El Papa condena el holocausto y el antisemitismo y reafirma su intención de impulsar
las relaciones entre judíos y cristianos
Jueves, 9 jun (RV).- Reiterando que la Iglesia condena con firmeza el holocausto y
el antisemitismo, Benedicto XVI ha reafirmado esta mañana su intención de impulsar
las relaciones entre cristianos y judíos. Además el Papa ha invitado a rezar y trabajar
por “la reconciliación, la justicia, el respeto de la dignidad humana y la paz” en
todo el mundo durante una audiencia a una importante delegación del Comité Internacional
Judío para el Diálogo Interreligioso.
Confirmando que la Iglesia “deplora los odios, las persecuciones y las manifestaciones
de antisemitismo”, Benedicto XVI ha reiterado, este jueves, su intención de seguir
impulsando las relaciones entre cristianos y judíos, como hicieron sus predecesores.
El Papa ha invitado a profundizar en la dolorosa experiencia del holocausto, rezando
y trabajando juntos en favor de “la reconciliación, la justicia, el respeto de la
dignidad humana y la paz” en todo el mundo.
Al recibir esta mañana en audiencia a una importante delegación del Comité Internacional
Judío para el Diálogo Interreligioso - acompañada por el Card. Walter Kasper, presidente
de la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo -
el Papa ha dado su cordial bienvenida al Vaticano a los representantes de las mayores
organizaciones judías del mundo, encabezados por el Rabino Israel Singer y por el
presidente del Congreso Mundial Judío, Edgar Bronfman: “Precisamente, al comenzar
mi Pontificado, deseo aseguraros que la Iglesia permanece firmemente comprometida,
en su catequesis y en cada aspecto de su vida, en implementar esta decisiva enseñanza.
En los años que siguieron al Concilio, mis predecesores, el Papa Pablo VI y, en particular,
el Papa Juan Pablo II, cumplieron pasos significativos para mejorar las relaciones
con los judíos. Tengo la intención de proseguir por esta senda”.
Aun más, refiriéndose a las complejas y a menudo dolorosas relaciones entre cristianos
y judíos a lo largo de la historia, Benedicto XVI ha afirmado que está convencido
de que el patrimonio espiritual atesorado por ambas comunidades “es de por sí fuente
de sabiduría e inspiración capaz de guiarnos hacia un porvenir de esperanza, en conformidad
con el plan divino”. En este contexto, el Pontífice ha reiterado su llamamiento en
favor del respeto de la dignidad humana y de la paz: “Recordar el pasado sigue siendo
para ambas comunidades un imperativo moral y fuente de purificación en nuestro empeño
de rezar y trabajar por la reconciliación, la justicia, el respeto de la dignidad
humana y la paz, que es un don del Señor. Por su misma naturaleza, este imperativo
debe incluir una continua y profunda reflexión histórica, moral y teológica sobre
los interrogantes planteados por la experiencia del holocausto”.
Tras señalar que este encuentro se celebra en el marco del 40 aniversario de la Declaración
conciliar Nostra Aetate, cuyas enseñanzas sentaron las bases de las relaciones con
el pueblo judío, el Santo Padre ha hecho hincapié en la afirmación del Concilio Vaticano
II, sobre el misterio salvífico. Recordando que “la Iglesia de Cristo reconoce que
los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en Abraham, Moisés y los
Profetas”, Benedicto XVI ha reiterado que “sobre la base de este patrimonio espiritual
y de las enseñanzas del Evangelio estamos llamados a impulsar cada vez más el entendimiento
y la estima entre Cristianos y Judíos, deplorando los odios, persecuciones y manifestaciones
de antisemitismo de cualquier tiempo” (Nostra Aetate, 4).
El Santo Padre ha finalizado su discurso alentando a perseverar en el importante trabajo
realizado a lo largo de los últimos 35 años, por el Comité Internacional Judío para
el Diálogo Interreligioso y la Santa Sede, recordando, en especial, el último encuentro
mantenido el año pasado en Buenos Aires, dedicado a “la Justicia y la Caridad”. Con
el fin de proseguir el diálogo entre cristianos y judíos, para “construir un mundo
reconciliado, un mundo que se armonice cada vez más con la voluntad del Creador”.