarde los miembros de la Obra fundada por el santo italiano habían querido centrar su atención en un aspecto particular del ministerio del Sucesor de Pedro, el de ser “mensajero de paz”. Y al respecto, indicó que es una tarea específica que se remonta al mandato de Jesús a sus Apóstoles en el Cenáculo: “Os dejo la paz, os doy mi paz”.

En este sentido, el Santo Padre recordó que “el compromiso de la Iglesia por la paz es ante todo de naturaleza espiritual” y “consiste en hacer presente a Jesús Resucitado, Príncipe de la paz, y en educar en la fe, de la cual surgen fecundas energías de paz y reconciliación”. Y al respecto, les dijo que aprovechaba su presencia para rendir homenaje a los tantos “constructores de paz” que, en silencio y a través de su testimonio y su sacrificio, “se dedican a promover el diálogo entre los hombres, para superar toda forma de conflicto y hacer de nuestra tierra una patria de paz y fraternidad para todos los hombres”.

Y tras recordar las palabras del Evangelio de San Mateo –“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados Hijos de Dios”-, el Papa exhortó a los miembros de la Obra a continuar “ofreciendo su colaboración para salvaguardar la dignidad de todo hombre, la defensa de la vida humana y al servicio de una decidida acción de auténtica paz en todos los ámbitos de la sociedad”. Una invitación que dirigió especialmente a los jóvenes.

En este sentido, tras recordar que su “amado predecesor Juan Pablo II, de quien precisamente hoy inicia el proceso de Beatificación, amaba repetir que los jóvenes son la esperanza y el futuro de la Iglesia y de la humanidad”, Benedicto XVI concluyó deseándoles que “en el corazón de cada uno crezca cada vez más la voluntad de dar vida a un mundo de paz verdadera y estable”.







All the contents on this site are copyrighted ©.