Ángelus: La vida es preciosa y única, debe respetarse y protegerse siempre, incluso
mediante un comportamiento correcto y prudente en la carretera
Domingo, 26 jun (RV).- “Es necesario combatir la distracción y la superficialidad,
que en un sólo instante puede arruinar el propio futuro y el de los demás. La vida
es preciosa y única: debe respetarse y protegerse siempre, incluso mediante un comportamiento
correcto y prudente en la carretera”. Este ha sido el llamamiento del Papa, durante
el Ángelus, a la prudencia en la conducción y para evitar los accidentes en la carretera
que truncan la vida de miles de personas cada año durante las vacaciones.
El final de junio marca para los países del hemisferio norte el comienzo de la estación
veraniega y para muchas personas inician las vacaciones. En el último domingo de junio,
durante el Ángelus, Benedicto XVI ha llamado la atención sobre este tema para desear
a todos unas vacaciones serenas y distendidas y para hacer un llamamiento a la prudencia
en la carretera.
“Por desgracia cada día y especialmente los fines de semana, los accidentes en la
carretera acaban con la vida de tantas personas, y más de la mitad de las víctimas
son jóvenes. En los últimos años se ha hecho mucho para prevenir estos hechos trágicos,
pero se puede y se debe hacer más con la contribución y el compromiso de todos. Es
necesario combatir la distracción y la superficialidad, que en un sólo instante puede
arruinar el propio futuro y el de los demás. La vida es preciosa y única: debe respetarse
y protegerse siempre, incluso mediante un comportamiento correcto y prudente en la
carretera”.
El Pontífice se ha dirigido a la Virgen María, que nos acompaña en el camino cotidiano
de la vida, para que vele sobre quienes viajan y obtenga misericordia para las víctimas
de la carretera: “A Ella, celeste Reina de los Apóstoles, ante la inminencia de la
fiesta de los santos Apóstoles Pedro y Pablo confiamos la Iglesia y su acción misionera
en todo el mundo”.
Benedicto XVI ha anunciado que presidirá la Santa Misa el 29 de junio en la Basílica
Vaticana, “una ocasión significativa para subrayar la unidad y la catolicidad de la
Iglesia. A la celebración asistirá una delegación especial enviada por el patriarca
Ecuménico de Constantinopla.
Al final del Ángelus Benedicto XVI se ha dirigido a los peregrinos presentes en la
Plaza de San Pedro en distintos idiomas. Éste ha sido su saludo en español.